DOMINGO 13 DE OCTUBRE XXVIII DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO B)

 

Sin soltar amarras, la embarcación no puede echarse al mar. Sin liberar nuestro equipaje del peso inútil de las dependencias y las servidumbres, es muy difícil que podamos seguir el paso ligero del buen Maestro bueno de Nazaret. Pero, es que amarrados al puerto, atados a nuestros miedos y perezas, será muy difícil que demos lo mejor de nosotros mismos y que ni siquiera lo lleguemos a ser.

LECTURAS

  • Sabiduría 7, 7-11
  • Sal. 89, 12-13. 14-15. 16-17 R: Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres
  • Hebreos 4, 12-13
  • Marcos 10, 17-30

Dejar, dejar y no sólo coger, tomar, conquistar, aprender, dominar. Dejar para estar más libres; soltar para andar más ligeros; compartir para encontrar más hermanos; supeditar lo premioso a lo importante; sujetar y someter las acciones y decisiones a las intenciones más elevadas, generosas y solidarias. El Maestro bueno, que además es un buen maestro, nos enseña que para subir hay que perder lastre y que para amar hay que pensar en algo más que uno mismo. Y, sí, la renuncia, los sacrificios del compromiso altruista, tendrán su recompensa, pero siempre acompañadas o, precisamente por ellas mismas, sus pesares, dolorosas cuitas como la que sufren los para amar dejar volar, tal que los padres con los hijos y los buenos enamorados y educadores. La pregunta del joven rico era por la vida eterna, y para esa no hay más camino que el angosto de la superación del egoismo, la avaricia y la insolidaridad. 

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA:

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A.  PAGOLA:

COMENTARIO AUDIOVISUAL DE VERBO DIVINO: 

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