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6 DE ENERO: EPIFANÍA DE NUESTRO SEÑOR

Un mundo cada vez más pequeño, porque las nuevas tecnologías acortan las distancias y la información llega a ser instantánea y, sin embargo, un mundo con profundas brechas de inequidad, muros infranqueables de separación y pozos sin fin de injusticia, miseria y sufrimientos evitables. Así es esta Tierra que podemos ver desde la Estación Espacial, con telescopios, satelites y cámaras de última generación. Y, atravesando brechas, muros y precipicios, la gracia derramada en Jesucristo sigue llegando al corazón del ser humano para transformarlo y permitirle descubrir en otro a un hermano, en el hermano al Dios Padre que nos hermana. Esta es la verdad de la manifestación e Epifanía de Jesucristo, la verdad que sus discípulos de todos los tiempos hemos de vivir para poder comunicarla.

LECTURAS

  • Isaías 60, 1-6
  • Sal 71, 1bc-2. 7-8. 10-11. 12-13 R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra
  • Efesios 3, 2-3a. 5-6
  • Mateo 2, 1-12

"La distribución de la gracia en favor de los gentiles", así lo llama la carta a los Efesios. El ministerio de Pablo se centró en llevar el Evangelio más allá de los confines religiosos y étnicos del judaismo para alcanzar la universalidad que es su verdadero horizonte. En la fiesta de la Epifanía del Señor, nos comprometemos, como lo hiciera san Pablo, para compartir nuestra fe con todos, para superar prejuicios y creer en la fraternidad, construir un mundo, una sociedad sin barreras ni exclusiones. 

Que más quisiéramos los que hoy tenemos la responsabilidad de la "distribución de la gracia a los gentiles" que ser tan buenos comunicadores como san Pablo; tan creíbles por coherentes, tan atractivos por sinceros y apasionados por el Evangelio que supera divisiones y clasismos. El reciente sínodo nos dice que esta tarea es cosa de todos los cristianos y debe ser un esfuerzo compartido, una misión en equipo. Con los magos de Oriente, nos disponemos a volver a nuestros respectivos ambientes de vida dando un rodeo por las sendas de la multiculturalidad, pasando por el presente de nuestra sociedad, plural, enriquecida por la diversidad. 

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA



1 DE ENERO: SANTA MARÍA MADRE DE DIOS. 57 JORNADA MUNDIAL POR LA PAZ


PAPA FRANCISCO. MENSAJE PARA LA 57 JORNADA MUNDIAL POR LA PAZ

Resumen del mensaje (Justicia y Paz)

LECTURAS

  • Números 6, 22-27
  • Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8 R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga
  • Gálatas 4, 4-7
  • Lucas 2, 16-21
El día primero del año, que es a los ocho días de la Navidad y, por tanto, el día de la circuncisión e imposición del nombre de Jesús, la Iglesia celebra también un día de alabanza a Dios por Santa María Madre de Dios y de oración por la paz. Alabamos e imploramos, agradecemos el don de la vida generosa de la Virgen María y suplicamos la sabiduría divina que nos ayude a caminar los senderos de la paz, amenazada, incluso, por el desarrollo positivo pero necesitado de supervisión de la Inteligencia Artificial.
Y entre alabanzas y súplicas, como los pastores que reconocieron a Jesús, quisiéramos comunicar al mundo lo que hemos encontrado en Jesús de Nazaret. Al igual que los oyentes del anuncio de los pastores necesitamos admirar con todas nuestras capacidades el misterio de la divinidad humanizada para que la humanidad no se deshumanice. Y con la madre de Jesús, quisiéramos guardar en nuestro corazón todas aquellas razones y sentimientos por los que admiramos a Jesús: su fidelidad al Padre, su entrega a los pobres y los que sufren, su decidida apuesta por el pleno desarrollo de nuestra condición de hijos de Dios y hermanos.
Con la bendición en el nombre bendito de Jesús, feliz año nuevo.

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

DOMINGO 31: LA SAGRADA FAMILIA

La apuesta de la Iglesia por la familia es coherente con la visión complementaria y corresponsable de la humanidad: somos interdependientes y crecemos gracias a la solidaridad intergeneracional. La familia es el ámbito esencial, no el único, pero sí el primero y el que permanece con más solidez a pesar de los embates de la vida, los problemas de económicos, de salud y las crisis mismas de las sucesivas familias que el hogar del que venimos va generando. Como primer espacio de socialización y desarrollo emocional, la familia es también "Iglesia doméstica" donde se lleva a cabo el primer anuncio de la fe y los pasos inciales de la incorporación a la comunidad. La buena noticia de la que es portadora la familia incluye, además del Evangelio, el anuncio de que es posible crear unos lazos afectivos que ayudan a cada miembro a ser él mismo y, al mismo tiempo, sentirse parte de una realidad compartida que nos supera y nos sostiene. La familia hoy es portadora de la buena noticia de la gratuidad, la fidelidad y el compromiso con los más débiles. Es un mensaje de esperanza y una oferta de un futuro posible.

 LECTURAS

  • Eclesiástico 3, 2-6.12-14
  • Sal 127, 1-2. 3. 4-5 R. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.
  • Colosenses 3, 12-21
  • Lucas 2, 22-40

La presentación de Jesús en el templo, "según la ley de Moisés", da cuenta del compromiso creyente de María y José con la fe de Israel, nos muestra que la familia de Nazaret se toma en serio cumplir con su  misión de educadora también de la fe, transmisora de la esperanza que Dios suscita en quienes creen en Él. Y el encuentro con los dos ancianos, Simeón y Ana, perseverantes en su fidelidad a las promesas de Dios nos habla de cómo la fe es posible por la solidaridad intergeneracional en la que los mayores son la mejor prenda de los lazos que la familia puede tender entre los distintos estadios del crecimiento humano y creyentes. Pero, cuando la vejez es arrinconada, esa transmisión se interrumpe y, de paso, se pierden también valores fundamentales de compasión y gratitud que debemos para los que, ahora con mayor debilidad, han sido demostración palpable de que todos hemos llegado a ser los que somos porque otros se entregaron generosamente en su tiempo, fuerzas y valores. Puede que debamos ampliar el concepto de familia, tal vez sea necesario abrirnos a nuevas formas de parentesco, paternidad, filiación y hermandad, pero de lo que no cabe duda, es que es urgente cuidar los espacios primigenios de amor y cuidado mutuo, y esos son las familias, en su gran variedad y su común importancia vital para las personas, la sociedad entera y, de manera especial, para la Iglesia.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA







25 DE DICIEMBRE: NAVIDAD (CICLO B)

 

Con nuestro santo titular, santo Domingo de Guzmán, también adoramos al niño que nació en Belén y murió en Jerusalén para resucitar y resucitarnos a una nueva humanidad, la que mejor pueda dar cuenta de nuestra semejanza con Dios. Con María y José acogemos con ternura la fragilidad de los pobres, enfermos y personas que se sienten solas o andan maltrechas de autoestima, heridas por algún daño que las rompe por dentro. Con la mula y el buey, con toda la Creación nos queremos comprometar con el cuidado de la casa común. Con los ángeles del cielo, con los pastores y los magos de oriente, alabamos a Dios que nos ha hecho iguales en dignidad y diferentes por nuestras culturas, formas de pensar y distinta personalidad. Feliz Navidad.

LECTURAS

  • Isaías 52, 7-10
  • Sal 97, 1bcde. 2-3ab. 3cd-4. 5-6 R/. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios
  • Hebreos 1, 1-6
  • Juan 1, 1-18

Esto de que la palabra se haga carne, el mensaje se convierta en historia real y compartida, y Dios se haga hombre, nos invita a los que meditamos este misterio y queremos iluminar con él nuestras vidas a asumir el gran reto de la concreción, el gran compromiso de los hechos y las acciones. El nacimiento de Jesucristo y la historia de amor y entrega a que dará lugar, sugiere al cristiano que lo contempla el esfuerzo permanente por llevar a los calendarios y agendas iniciativas de servicio y transformación de las causas de la pobreza, la injusticia y la exclusión. La Encarnación de lo divino que se hace visible en la Navidad y la misión de Cristo es una seria llamada a la toma de decisiones, movilizando nuestra generosidad, sacudiendo perezas y excusas, para dejarnos llevar por el mismo Espíritu que se encarnó de María para hacer posible lo imposible, para apoyaarnos en su fuerza y su creatividad. Será en la acogida del otro, sobre todo cuando más necesitado está, en la comunion de bienes, tiempo y cualidades para poner en marcha propuestas de empleo, socorro, vivienda, acompañamiento, cuando lo que creemos se hará realidad y el Dios del cielo estará también en la concreción palpable de cada persona. La Navidad que celebramos con fe es la hora de la decisión, ha llegado el momento de hacer algo, Dios ya lo ha hecho y ha saltado la inmensa distancia entre lo divino y lo humano para que nosotros demos el paso que supere la distancia entre el hermano y el hermano. Feliz Navidad.





6 DE ENERO: EPIFANÍA (CICLO A)

Hasta los mapas y la imagen del mundo que nos transmiten, están condicionados por la ignorante creencia de que "nosotros", los unos o los otros, somos el centro de todo y todo se mide según nuestra escala. Pero la Tierra, además de esférica, es mucho más compleja y variada en su distribución geográfica y humana que todos nuestros prejuicios. La Epifanía es la pascua de la universalidad, el paso de lo concreto y particular a la totalidad, de lo nacional y local a la fraternidad, mucho más cosmopolita que localista. Vayamos con los magos de oriente a encontrarnos con el que predica la realidad entrañable y sumamente trabajosa de que todos somos hermanos.

LECTURAS

  • Isaías (60,1-6)
  • Sal 71
  • Efesios (3,2-3a.5-6)
  • Mateo (2,1-12)

El escriba que era Mateo, conocedor y amante de las Escrituras, apegado a las raíces judías de la nueva fe que Cristo traía, es capaz de ensanchar su horizonte nacionalista, su pasión identitaria, en favor de la transformación de la humanidad que supone la fraternidad universal encarnada en Jesucristo. Y nosotros, que ya somos hijos de un cristianismo abierto a la multiculturalidad que supuso la ruptura con el judaísmo, todavía somos reticentes para superar tantos prejuicios y fobias que nos impiden reconocernos hermanos por encima de etnias, nacionalidades y religiones. Hermanos por ser hijos del mismo Dios Padre y por creer que el designio divino para toda la humanidad es de comunión, reconciliación y cooperación fraterna. Adorar con los magos al niño nacido en Belén, significa no volver a postrarnos ante la idolatría de lo nuestro como algo exclusivo y excluyente. Esto es lo que también quiere decir el mensaje del papa para la Jornada Mundial de la Paz 2023: "Nadie puede salvarse solo". Vayamos pues con los representantes de la pluralidad multicultural a reconocernos en el Niño Dios como miembros de una misma familia con un mismo destino.

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

1 DE ENERO: SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

Dicernimiento, lectura creyente de la vida, interpretación orante y reflexiva del momento presente y las consecuencias que debiera tener para nuestras decisiones... la vida y la Palabra de Dios nos exigen llevar a cabo este trabajo personal de valoración de lo que ocurre, auscultando nuestras actitudes y emociones, vislumbrando las pistas que el proyecto divino nos exige. María meditaba en su corazón cada uno de los acontecimientos que marcaban su vida como una nueva página de la historia de salvación que Dios quería llevar adelante. Y cada creyente deberá dicernir, como lo hizo María, qué significan los acontecimientos de su vida y qué debe hacer para encaminarlos hacia el horizonte de Dios. Para llevar a cabo esta tarea contamos con la ayuda del Espíritu Santo que nos habla en la oración y en la escucha atenta de la Palabra de Dios.

LECTURAS

  • Números (6,22-27)
  • Sal 66
  • Gálatas (4,4-7)
  • Lucas (2,16-21)

HORARIOS

  • Domingo 1 de enero, Santa María Madre de Dios 11:30; 12:30 y 19:30
  • Jueves 5 de enero, Vísperas de Epifanía 19:30
  • Viernes 6 de enero, Epifanía 11:30; 12:30 y 19:30
  • Domingo 8 de enero, 11:30; 12:30 y 19:30

Con la Biblia en la mano y en el corazón, con la mirada puesta en la vida, en la historia y las personas, en todos los acontecimientos, cada creyente, como hizo en su momento María, y Jesús, y todos los que han escuchado la llamada de Dios, debemos discernir las interpelaciones, denuncias y sugerencias que nos presenta la vida cuando la leemos desde la fe. Este discernimiento es personal, pero también debe ser comunitario. De hecho, cada Eucaristía, cada celebración sacramental, especialmente la de la Reconciliación, son momentos de discernimiento, de lectura creyenta de la realidad. Porque es en nuestra realidad cotidiana donde Dios sigue llamando y donde hemos de responderle. 

Intentemos no caer en la improvisación descuidada para no ser víctimas de las circunstancias, sin tomar parte en ellas con responsabilidad, con libre y carismática autodeterminación. Intentemos cuidar la oración, las celebraciones, el acompañamiento espiritual, la acogida de los testimonios que nos brindan los hermanos, para poder descifrar lo que Dios nos dice y nos pide en la hora presente. Este discernimiento es imprescindible para que desarrollemos con nuestra vida y nuestra fe un auténtico proyecto y formemos parte del proyecto Dios; para que no seamos la consecuencia más o menos azarosa del paso del tiempo. No somos meras maronetas, ni hojas arrastradas por el viento, llevamos dentro la fuerza y la dignidad de nuestra vocación de hijos de Dios. Por eso mismo hay que sintonizar con su mensaje latente en la vida y patente en el rostro del hermano.


LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


CATEQUESIS DEL PAPA SOBRE EL DISCERNIMIENTO



FELIZ NAVIDAD

 

Sandro Boticelli. Natividad mística (1501)

Los ángeles en el cielo cantan la gloria de Dios que ha descendido a la tierra en la carne frágil del niño, en la tenura amorosa de la madre y la entrega arrobada de San José, que absorto mira la critatura. En la tierra, los ángeles abrazan a los que buscan a Dios, a los que se perdieron y con Jesús han encontrado el sentido de sus vidas, y acompañan a los penitentes y convertidos en su adoración del instante trascendental que cambiará sus vidas y las de toda la humanidad.

Feliz Navidad para todos. Y especialmente, para los que les ha nacido en el pecho la irresistible aspiración de seguir a Jesús y ascender con Él a lo más alto de la escala humana de felicidad y verdad, a las cimas insuperables del servicio, la entrega y el amor desinteresado. Esa la Buena Nueva posible y real que canta una tríada de ángeles sobre el cobertizo, con ramos de olivo, signo inequívoco del final del diluvio y de la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén, porque como dice el villancico rociero, "y yo estoy viendo en la frente de mi Dios una corona de espinas".

Feliz Navidad para esta humanidad golpeada una y otra vez por las consecuencias del egoismo, el odio y la violencia. Porque la Buena Nueva del niño nacido en Belén comporta la inquebrantable solidaridad de Dios con nuestra condición malherida, por eso, "el niño que está en la cuna, en una cruz morirá".

25 DE DICIEMBRE: NAVIDAD


Puede que fuera aquí, la tradición así lo ha defendido durante siglos y la devoción lo ha avalado con la autoridad de la emoción y la adoración. O puede que no sepamos exactamente donde nació Jesús, ni el día, el mes, el año, ni la hora. Pero lo que es seguro es que la carne que pronunció el Verbo de Dios tuvo un lugar y un momento en la historia. Es seguro que Jesús de Nazaret, para ser el Cristo de Dios y predicar su palabra salvadora, tuvo una biografía; que sus pasos dejaban una huella y su vida tenía un perfil histórico, porque solo así podía hacer realidad todo el amor y la voluntad divina de salvación. Así que nos vale este sitio, y esta fecha del 25 de diciembre, para proclamar que el que se hizo historia para cambiarla, el que se encarnó para elevar las expectivas de la humanidad hasta la altura del Dios que la creó, nació en Belén, vivió en Nazaret, murió y resucitó en Jerusalén. A nosotros nos tocar hacerlo realidad aquí y ahora donde vivimos.

LECTURAS

  • Isaías (52,7-10)
  • Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6
  • Hebreos (1,1-6)
  • Juan (1,1-18)

HORARIOS

  • 24 de diciembre: MISA DEL GALLO 24h.
  • 25 de diciembre: MISAS DE NAVIDAD 11:30; 12:30 y 19:30

En tiempos tan cuantificadores como los nuestros, en una cultura que se precia de ponerle número a todo, de datar, pesar y medirlo todo, la imprecisión histórica sobre el nacimiento de Jesús bien pudiera ser la gran pista de su valor intemporal y universal: aún cuando nosotros no podamos precisarlo, Jesús no solo nació en un determinado lugar y momento, fueran los que fueran, sino que vivió en una época histórica, bajo el peso de todos los condicionantes que forman parte de la realidad humana: economía, política, cultura, religión... Y esa es la verdad que cuenta, la que nos debería importar, porque es la verdad que salva: en Jesús, en su realidad personal e histórica, Dios nos habla con su palabra creadora y eterna. Y, a partir de aquí, año arriba o año abajo, en invierno o verano, el nacimiento de Cristo es trascendental, porque sitúa en la escala de la salvación y del amor de Dios todo lo que vino después de Belén: su vida en Nazaret, su periodo de preparación en el desierto, la predicación por Galilea, la pasión y cruz en Jerusalén... todo el Evangelio remite a la voluntad divina de hablarnos en nuestro tiempo y habitar entre nosotros para que lo podamos reconocer, para que pueda hacernos "hijos de Dios". La Navidad es la invitación a que leamos nuestras propias coordenadas históricas en clave de trascendencia y a que sepamos reconocer la trascendencia en nuestro propio calendario y agenda presentes.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA




6 DE ENERO, EPIFANÍA DEL SEÑOR

Humilde y doméstica. Hogareña y práctica. Para comer y reunirse. Lo material y lo espiritual juntos. La mesa camilla bien pudiera simbolizar que la fe en el Dios hecho humano debiera ayudarnos a desprendernos de ese puritanismo moralista que ve en lo social y acostumbrado solo desviación y perdición. Si Dios está entre las pucheros (santa Teresa), cuanto más estará en la familia y los amigos que se juntan a celebrar y compartir. 

HORARIOS DE NAVIDAD

Epifanía (6 de enero): 11.30; 12:30 y 19:30

LECTURAS

  • Isaías (60,1-6)
  • Sal 71
  • Efesios (3,2-3a.5-6)
  • Mateo (2,1-12)

Hay quien confunde la trascendencia con la lejanía, lo espiritual con la abstracción, a Dios con una idea perfecta pero sin encarnación. Claro que la Navidad es algo más que el consumo y que la fiesta de los Reyes Magos es más que los regalos. ¿Pero qué tiene de malo que lo profundo y esencial de la fe se convierta en gestos y costumbres que nos permitan vivir y tocar lo inalcanzable como parte de nuestra vida cotidiana? Los moralistas y enfurruñados, puristas y puritanos, siempre buscan una pega para amargar las vivencias sencillas e inmediatas de la vida familiar, que se hace concreta y real en torno a la mesa donde se comparte lo que somos. Sin temor a caer en el hedonismo ni el materialismo, veamos también en los regalos que traen los Reyes, en el deseo de hacer felices a los niños, en la alegría de reunir a la familia, una huella de la manifestación del Dios que se hizo humano. A ver si después de recorrer ese gran trecho el Dios encarnado, ahora solo queremos verlo en los dogmas y lo sagrado que, si bien ahí también mora Él, no falta tampoco en el abrazo, los buenos deseos y la materialidad de la vida que Él iluminó de eternidad, siempre y cuando, claro está, no nos quedemos con el envoltorio ni dejemos de disfrutarlo con gratitud y gratuidad.

1 Y 2 DE ENERO: SANTA MARÍA MADRE DE DIOS Y DOMINGO II DE NAVIDAD


HORARIOS DE NAVIDAD

1 de enero. Santa María Madre de Dios: 11:30; 12;30 y 19:30

2 de enero. Domingo II de Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
6 de enero. Epifanía del Señor: 11:30; 12;30 y 19:30


1 de enero: Santa María Madre de Dios. Jornada mundial de la Paz

  • Números (6,22-27)
  • Sal 66
  • Gálatas (4,4-7)
  • Lucas (2,16-21)

2 de enero: Domingo II DE NAVIDAD

LECTURAS

  • Eclesiástico (24, 1-2. 8-12)
  • Sal 147
  • Efesios (1,3-6. 15.18)
  • Juan (1, 1-18)

La lectura del prólogo de San Juan en el Domingo II de Navidad (2 de enero) prolonga y da sentido al motivo con el que el papa ha querido invitarnos a reflexionar sobre la paz en la jornada del 1 de enero: "Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera". De hecho, la Jornada Mundial de la Paz reclama un diálogo que solo una palabra encarnada puede sostener, un diálogo desde la realidad concreta que vive la humanidad y que sufren especialmente los pueblos en guerra y los millones de desplazados que huyen de ella. Reclamamos para toda la humanidad esa bendicion que Israel pedía para sí: "El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz". Y quienes, como los pastores en Belén, encontramos en Jesús al príncipe de la paz, no podemos sino sumar nuestras oraciones y nuestras fuerzas para que con la ayuda de la educación, el trabajo y la solidaridad inter - generacional, sea posible la paz y la cooperación entre los pueblos. Así lo pedimos y quisiéramos que al comenzar el año con estas intenciones, nos inspiren para que nuestro compromiso por la paz sea efectivo. En el nombre de Jesús, "en quien Dios nos ha destinado a ser sus hijos", súmemonos a todos los que construyen la paz.

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

DOMINGO 26 DE DICIEMBRE: LA SAGRADA FAMILIA

 
Aunque no sea el lugar más amplio ni más cómodo de nuestras casas, es en la cocina donde nos gusta estar, mientras se prepara la comida, o por la noche antes de ir a la cama. Es el lugar donde se cuida a todos los miembros de la familia y permanecen cacharros que nos son tan familiares como los grandes recuerdos de celebraciones. Es el signo de la vida cotidiana, de lo que transcurre casi imperceptiblemente y sin embargo nos hace llegar a nuestras respectivas metas vitales. La Sagrada Familia de Nazaret sirva hoy de motivo para agradecer y comprometernos por nuestras familias y todas las que necesitan que se les apoye.

HORARIOS DE NAVIDAD

24 de diciembre: Misa del Gallo 24h.
25 de diciembre. Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
26 de diciembre. Domingo, Sagrada Familia: 11:30; 12;30 y 19:30
1 de enero. Santa María Madre de Dios: 11:30; 12;30 y 19:30
2 de enero. Domingo II de Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
6 de enero. Epifanía del Señor: 11:30; 12;30 y 19:30

LECTURAS

  • Eclesiástico (3,2-6.12-14)
  • Sal 127,1-2.3.4-5
  • Colosenses (3,12-21)
  • Lucas (2,41-52)

Con una inmensa fe en las posibilidades de la familia, pero también con un sano realismo respecto a sus limitaciones y peligros, el papa Francisco nos animó en Amoris Laetitia a construir hogares basados en la confianza mutua, el respeto a la dignidad y libertad de cada uno de sus miembros y el sentido cristiano de la apertura a los demás. Estos valores, que pueden ser compatibles con muchas formas de pensar y de creer, nos invitan a celebrar el día de la Sagrada Familia como un reencuentro con lo que nos ha permitido a cada uno ser nosotros mismos y con lo que le debemos a quienes nos cuidaron o necesitan que los cuidemos. La familia cristiana no debe ser un búnker, por cálido que sea, cerrado a los problemas de la sociedad. En este año del Sínodo sobre la comunión, participación y misión que edifican a la Iglesia, las familias están llamadas de nuevo a ser, como dijera el concilio Vaticano II, iglesias domésticas, pero también la Iglesia está llamada a ser más hogar y menos institución administrativa, más cocina y menos despacho, más hospital de campaña y menos aduana.

HOJA DOMINICAL

NAVIDAD

En el año del octavo centenario de la muerte de Santo Domingo de Guzmán (6 de agosto de 1221) evocamos el acontecimiento salvífico del nacimiento de Cristo, en la humildad de nuestra carne, con la presencia orante y testimonial del santo predicador y titular de nuestra parroquia. Creer que en Jesús nos ha nacido el Cristo que culmina las aspiraciones de humanidad y comunión con Dios debe animarnos a ser testigos de nuestra fe. Feliz Navidad.

HORARIOS DE NAVIDAD

24 de diciembre: Misa del Gallo 24h.
25 de diciembre. Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
26 de diciembre. Domingo, Sagrada Familia: 11:30; 12;30 y 19:30
1 de enero. Santa María Madre de Dios: 11:30; 12;30 y 19:30
2 de enero. Domingo II de Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
6 de enero. Epifanía del Señor: 11:30; 12;30 y 19:30

LECTURAS

  • Isaías (52,7-10)
  • Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6
  • Hebreos (1,1-6)
  • Juan (1,1-18)

El nacimiento de Jesús en la versión de san Lucas está marcado por una necesaria itinerancia, por una movilidad que llevará a María y a José de Nazaret a Belén, para luego retornar a su hogar de siempre: Nazaret. Por el contrario, en la reconstrucción de san Mateo, ya nacido Jesús en Belén, la Sagrada Familia deberá emigrar e Egipto, como los descendientes de Jacob, para huir de la persecución y, como refugiados, como Moisés, salir de Egipto y peregrinar a Israel, para esconderse en Nazaret. Pero, en ambos evangelios, el nacimiento del salvador acontece bajo el signo de la itinerancia, de la migración, que hace al Hijo de Dios solidario con esta experiencia tan humana y hoy tan acuciante. En este momento de extrema gravedad para millones de migrantes en todo el mundo, no podemos mirar al niño nacido en Belén y celebrar su santa navidad sin contemplar su llamada a la acogida solidaria del otro en el que nace de nuevo el Dios Hijo, que nos humaniza, porque nos hermana, nos hace corresponsables del destino de nuestros hermanos. FELIZ NAVIDAD.

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA


DOMINGO 9 DE ENERO: EL BAUTISMO DEL SEÑOR (CICLO B)

El Baustimo de Jesús, como el nuestro, es solo una estación, ni siquiera es el verdadero origen de nuestro itinerario cristiano, pues antes vienen otras paradas que empiezan incluso antes de nacer, cuando las familias deciden como educar a los hijos. Pero es una nudo de comunicaciones muy importante, por ahí pasa la línea circular de la relación de Dios con la persona, también la de la pertenencia a la Iglesia como miembros de pleno derecho en ingualdad de dignidad a todos los cristianos, y está el recorrido de los siete sacramentos, y la línea de la misión de los cristianos en el mundo... como se ve, una tupida red de direcciones, todas complementarias e intercomunicadas.

LECTURAS

  •  Isaías (42,1-4.6-7)
  • Sal 28,1a.2.3ac-4.3b.9b-10
  • Hechos de los Apóstoles (10,34-38)
  • Marcos (1,7-11)

El bautismo de Jesús en el Jordán no fue el bautismo cristiano, pero lo anticipó. Todavía quedaban muchos pasos por dar en este viaje de ida y vuelta a Galilea, pasando por Jerusalén. Entre el bautismo con agua y el bautismo en el Espíritu, Jesús tendrá que afrontar decepciones y llevar más de una cruz hasta la del calvario, que es donde prenderá, resurrección mediante, un bautismo no solo de conversión, sino de pleno renacimiento. Contemplar la escena del bautismo de Jesús y la figura precursora del Bautismo, nos debería ayudar a comprender toda nuestra vida cristiana como el desarrollo paulatino de esas posibilidades para una nueva humanidad que nos ofrece bautizarnos en Cristo. No nos bautizamos ya en el Jordán, sino en la Pascua salvadora que da pleno cumplimiento a lo que otros profetas anunciaron, Juan señaló y Jesús llevó al buen término, que es justo donde nosotros hemos de comenzar.

Solo el Padre puede decirnos quién es el Hijo, sólo el Padre puede confirmarle a Jesús que él es el Hijo. Del mismo modo que conociendo la verdadera identidad de Jesús, el Bautista encuentra su propia identidad ("yo no soy el mesías, ni Elías, ni el profeta") cada uno de nosotros encontramos en Jesús las pistas para descubrirnos e identificar nuestra misión. Y esa claridad con la que el Hijo nos devuelve nuestro verdadero rostro, el nombre más profundo y el sentido de nuestras horas, le viene de su conciencia de proximidad y complicidad con el Padre. Los seguidores de Cristo nos bautizamos con Él en la íntima confianza que da ser hijos, ser amados del Padre.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: PUEBLO DE DIOS EN SALIDA


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

6 DE ENERO: EPIFANÍA

 
Hasta en el agua dejan huellas los buscadores de la verdad que da vida, de la etenidad que se hace accesible en lo pequeño, débil y cotidiano. En tiempos de populismos nacionalistas y xenófobos, racistas y supremacistas, reconocer que todos venimos de África, que Jesús era judío, que el Reino desbordó los límites de la ley y el amor los de todos los prejuicios, puede ayudarnos a recuperar la fraternidad universal, esa que el papa predica en Fratelli tutti y que Cristo supuso, como luz de los pueblos para todos los que acogen su Evangelio.

LECTURAS

  • Isaías (60,1-6)
  • Sal 71
  • Efesios (3,2-3a.5-6)
  • Mateo (2,1-12)

Visibilidad, que no publicidad ni ostentación, la Epifanía del Señor pone a la vista que lo que trae de parte de Dios no es un secreto inaccesible, sino una pública oferta de salvación. Por eso no se quedó Jesús en el desierto, sino que se acercó, por los caminos de Galilea y las calles de pueblos y ciudades, a todos los que quisieran escuchar que Dios es Padre, que nos ama y, por eso mismo, nos pide para con los otros un trato de fraternidad. Las lacras del racismo y la xenofobia, a costa del olvido de que todos fuimos emigrantes y de que la Tierra es de todos, amenaza nuestra verdadera humanidad, además de poner en peligro la justicia, la solidaridad y el necesario enriquecimiento que aporta el encuentro de los pueblos. Por eso, hoy más que nunca la estrella que debe guiar nuestros pasos y adoración del Dios que se ha hecho visible en Jesús de Nazaret, deben pasar por tender lazos de fraternidad y evitar la tentación de los sentimientos y expresiones exclusivistas e inhospitalarias. 

DOMINGO 3 DE ENERO: II DE NAVIDAD

Este es el campo de refugiados organizado por el gobierno griego tras el incendio del campamento de Moria, en la isla de Lesbos. Dentro de lo que cabe, una imagen limpia y ordenada, pero la vida de los refugiados y otros inmigrantes no deja de ser le cara oculta de un mundo que se quiere desarrollado, amante de la libertad, democrático y progresista... La palabra que acampó entre nosotros debe tener también una tienda entre las que habitan familias desahuciadas por la pobreza y las guerras. La palabra que se hizo carne no fue recibida por los suyos. La palabra que es luz en medio de las tinieblas, nos reclama una atención y disponibilidad para la acogida, la hospitalidad y la solidaridad. Si no, allí se quedará entre las tiendas de campaña de los que no tienen nada.

LECTURAS

  •  Eclesiástico (24,1-2.8-12)
  • Sal 147,12-13.14-15.19-20
  • Efesios (1,3-6.15-18)
  • Juan (1,1-18)

Ya hemos tenido ocasión de leer el prólogo de San Juan el día de Navidad y el jueves de la Octava de Navidad. Y de nuevo, en este segundo domingo de Navidad, con insistencia que busca la perseverancia de la contemplación, la liturgia vuelve a proponer el decisivo texto que abre el cuarto Evangelio: Dios es palabra, la palabra de Dios es creadora, la palabra que estaba con Dios se ha incardinado entre nosotros, se ha hecho humanidad y ha acampado en la historia. Junto a la confesión ferviente de la divinidad de la Palabra que es Cristo, sin menoscabo ni contradicción para su origen divino, se afirma la encarnación, la inmersión de Dios en nuestra realidad histórica y antropológica. 

Esta irrupción y convivencia del Verbo divino con nosotros se abre en múltiples direcciones: espirituales ("les de da el poder de hacerse hijos de Dios"); solidarias ("y acampó entre nosotros"); eclesiales ("para dar testimonio de la luz")... Y en todas las direcciones que avancemos siguiendo la estela encarnacional de la Palabra que estaba con Dios y que nos ofrece la única visibilidad del invisible, podremos experimentar que más allá de las normas, de la ley que se dio por Moisés, está la incesante donación de gracia por parte de Cristo, para que podamos reconocerle, seguirle y encarnar también nuestra fe en esta realidad tan herida por el egoísmo, la injusticia, la fragilidades múltiples, las múltiples soledades. 

Si Dios ha realizado este movimiento de proximidad a nuestras vidas y sus críticas circunstancias; si de lo divino ha viajado a lo humano para iluminarlo desde dentro; si de la inaccesibilidad invisible ha virado hacia su presencia en medio de nosotros, en el rostros del hermano... ¿no vamos a ser capaces de levantarnos para abrir la puerta al que llama por su necesidad y menesterosidad?, ¿nos va a ser imposible unirnos en las cosas esenciales como la salud, la justicia y la solidaridad?, ¿seguiremos sin dar el paso evolutivo que nos capacita como hijos de Dios para construir la fraternidad? Sí, merece la pena, aunque sea reitararivo, leer, medita, contemplar y sacar conclusiones de esta gesta por parte de Dios que nos muestra, reverente y solemne, el inicio del evangelio de Juan.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: VIDA NUEVA PARA EL NUEVO AÑO


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

1 DE ENERO. SANTA MARÍA MADRE DE DIOS. JORNADA POR LA PAZ

 

La solidaridad expresa concretamente el amor por el otro, no como un sentimiento vago, sino como «determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos». La solidaridad nos ayuda a ver al otro —entendido como persona o, en sentido más amplio, como pueblo o nación— no como una estadística, o un medio para ser explotado y luego desechado cuando ya no es útil, sino como nuestro prójimo, compañero de camino, llamado a participar, como nosotros, en el banquete de la vida al que todos están invitados igualmente por Dios. (Mensaje para la LIV Jornada Mundial de la Paz)

LECTURAS

  • Números (6,22-27)
  • Sal 66
  • Gálatas (4,4-7)
  • Lucas (2,16-21)

¿Qué encontraron los pastores cuando llegaron a Belén? A un niño acostado en un pesebre, a una madre y un padre con él. Encontraron, en medio de la pobreza, cuidado, cariño, protección, atención, ternura... y es ahí donde el ángel les dijo que encontrarían al salvador que le había nacido al mundo. A veces pensamos en la la solidaridad como una gesta heroica, en la encarnación de Dios como un milagro refulgente, en la fe como una extraordinaria y original peculiaridad que nos hace especiales. Pero Dios se hizo humanidad con sencillez, nació el hijo de Dios como debieran nacer todos los niños, rodeado de amor; y Santa María, madre de Dios, lo es empezando por hacer lo que toda madre y todo padre deben hacer: cuidar. 

El papa Francisco nos propone para esta Jornada Mundial de la paz una "brújula" de principios personales y sociales: 

  • El cuidado como promoción de la dignidad y de los derechos de la persona
  • El cuidado del bien común.
  • El cuidado mediante la solidaridad.
  • El cuidado y la protección de la Creación.
Cuatro puntos cardinales para que el mundo entero, la humanidad unida, se oriente hacia la paz. Y para conseguirlo propone a los cristianos que vivamos y compartamos nuestra visión de Dios como creador y cuidador, de Jesús como entregado al cuidado de los más débiles, de los seguidores de Cristo que pusieron la caridad en el centro de su vida comunitaria. Y junto a todo ello, nos recuerda el Evangelio, María guarda cada detalle en su corazón para que no se pierda nada de lo que Dios ha hecho realidad en su Hijo Jesucristo con la aportación de ella misma y de todos los que se convertirán en discípulos suyos.

LIV JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ: LA CULTURA DEL CUIDADO COMO CAMINO DE PAZ


DOMINGO 27 DE DICIEMBRE: SAGRADA FAMILIA

San José parece decirle al abuelo San Joaquíen que no inquiete a la madre con las dificultades venideras, o tal vez la está bendiciendo para que Santa María afronte lo que tenga que ser, con mismas esperanza y disponibilidad que aceptó el anuncio del ángel. Con más ternura, la abuela Santa Ana pone su cariño en la caricia y el niño se la devuelve con la mirada de quien, como le ocurre a todos los niños, sabe distinguir la fuerza protectora que hay en el amor de nuetsros mayores por los más pequeños. Este año, la Jornada de la Sagrada Familia pone en su corazón a aquellos que llevan en su corazón fatigado por los años las alegrías y tristezas de la familia, nuestros mayores.

LECTURAS

  • Eclesiástico (3,2-6.12-14)
  • Sal 127
  • Colosenses (3,12-21)
  • Lucas (2,22-40)

Jesús, María y José, en Belén o en Nazaret, del nacimiento a la cruz, la realidad de la familia extiende su manto mucho más allá de los límites del espacio y el tiempo, por encima de las limitaciones económicas y de la salud. Son las familias las que han soportado con su red de solidaridad interna y transgeneracional las muchas penurias que las diferentes crisis de la vida han impuesto a sus miembros. Y han sido, sobre todo los mayores, los abuelos, quienes más sacrificios han soportado. Ellos han mantenido con sus pensiones y con sus sacrificios, con su apoyo en la crianza de los niños, sus consejos a los hijos, su ternura para con los nietos, los vínculos que nos unen a la tierra, al día a día, pero también las aspiraciones de elevar hacia Dios nuestra búsqueda de plenitud. ¡Cuantos menores han sido bautizados y han venido a la catequesis de Primera Comunión, porque los abuelos insistieron!, sabiendo que lo más importante no es lo que llevamos puesto ni lo que guardamos en el banco, sino lo que somos a duras penas y lo que necesitamos además de lo material, más que lo material. Por eso merecen nuestro homenaje, pero empezando por el justo reconocimiento de sus derechos a una salud y unos cuidados a la altura de lo mucho que nos han dado. En memoria de la sagrada familia de Jesús, la Iglesia quiere también pagar su deuda de gratitud con esa tarea catequética, espiritual y de socorro que los mayores han realizado también dentro de esta otra familia que es la comunidad cristiana.

LECTIO DIVINA DE SSAN ROQUE DE HELLIN: CUMPLIR LA PROMESA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

"JESÚS, MARÍA Y JOSÉ. LOS EVANGELIOS DE LA INFANCIA". Libro de Joaquín Arnau Amo que el Día de la Sagrada Familia será puesto a la venta en la parroquia de Santo Domingo con el fin de recaudar fondos para la misión de Puerto Cabeza en Nicaragua, asolada por los recientes huracanes.

 


25 DE DICIEMBRE. NAVIDAD


La Natividad, Mateo Gaddi, 1325. San José descansa pero su mente y su corazón están dándole vueltas a las tareas de padre, esposo y custodio. María, solícita, pero con calma y dominio de la situación, vela y cuida, protege y acuna.  El resto de los personajes, animales y ángeles incluidos, se superponen en distintas capas de profundidad para escalonar y enmarcar en la historia y las relaciones, la terna afectiva y salvífica que forman Jesús, María y José. Hay diferentes niveles de cercanía, profundidad y adentramiento para que cada uno encuentre su lugar. Y otra Navidad más, cada cristiano contempla la escena para hallar su propio papel en la historia de comunicación entre Dios y los hombres, en la que se encuandra, como una escena primeriza, el relato del nacimiento del Salvador. Este año, por la pandemia, en nuestra parroquia sustituiremos la misa del Gallo del 24 de diciembre por una Eucaristía de esperanza y gratitud a las 19h.

LECTURAS

  •  Isaías (52,7-10)
  • Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6
  • Hebreos (1,1-6)
  • Juan (1,1-18)

Sí, de muchas maneras y en diferentes épocas, habló Dios a la humanidad. Pero ahora es la definitiva -que no la última, porque Dios no deja de hablarnos- pues lo ha hecho en la realidad humana del hombre Jesús de Nazaret, en la que se encarna la Palabra creadora y reveladora por la que el Padre nos hace llegar su deseo de comunión con nosotros: "Y el Verbo se hizo carne y acampó entre nosotros". El prólogo de San Juan traza la línea descendente que va de Dios a la carne y la historia. Y Cristo, cercanía y transparencia de lo divino, recorre esa línea para ayudarnos a que nosotros la podamos, a nuestro tiempo, remontar en sentido ascendente, de la materialiad y el tiempo a la plenitud eterna: "les da el poder de ser hijos de Dios". Cada Navidad es para los creyentes una ocasión para retomar el empeño de ascender por la vía de la humildad y el abajamiento, por la escala del servicio y la fraternidad. Un recorrido que supone tomar partido por la luz frente a las tinieblas, por la acogida y la vida frente a la soledad y la muerte. 

Celebrar la Navidad con fe en lo que Jesucristo nos alcanza con su vida, muerte y resurrección, debiera ser renovar nuestra esperanza de que cada uno y todos juntos, podemos encarnar en nuestras historias compartidas el deseo divino de compartir con nosotros su caridad infinita y la propuesta, no menos divina, de que nos reencontremos como hermanos y, como tales, nos cuidemos, respetemos y socorramos. Es, por tanto, la Navidad, una ilusionante apuesta por el día de mañana que hoy hemos de adelantar. La apuesta decidida y comprometida por un mundo sin excluidos, por unas ciudades sin asentamientos de personas sin hogar, por una relación respetuosa con la naturaleza y un fortalecido interés por la espiritualidad que necesitamos para conseguir todo lo demás.

Pedimos a Dios para que la alegría esperanzadora de una nueva humanidad, "nacida de Dios", haga posible en nuestro mundo y en la hora presente los dones de la paz y la fraternidad. Así lo pedimos para todos los pueblos de la tierra, convencidos de que somos "todos hermanos".