LECTURAS
- Is 60, 1-6. La gloria del Señor amanece sobre ti.
- Sal 71. R. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
- Ef 3, 2-3a. 5-6. Ahora ha sido revelado que los gentiles son coherederos
de la promesa.
- Mt 2, 1-12. Venimos a adorar al Rey.
La estrella que guiara a los magos hasta el niño de María y José, como la atención a los cielos de los extranjeros que buscan al que ha nacido en Belén, nos hablan de la profunda conexión que hay entre el cosmos al que pertenecemos y la intencionalidad que el Dios creador le dio a todo cuanto existe. Para aquellos vigilantes de los astros, como para todos los humanos que tenemos preguntas y queremos darle a nuestros pasos una dirección que les de sentido, la vida querida por Dios y manifiesta en toda la realidad creada es un mapa que nos ayuda a encaminar nuestros pasos hacia su meta. La condición de extranjeros, como la de caminantes, hace de los magos imagen de nuestra común marcha y, al mismo tiempo, viaje particular e irrepetible para cada uno. No puede ser que hasta los astros y las hormigas, los cielos y la tierra nos hablen de Dios y sintamos extrañeza y rechazo por las diferencias culturales, étnicas o nacionales de las personas con las que hacemos la misma singladura y acometemos el mismo y extraordinario viaje hacia Dios. Una vez más, la tentación de la xenofobia, el racismo y la intolerancia para con el diferente, rompen la íntima conexión que hay entre todos nosotros y el Dios que nos creó.
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