DOMINGO 21 DE ABRIL: IV DE PASCUA (CICLO B)

 
Cuidar, curar, recuperar, acompañar... el trabajo de Jesús, como Buen Pastor, es el mismo que encomienda a sus discípulos y que constituye la misión de la Iglesia. La catequesis, el culto, la caridad, la educación en la fe, la atención a las personas vulnerables, todo es pastoral y toda la pastoral debe ser siempre saludable y curativa.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 4, 8-12
  • Sal. 117, 1 y 8-9. 21-23. 26 y 28-29 R. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
  • I Juan 3, 1-2
  • Juan 10, 11-18

La evangelización y el cuidado de las personas son una misma cosa. El anuncio de nuestra fe sólo puede hacerse con relaciones curativas, con el acompañamiento y la escucha de las necesidades de los más vulnerables. Hoy, el ministerio de los que se ocupan de servir a las comunidades, ministerios ordenados y laicales, deberán poner en el centro de nuestra acción pastoral a las personas y sus más acuciantes situaciones, de manera que sea en toda ocasión un servicio al crecimiento y el desarrollo integral de las personas y las comunidades. Porque no de otra forma será una acción de fe y para la fe, pues lo que creemos de Jesucristo es que el Padre quiere para nosotros la vida plena, y ésta tiene que empezar por lo primero y más urgente, para poder llegar a lo más elevado y espiritual. No podemos separar la caridad de la fe, como no se puede separar el alma del cuerpo en nuestro plano de vida mortal. Como parte de esta acción pastoral integral, las comunidades cristianas debemos intentar especialmente acoger a los que se han visto excluidos o ignorados por una visión purista y exclusivista de la pertenencia a la Iglesia.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA



14 DE ABRIL: III DOMINGO DE PASCUA (CICLO B)

La fe en la resurrección de Jesucristo, además de darnos vida, de suscitar motivos para vivir con esperanza y, por ello mismo comprometernos por mejorar las condiciones de vida de todos; además de inspirarnos confianza en el futuro de vida definitiva junto a Dios, más allá de la muerte; además de confirmar el sentido salvador que tenía la vida toda de Jesús, el Señor; además de todo eso, motiva en los que la hemos aceptado, la tarea de testificarlo, de anunciarlo y compartirlo. Y en esta misión se encierra un elemento constitutivo de la resurrección: la fraternidad a la que nacemos como criaturas nuevas frente al egoísmo y el individualismo, que junto con la desesperación y el miedo deben morir para que resucitemos de veras.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 3, 13-15. 17-19
  • Sal. 4,2. 4. 7. 9 R. Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro.
  • I Juan 2, 1-5a
  • Lucas 24, 35-48

Cuando, allá por el s. III antes de  Cristo, surgió en Israel la fe en la resurrección, frente a siglos de judaísmo en los que apenas se creían en una vaga supervivencia de los difuntos como sombras en el Sheol, el motor de esta nueva fe era la convicción de que Dios no podía abandonar a los fieles perseverantes hasta el final, víctimas de las persecuciones y la violencia intransigente de los gobernantes seleucidas. No se trataba sólo de la pregunta por el destino de mi vida tras la muerte, sino sobre el sentido de la vida que, amenazado por la injusticia y el mal, parecían abocarnos a una visión derrotista de la existencia. No era tanto una cuestión individual sino una comprensión comunitaria, fraterna y universal de las razones a favor del bien, la justicia y la solidaridad. Y cuando, a partir de la mañana de aquél primer día de la semana del año 30, los discípulos creyeron que Cristo había resucitado y lo contaron con los relatos de la tumba vacía y las apariciones del resucitado, tampoco se trataba exclusivamente del tránsito de la muerte a la vida, sino del triunfo definitivo del amor, el servicio y la entrega. Con la resurrección de Cristo los primeros cristianos reconocían la verdad del Evangelio como verdad de la vida que vence a la muerte, como la fraternidad vence el egoísmo. Tal vez por eso, las apariciones son siempre una llamada a ser comunidad y reunirse en comunidad. Nuestra muerte cuenta, claro que sí, nos preocupa y suscita dudas, pero la resurrección del crucificado tiene que ver con algo más amplio que el destino de cada persona, con los lazos fraternos que nos unen y en los que ese destino personal halla su verdadero sentido antes y después de la muerte.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


DOMINGO 7 DE ABRIL: II DE PASCUA (CICLO B)

 
No con un microscopio, sino en el acelerador de partículas se descubrió "la partícula de Dios", el bosón de Higgs. Con telescopios, sondas espaciales, espetroscopios y lentes de todos los tamaños, buscamos y rastreamos huellas de la vida, la materia y el tiempo. Le hacemos análisis con carbono 14 a la Sábana Santa y cual Indiana Jones buscamos debajo de las piedras fósiles y reliquias que nos den constancia empírica de lo que creemos. Y bien está, porque aunque no sea cierto que el saber no ocupa lugar, merece la pena esforzarnos por saber cuanto podamos, por cerciorarnos de las eviedencias empíricas de lo que somos, de donde venimos, de dónde estamos en el universo. Pero, siempre hay un pero, cuando se trata de Dios, de la resurrección de Jesucristo, de la vida eterna y el sentido de la vida, estos artilugios no nos valdrán, hay que empeñar ese acto milagroso, que suma decisión y confianza, voluntad y docilidad para que nos pueda la razón mayor que desborda todas las razones y sostiene nuestra vida entera.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 4, 32-35
  • Sal. 117, 2-4.16ab-18.22-24 R: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
  • I Juan 5, 1-6
  • Juan 20, 19-31

Tomás, escéptico él, pidió ver y tocar, y vió y tocó con sus manos las llagas gloriosas del crucificado. Pero el evangelista Juan, que a lo largo de todo el cuarto evangelio va desarrollando una compleja y profunda teoría del conocimiento creyente, nos invita a creer sin ver. Y, no obstante, una cosa es que no tengamos, ni debamos necesitarlas, pruebas concluyentes de lo que creemos por fe, y otra cosa muy diferente es que carezcamos de razones para creer, pues sí que las hay. La principal de todas ellas, la vida misma de Jesucristo, la luz existencial que desprende su testimonio de entrega amorosa, su compromiso sin pararse a calcular costes ni consecuencias para su propia supervivencia y comodidad. Y, a la luz de esa estela pacual de Cristo resucitado, también encontramos razones para creer en la consistencia de vida que supone apoyarnos en Dios y practicar la ética que nos propone en el Evangelio, la ética del amor fraterno. Una cosa es que creamos sin ver y otra muy distinta que no dejemos de ver por todas partes motivos y sugerencias que nos invintan a decantarnos por la fe.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

"...según las Escrituras", tenía que padecer y morir..., y resucitar al tercer día... porque es el Señor quien lo ha hecho, eso quiere decir la apostilla "según las Escrituras", no sólo que fue profetizado, sino que lo ocurrido ha sido según Dios y con la fuerza de Dios para el cumplimiento del plan de salvación de Dios. La resurrección confirma lo que las Escrituras siempre han dicho, que Dios quiere, desde nuestra creación, que lo conozcamos, que contemos con su amistad y acojamos su generosa alianza de amor eterno. 

LECTURAS

  • Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43
  • Salmo 117, 1-2. 16-17. 22-23 R/. Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo
  • Colosenses 3, 1-4
  • Juan 20, 1-9
Lo de Jesús, desde su misión en Galilea hasta el reconocimiento por sus discípulos de que ha resucitado, venía de Dios y por Dios se ha hecho realidad. Su predicación y curaciones, sus propuestas de autenticidad y fe sincera, de una ética desprendida y generosa, de una comunidad basada en el amor y dedicada al amor, todos sus pasos, palabras y gestos, nos comunican a Dios y comprometen a Dios con nuestra causa y la tremenda necesidad que tenemos de su gracia. Y es así como la resurrección lleva a plenitud y para toda la eternidad cuanto Jesús hizo y vivió. Esto es lo que prometían las Escrituras y lo que a la luz de la Resurrección vemos cumplido en Él para siempre y por cumplir en nuestras respectivas vidas de fe y fidelidad.

ORACIÓN

Señor Jesús, tú que vives porque das la vida, tú que resucitas por que mueres al egoísmo y la vida centrada sólo en uno mismo, ayúdanos a reconocerte donde se anuncia la vida nueva del amor, la fraternidad y la solidaridad; ayúdanos a comprender que no estás en la tumba porque sigues activo y sugerente en la tarea del anuncio del Reino y la siembra de una nueva humanidad. 
Que tu voz al pronunciar nuestros nombres haga resonar y evocar en nosotros toda la fuerza, esperanza y responsabilidad que despertó la primera llamada a la que, con la ayuda de tu Santo Espíritu queremos seguir fieles.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

VIERNES SANTO

Toda la fuerza y la esperanza de Jesús venían de Dios, residían en el Padre. Sólo abandonándose en Él podrá mantenerse firme hasta el final. Y, con Jesús, también nosotros, sobre todo los que más débiles o apesadumbrados se encuentran, podremos creer hasta el último instante de nuestras vidas que todo ha merecido la pena y que nada se pierde definitivamente. Y hasta que llegue esa hora, en cada decisión y actuación, la confianza en Dios, imitadora de la Cristo en el Padre, deberá guiarnos para que seamos generosos con el que sufre, solidarios con el abatido.

SEMANA SANTA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

  • Viernes Santo: Via Crucis 11h.; Oficios de la Pasión 19:30
  • Sábado de Gloria: Vigilia Pascual 23h.
  • Domingo de Resurrección: misas 11:30; 12:30 y 19:30

LECTURAS

Con la majestuosidad de la pasión según san Juan, la Iglesia celebra el Viernes Santo, sobrecogida por la total entrega del Hijo y la serena esperanza en el Padre que acoge, cuando "todo está cumplido", su fidelidad hasta la última hora. Hay quietud y reverencia, solemnidad y conformidad, pero sin negar un ápice el dolor y la realidad de la muerte sufriente que Cristo padece, aunque Él lo haga bajo la apariencia, ya teñida de adoración y culto, de profunda identificación con el proyecto divino de salvación, el que le llevará a la hora suprema de la glorificación junto al Padre y con el Espiritu Santo. Pero hoy, como María y el discípulo amado, con la delicadeza de Nicodemo y José de Arimatea, también nosotros acogemos esta entrega y la acurrucamos en lo más profundo de nuestras almas elevadas por Él hasta la comunión con Dios: "que donde yo estoy, también estén ellos".

ORACIÓN 

Señor Jesús, contigo queremos entregar en las manos del Padre todo lo que somos y aspiramos , y con tu vida ofrecida en el altar de la cruz, quisiéramos depositar nuestra más fime determinación de perseverar contigo en el testimono del amor de Dios, para contigo poder gozar de la comunión con el Padre y el Espíritu Santo. 

Señor Jesús, ayúdanos con tu ejemplo y tu sabiduría para comprender cómo y dónde, con qué actitudes y en qué compromisos podremos cumplir lo que estamos llamados a ser. 

JUEVES SANTO

  
Frente al individualismo, que es el verdadero pecado original, pues supone romper la condición de hijos y la de hermanos, para encerrarse en uno mismo como único destino y sentido de la vida, Jesús nos ofrece el camino de la existencia entregada, generosa y servicial. Su mandato del amor es una nueva oportunidad de recuperar nuestra verdadera identidad filial y fraternal. La mutua ayuda y la predisposición compasiva a favor del que sufre acrecienta nuestra dignidad, la verdadera dignidad humana y no endiosada, y vence, junto al pecado y el egoísmo, la muerte.

SEMANA SANTA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

  • Jueves Santo: Misa de la Cena del Señor 19:30; Hora Santa 21:30
  • Viernes Santo: Via Crucis 11h.; Oficios de la Pasión 19:30
  • Sábado de Gloria: Vigilia Pascual 23h.
  • Domingo de Resurrección: misas 11:30; 12:30 y 19:30

LECTURAS

  • Éxodo 12, 1-8. 11-14
  • Salmo 115, 12-13. 15-16. 17-18 R/. El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo
  • I Corintios 11, 23-26
  • Juan 13, 1-15

La Última Cena de Juan, ajena a una cena pascual, se carga, sin embargo, del simbolismo caritativo del servicio expresado en el lavatorio de pies. El Jesús glorioso del cuarto evangelio, que ni en la muerte siquiera pierde la compostura, que el evangelista preserva de todo asomo de fragilidad humana o de deuda con la tradición judía, se pone, sin embargo a los pies de los discípulos para expresar de manera gráfica y contundente, que su grandeza estriba en la humildad y su divinidad se realiza en la compasión y la solidaridad. Contemplamos esta imagen emocionante de total disponibilidad y nos hacemos legatarios de su mandato: "Vosotros haced lo mismo"

ORACIÓN

Maestro bueno, siervo generoso en la entrega, palabra divina que se hace carne y carne que se entrega como pan de vida, queremos estar a la altura de tu mandato y enseñanza, y puesto que Tú eres el primero que se pone en el lugar del que sirve y ayuda, no desantenderemos tu encomienda y empezaremos por amar y cuidar de los que más nos necesitan.

24 DE MARZO: DOMINGO DE RAMOS (CICLO B)

Los evangelios de Juan de los domingos, III, IV y V de Cuaresma nos han venido preparando para que comprendamos que el sentido de subir y bajar, de altura y descendimiento es distinto en la lógica del Reino. Cristo será elevado cuando baje a las profundidades del dolor y la muerte, será encumbrado en la cruz y ahí será donde el Padre lo glorifique resucitándolo. La entrada triunfal en Jerusalén, es sólo un paréntesis del efímero éxito que otros nos pueden otorgar, para dar paso a la pasión, donde Jesús vivirá el auténtico triunfo sobre los poderes de este mundo porque confiará en el único poder que sobrevive al tiempo y a la muerte, el poder de Dios, que no es otro, que el poder del amor.

SEMANA SANTA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

  • Domingo de Ramos: Misas de la Pasión 11:30; 12:30 y 19:30
  • Jueves Santo: Misa de la Cena del Señor 19:30; Hora Santa 21:30
  • Viernes Santo: Via Crucis 11h.; Oficios de la Pasión 19:30
  • Sábado de Gloria: Vigilia Pascual 23h.
  • Domingo de Resurrección: misas 11:30; 12:30 y 19:30

LECTURAS

  • Isaías 50, 4-7
  • Sal. 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
  • Filipenses 2, 6-11
  • Marcos 15, 1-39

Como en una montaña rusa, los humanos queremos subir y a veces descendemos, queremos sobresalir y desconocemos el valor y la brillantez de quien vale lo que vale y no necesita más premios ni reconocimientos que su propia conciencia y libertad. La entrada triunfal, el aparente éxito de masas del Domingo de Ramos, inicia un descenso a las profundidades del dolor y la humillación, pero también de los cimientos de la mayor dignidad humana, la que se crece cuando se ofrece. Este abismarse de Dios, por su Hijo Jesucristo, en las entrañas de nuestra humanidad, es la mejor oportunidad que tenemos de elevar nuestra condición humana a su más alta cota: la del que sirve, la del amor compasivo y solidario. De Ramos a la Pasión, de los vítores y a los vituperios, comenzamos la Semana Santa con una invitación a revisar cuáles son nuestras verdaderas expectativas de asecencos y hasta qué punto quisiéramos rebajar humos y petulancias para ser con Jesús, humildes por auténticos, grandes por serviciales.

ORACIÓN

Señor, nada contestas, qué poco hablas en la pasión según san Marcos, apenas un "tú lo dices" y el grito desgarrador del que no puede más y echa de menos a Dios: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". 

¿Y para qué más palabras si todo lo dices con tu vida entregada?, todo lo explicas con tus fuerzas exhaustas. Eres el misterio de la vida que asciende cuando se rebaja, del servicio que nos engrandece cuando, con humildad, nos pone a los pies de los que nos necesitan. 

Déjanos decir a nosotros una palabra a la altura de tu ejemplo, déjanos orar con más comodidad, pues no nos hallamos como Tú en la cruz, pero no con menos sinceridad: "Salud de mi rostro, Dios mío, volveré a ver tu rostro".

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


DOMINGO 17 DE MARZO: V DE CUARESMA (CICLO B)

 
De la nueva alianza de Dios nace un nuevo pueblo, una asamblea formada no por una raza, ni siquiera por una religión, sino por toda la humanidad, verdadera destinataria del objetivo de dicha alianza: la salvación, la vida en plenitud, la condición de hijos de Dios. Este nuevo pacto lleva el sello de la vida entrega de Jesucristo. Una entrega que no le sale gratuita, que le cuesta la vida, pero ya se sabe, el que quiera ganar la vida debe estar dispuesto a entegarla, a convertirla en parte de ese amor sin límites que Dios nos da. El coste dramático, sufriente hasta la sangre y la desolación, el evangelio de Juan quiere suavizarlo bajo la estela de la glorificación que desborda y transforma esos sufrimientos. Pero antes de su glorificación, aunque sea nimbada de divinidad filial, está la cruz: Jesús siente, padece y, aún así, en fidelidad a la vocación que aceptó en el desierto, no renuncia ni se vuelve atrás. Divino, sí, pero sin ahorrarse la necesaria perserverancia y superación que requiere la cruz.

LECTURAS

  • Jeremías 31, 31-34
  • Salmo 50, 3-4. 12-13. 14-15 R. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.
  • Hebreos 5, 7-9
  • Juan 12, 20-33

El evangelio de Juan no tiene la escena dolorosa de la oración del huerto de Getsemaní (Mc 14; 32-42; Mt 26; 36-46; Lc 22; 39-46). Sí que va Jesús con sus discípulos al huerto de los Olivos, pero no se cuenta que sienta conmoción hasta sudar sangre, no hace falta que un ángel lo consuele, tampoco pasa por la decepción de ver a los discípulos dormidos mientras Él pena, porque sucede inmediatamente el prendimiento. La perspectiva sumamente elevada sobre Jesucristo que adopta el cuarto evangelio no consiente esos niveles de realismo y humilde postración. El Jesús de Juan siempre aparece por encima de cualquier atisbo de debilidad. 

Pero en este pasaje (Jn 12: "seis días antes de la Pascua"; Jn 13 es ya la última cena), Juan une las dudas y temores que los sinópticos describen de manera doliente en la oración de Getsemaní ("Ahora mi alma está agitada, pero que voy a decir: Padre líbrame de esta hora?") con la transfiguración representada por la voz que viene del cielo: "Lo he glorificado y volveré a glorificarlo" . Y de este modo, al unir el punto más humano y frágil con la representación de la elección y condición divinas de Jesús, el evangelio de Juan nos invita a integrar en ese movimiento ascendente nuestras propias dudas y calvarios asumidos por Cristo para transformarlos en el cumplimiento definitivo que sólo Dios nos puede dar: "Cuando yo sea elevado atraeré a todos hacia mí". 

Por la fidelidad y generosidad que alimentan y motivan la entrega de Jesús, nos convierte en el nuevo Pueblo de Dios, el que ya no depende del "príncipe de este mundo", el que ya no adora como si fuera dios el dinero, el ego o la comodidad individualista. Caen los ídolos y resplandece el Dios que en Cristo nos asocia a su vida plena, a la dicha de su amor sin límites.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

CUARESMA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

  • Celebración comunitaria de la penitencia: viernes 15 de marzo 19:30
  • Charlas cuaresmales: miércoles 20 y jueves 21 a las 20h.
  • Oración: los miércoles a las 20h.
  • Via Crucis: viernes 19h. 
  • Escuela bíblica: sábados 20h. 

DOMINGO 10 DE MARZO: IV DE CUARESMA (CICLO B)

 
Decía el evangelio de San Juan, en el prólogo, que la luz brilla en las tinieblas, pero la tiniebla desconoce la luz, la niega y la oculta. Cristo, con su palabra y sus obras, a través de su vida entera, pone luz en la oscuridad, disipa la ignorancia, clarifica lo que está confuso e irradia en quienes lo aceptan la profunda alegría del que sabe hacia dónde va. Y si el prólogo del cuarto evangelio se remonta a la gloria prexistente de la Palabra que estaba con Dios y era Dios, en el pasaje de Nicodemo, esa luz es el testimonio fiel y coherente de Jesús, cuya gloris sigue brillando en el claroscuro de la historia, en la penumbra de la cotidianidad, la suya y la nuestra. Su luz es la del momento de la decisión, cuando hay que decir de qué lado estamos y hacia dónde queremos encaminar nuestros pasos. Esa es la decisión que nos juzga como la luz traza una clara divisoria entre su claridad y la confusión de la oscuridad.

CONCIERTO EN STO. DOMINGO: CORO IES "FEDERICO GARCÍA LORCA" DOMINGO 10 DE MARZO 13H.

LECTURAS

  • II Crónicas 36, 14-16. 19-23
  • Salmo 136, 1-2. 3. 4. 5. 6 R. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
  • Efesios 2, 4-10
  • Juan 3, 14-21

Nosotros nos juzgamos, nosotros nos condenamos, Dios sólo salva, sólo para salvar Dios nos envió a su Hijo. El juicio es nuestra propia decisión sobre la dirección que le queremos dar a nuestra vidas. Jesús no juzga, le basta con ofrecernos el luminoso contraste de su vida, de su enseñanza, que como luz nos debe ayudar a elegir, a tomar una opción de vida que dirija nuestras actitudes y comportamiento. Siguiendo su estela luminosa, Cristo nos encamina hacia Dios como nuestra máxima expectativa, nos guía por los senderos de la verdad para con nosotros mismos y los demás, sinceros para con Dios (Honest to God) que dijera aquél famoso libro de J. A. T. Robinson. Son nuestras obras, nuestras decisiones y el conjunto de nuestro itinerario vital los que, a la luz del modelo que Dios nos ofrece en Jesucristo, como piedra de toque, sonarán a verdaderas o falsas. Por eso, más que el miedo al juicio y al castigo, nos deberían motivar en nuestra configuración moral y espiritual, la radiante alternativa, la inspiradora propuesta que Cristo nos hace, como señero faro alzado en su cruz por encima de todas las tinieblas, las dudas y temores. ¿Es o no motivo suficiente para la alegría?

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

CUARESMA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

  • Concierto Coro del IES Federico García Lorca: domingo 10 de marzo 13h.
  • Oración: los miércoles a las 20h.
  • Via Crucis: viernes 19h. 
  • Escuela bíblica: sábados 20h. 
  • Celebración comunitaria de la penitencia: Viernes 15 de marzo, 19:30


DOMINGO 3 DE MARZO: III DE CUARESMA (CICLO B)

 
Hubo un tiempo para las grandes catedrales, cada tiempo tiene sus usos y medidas. Pero Jesús se las tuvo que ver con la confusión del Dios con el templo, de la fe con el rito, de la vida con la norma. Por eso pedía y vivía una limpieza de las relaciones con Dios para que fueran más puras, para que estuvieran descargadas de lo que no sea libertad, gratuidad y amor. En la Cuaresma intentamos clarificar nuestra respuesta a Dios de intereses y mezquindades, de autoengaños y autojustificaciones, para responderle como Él se merece, con un alma totalmente abierta a su pacto de salvación y una vida que se conduce por su voz autorizada, la de su Hijo, Jesucristo.

LECTURAS

  • Éxodo 20, 1-17
  • Salmo 18, 8. 9. 10. 11 R. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.
  • I Corintios 1, 22-25
  • Juan 2, 13-25

"La casa de mi amigo era pequeña, con flores en la puestra", así decía una inspirada canción de Ricardo Cantalapiedra. Pero esta búsqueda de lo sencillo y austero en la fe no debe centrarse únicamente en los edificios y las liturgias, debe ir, sobre todo, al corazón, verdadero templo donde Dios se encuentra como en casa y donde no podemos engañarle con trueques ni trucos. Una limpieza de la respuesta a la alianza con Dios que debiera inspirar nuestra moral y nuestra espiritualidad. Una autenticidad en el trato con Dios y el Evangelio que aspira a ser un ideal de honradez en nuestros asuntos cotidianos, públicos y privados; verdad para con nosotros mismos y los demás; generosidad en la entrega con lo que hacemos cada día. Dicen los que saben, que la purificación del Templo fue un detonante para el desenlace dramático del prendimiento, juicio y ejecución de Jesús. Cuando nosotros limpiemos nuestra fe y la hagamos más sincera, no llegará la sangre al río, pero nos costará, y mucho, ese esfuerzo de separar la apariencia de lo que somos, delindar la fe del miedo y distinguir al Dios único y verdadero de nuestra inmadurez. Para intentarlo y conseguirlo estamos en Cuaresma y contamos con el ejemplo y la recomendación del que, también en su propio desierto, clarificó qué mesianismo iba a encarnar, que modelo de humanidad nos propondría y sobre que relaciones con Dios lo sostendría. Estamos en Cuaresma como Jesús y con Él.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

CUARESMA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

  • Oración: los miércoles a las 20h.
  • Via Crucis: viernes 19h. 
  • Escuela bíblica: sábados 20h. 
  • Celebración comunitaria de la penitencia: Viernes 15 de marzo, 19:30

DOMINGO 25 DE FEBRERO: II DE CUARESMA (CICLO B)

La promesa de que Dios cumpliría su parte del pacto, de que Abrahám vería su fe multiplicada por la fe de los que por él creerían en la alianza de Dios, no puede mantener su vigencia en el tiempo sin algún indicio de que así será, sin adelantos de su cumplimiento y señales de su efectividad. Así lo fue para Abrahán su hijo Isaac y para el pueblo de Israel la tierra prometida al fínal del éxodo, o la vuelta del destierro en Babilionia. La Transfiguración hace de clave de interpretación de las muchas señales que Jesús ha ido ofreciendo de que en Él se cumple la promesa: las curaciones, la llamada de los discípulos, la transformación de vida que suscita en los que acogen su palabra, el coraje de enfrentarse a los falseamientos de la fe  por parte de quienes la viven interesadamente, en fin, la propia fidelidad de Jesús a la vocación que sintiera y madurara en el desierto. Pero, la Transfiguración no interpereta sólo la misión transcurrida hasta ese momento, el pasado compartido por Jesús con sus discípulos, también les debe servir de pista para hallar significado a los tramos más oscuros y desconcertantes que está por venir: el prendimiento, el juicio, la muerte en cruz, el sepulcro. Y así, también para nosotros, la vida entera de Jesús, culminada en su resurrección debe ayudarnos a econtrar esperanza y sentido a todas nuestras resprectivas trayectorias personales, hasta que culminemos tambíen, con Él y por Él, en nuestra propia resurrección.

MENSAJE DEL PAPA PARA LA CUARESMA 2024


VIERNES 23 DE FEBRERO, 17:30 VIA CRUCIS DE CÁRITAS DIOCESANA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

LECTURAS

  • Génesis 22, 1-2. 9-13. 15-18
  • Salmo 115, 10 y 15. 16-17. 18-19 R./ Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos
  • Romanos 8, 31b-34
  • Marcos 9, 2-10
Toda la historia de Jesús, tal y como la lee nuestra fe, es una conversación de su propia vocación y misión con la que, antes que él, desarrollaron Moisés y los profetas, la Ley y la Alianza enteras. Jesús no interrumpe ni empieza el largo diálogo de Dios con la humanidad, con su pueblo Israel y con todos los pueblos de la tierra. Con Jesús, ese diálogo alcanza la veracidad, intimidad y trascendencia del que pasa de las palabras y las ideas a la carne de la vida misma puesta en el tapete de la historia de la salvación. Ahora, Dios nos habla con nuestra propia humanidad asumida en la persona de Jesús, nos habla de nuestro destino compartiéndolo en el siervo fiel que es su Hijo Jesucristo. El realismo de la encarnación, la concreción y particularidad de la vida, convertidas en la anticipación del cumplimiento de todas las promesas divinas. Para el pasado y para el futuro, la vida de Cristo transfigura la fidelidad de Dios a su proyecto de salvación, el proyecto que Jesús encarna y nos propone, el que puede dar a todos los pasos de nuestras respectivas peripecias biográficas su sentido y su logro plenos.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

CUARESMA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

  • Oración: los miércoles a las 20h.
  • Via Crucis: viernes 19h. 
  • Escuela bíblica: sábados 20h. 
  • Celebración comunitaria de la penitencia: Viernes 15 de marzo, 19:30