LA MISA DEL GALLO SERÁ A LAS 12 DE LA NOCHE
LECTURAS
- Isaías 52, 7-10
- Salmo 97, 1bcde. 2-3ab. 3cd-4. 5-6 R/. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios
- Hebreos 1, 1-6
- Juan 1, 1-18
Nosotros creemos que te vamos a proteger y arropar, a cuidar y criar, pero eres tú, niño en Belén, recien nacido entre incertidumbres e imprevisibles accidentes, el que nos sostendrá y revestirá de una nueva humanidad.
Nosotros te adoramos y contemplamos, con veneración y respeto, pero eres tú el que devuelve dignidad a esta dura tarea de hacernos personas y hacer humano nuestro mundo.
Nosotros venimos y vamos, estamos y desaparecemos, pero eres tú el que permanece, el que nos espera y nos acoge, el que acompaña y nos envía sin cesar por los caminos de la paz y la hermandad.
Nosotros y nuestro pueblo, tu pueblo santo, te cantamos y honramos, celebramos y evocamos como fiel reflejo de lo que fuimos y lo que quisimos ser, pero pero eres tú el que convierte el tiempo en eternidad y los pasos perdidos en prometedora peregrinación hacia la morada de la que tú eres primicia, guía y glorioso anticipo.
En tu nombre niño Jesús en Belén, palabra que acampa y da luz en medio de las tinieblas refractarias a tanto amor y generosidad derrochadas por Dios en ti, seguimos anhelando paz, justicia y reconciliación; déjanos verlas todavía alcanzables en tus hechuras de divina humanidad recien nacida y recién ofrecida para todos los tiempos y todas las generaciones, sobre todo, para los que sufren y no ven atisbos de alivio, ni consuelo en su penar. En tu nombre quisiéramos nacer para ellos y con ellos levantarnos hacia tu estatura de promisión y redención.
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