La campaña del Domingo Mundial de las Misiones es siempre motiva de gratitud, interperlación y compromiso: gratitud por las misioneras y misioneros que dan lo mejor de nuestras comunidades, la fe; la interpelación que supone la pobreza de Dios, la carencia de pan, la omnipresencia de la injusticia; y compromiso con el Evangelio que nos envía a todos a ser testigos de Jesucristo y el Reino de Dios.
LECTURAS
- Isaías 53, 10-11
- Sal. 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 R: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti
- Hebreos 4, 14-16
- Marcos 10, 35-45
"Entre vosotros nos sea así", nos dice Jesús a los que le seguimos y formamos su Iglesia. Entre nosotros no deben haber relaciones de poder, desigualdad y anulación. Precisamente la idea de sinodalidad que guía el presente Sínodo busca arraigar en nuestros hábitos y formas de pensar unas relaciones eclesiales basadas en la comunión, la participación y la misión. Comunión porque en cuanto a nuestro ser Iglesia todos tenemos, indepedientemente de nuestra particular vocación, un común origen y dignidad, la que nos da seguir a Jesús. Participación porque siendo todos miembros de la misma dignidad e importancia, debemos tomar la palabra, poder expresar nuestra voz y formar parte activa de los procesos de decisión. Y misión, que es lo mismo que decir complicidad con Jesús en su propia tarea de anunicar el Evangelio. Nos costará, porque a pesar de que es el propio Señor el que nos ha ofrecido las líneas de acción y el manual de estilo de la eclesalidad, pesan mucho los siglos de clericalismo y pasividad laical. Por eso mismo merece la pena ponernos ya a ello.
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