La Campaña Contra el Hambre de Manos Unidas es un proyecto permanente de conexión entre los pueblos y las personas para lograr un mundo más justo, haciendo frente a las consecuencias de la pobreza, la guerra y el deterioro medio ambiental. Desde la fe y para la Iglesia, motivar la participación en esta extraordinaria opotunidada para la solidaridad a nivel mundial no debiera ser difícil: seguimos al que no sólo quiere ayudar, sino que hace del servicio y la caridad la mejor y más importante expresión de la fe en el Dios que Él predica como Padre amoroso. "Si quieres, puedes limpiarme", le dice el leproso a Jesús, y nos dicen a nosotros los pobres de la Tierra y la Tierra pobre. Ahora falta que, también como Jesús, nosotros digamos: "Si quiero".
LECTURAS
- Levítico 13, 1-2. 44-46
- Sal 31, 1-2. 5. 11 R. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.
- I Corintios 10, 31 - 11, 1
- Marcos 1, 40-45
Con Jesús de Nazaret, el Señor, siguiendo su camino de encuentro con Dios en el servicio al hermano, nos sentimos concernidos por el sufrimiento y las consecuencias del egoísmo y la injusticia. Por eso, como Jesús, el maestro de la nueva humanidad, queremos actuar, queremos hacer algo y no quedarnos impávidos ante las heridas que produce la ruptura de la fraternidad, el extravío de nuestra verdadera condición humana. La caridad y el compromiso que genera en favor de la solidaridad, la justicia y la igualdad nacen de esta inquietud por responder, ayudar, compartir y socorrer. Es cierto que muchas veces no es mucho lo que podemos hacer, que los problemas son tan complejos y tienen tantas ramificaciones que se escapan a nuestra limitada capacidad de respuesta. Pero, lo verdaderamente grave no será que no podamos más, sino que no queramos complicarnos la vida y rehuyamos el deseo de reaccionar y asumir una parte de responsabilidad que siembra en nuestros corazones el Evangelio del Reino de Dios. La campaña de Manos Unidas, con sus proyectos, su voluntariado y la formación e información que nos proporcionan sobre las inmensas desigualdades de nuestro mundo, es una oportunidad preciosa para hacer lo que podamos, si es que, al meno, queremos hacer algo.