25 DE DICIEMBRE: NAVIDAD (CICLO B)

 

Con nuestro santo titular, santo Domingo de Guzmán, también adoramos al niño que nació en Belén y murió en Jerusalén para resucitar y resucitarnos a una nueva humanidad, la que mejor pueda dar cuenta de nuestra semejanza con Dios. Con María y José acogemos con ternura la fragilidad de los pobres, enfermos y personas que se sienten solas o andan maltrechas de autoestima, heridas por algún daño que las rompe por dentro. Con la mula y el buey, con toda la Creación nos queremos comprometar con el cuidado de la casa común. Con los ángeles del cielo, con los pastores y los magos de oriente, alabamos a Dios que nos ha hecho iguales en dignidad y diferentes por nuestras culturas, formas de pensar y distinta personalidad. Feliz Navidad.

LECTURAS

  • Isaías 52, 7-10
  • Sal 97, 1bcde. 2-3ab. 3cd-4. 5-6 R/. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios
  • Hebreos 1, 1-6
  • Juan 1, 1-18

Esto de que la palabra se haga carne, el mensaje se convierta en historia real y compartida, y Dios se haga hombre, nos invita a los que meditamos este misterio y queremos iluminar con él nuestras vidas a asumir el gran reto de la concreción, el gran compromiso de los hechos y las acciones. El nacimiento de Jesucristo y la historia de amor y entrega a que dará lugar, sugiere al cristiano que lo contempla el esfuerzo permanente por llevar a los calendarios y agendas iniciativas de servicio y transformación de las causas de la pobreza, la injusticia y la exclusión. La Encarnación de lo divino que se hace visible en la Navidad y la misión de Cristo es una seria llamada a la toma de decisiones, movilizando nuestra generosidad, sacudiendo perezas y excusas, para dejarnos llevar por el mismo Espíritu que se encarnó de María para hacer posible lo imposible, para apoyaarnos en su fuerza y su creatividad. Será en la acogida del otro, sobre todo cuando más necesitado está, en la comunion de bienes, tiempo y cualidades para poner en marcha propuestas de empleo, socorro, vivienda, acompañamiento, cuando lo que creemos se hará realidad y el Dios del cielo estará también en la concreción palpable de cada persona. La Navidad que celebramos con fe es la hora de la decisión, ha llegado el momento de hacer algo, Dios ya lo ha hecho y ha saltado la inmensa distancia entre lo divino y lo humano para que nosotros demos el paso que supere la distancia entre el hermano y el hermano. Feliz Navidad.





No hay comentarios:

Publicar un comentario