DOMINGO 20 DE JUNIO: XII DE TIEMPO ORDINARIO

 
«Invoqué al Señor en mi desgracia y me escuchó; desde lo hondo del Abismo pedí auxilio y escuchaste mi llamada. Me arrojaste a las profundidades de alta mar, lass corrientes me rodeaban, todas tus olas y oleajes se echaron sobre mí. Me dije: “Expulsado de tu presencia, ¿cuándo volveré a contemplar tu santa morada?”. El agua me llegaba hasta el cuello, el Abismo me envolvía, las algas cubrían mi cabeza; descendí hasta las raíces de los montes, el cerrojo de la tierra se cerraba para siempre tras de mí. Pero tú, Señor, Dios mío, me sacaste vivo de la fosa. Cuando ya desfallecía mi ánimo, me acordé del Señor; y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santa morada. Los que sirven a ídolos vanos abandonan al que los ama. Pero yo te daré gracias, te ofreceré un sacrificio; cumpliré mi promesa. La salvación viene del Señor». (Jonás 2, 3-10)

LECTURAS

  • Job (38,1.8-11)
  • Sal 106,23-24.25-26.28-29.30-31
  • II Corintios (5,14-17)
  • Marcos (4,35-40)

Sí, faltan vocaciones; y sí, en la sociedad española, y en la europea en general, ha disminuido la práctica sacramental de manera continuada; y es cierto que desciende la matrícula en la clase de religión; y también lo es que en las encuestas del CIS, la Iglesia está a la cola en las escalas de reconocimiento de las instituciones. La tormenta no es pequeña, el oleaje es grueso y dentro de la barca cunden el miedo y el desánimo. Más allá de las necesarias correcciones que debieran adoptarse para enmendar errores y ponerse al día, el mensaje de esta crisis, como de todas las que ha habido en la historia del cristianismo, sigue siendo el mismo que vemos en el pasaje de la tormenta calmada: ¿reconocemos que el Señor va con nosotros? ¿vamos como Iglesia hacia donde va su Señor? Son la fidelidad evangélica, la coherencia con el mensaje de Jesús y la plena confianza en su presencia en medio de la comunidad, lo que debiera guiarnos en la oscuridad y mantenernos a flote a pesar del oleaje embravecido. Ni la mera nostalgia de pasados que no sabemos con certeza si fueron mejores; ni la búsqueda de salidas efectistas, más o menos basadas en la estética y la emoción sensiblera, nos sacarán de la tormenta. Solo el amor efectivo al hermano, la contemplación de Dios en el rostro del prójimo sufriente y la experiencia comunitaria de seguir a Jesús, nos ayudarán a continuar la travesía. Por eso, no caigamos en el derrotismo y tomemos aire para reforzar nuestra lealtad al espíritu de las bienaventuranzas, el mandato del amor fraterno y la esperanza en que Cristo domeña las aguas revueltas, amaina los vientos contrarios y nos devuelve la serenidad y el valor que requiere la misión.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EN LA HORA DE LA TEMPESTAD

DOMINGO 13 DE JUNIO: XI DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO B)

 
Pequeña o menos pequeña, sean de la especie que sean, las semillas comparten todas un mismo destino, crecer, diferenciarse y dar fruto. La fe también comparte ese destino, está llamada a evolucionar, madurar y convertirse en una vida generosa que ha encontrado su sentido en darse, acoger y formar así parte de la vida de otros y para otros.

LECTURAS

  • Ezequiel (17,22-24)
  • Sal 91,2-3.13-14.15-16
  • II  Corintios (5,6-10) 
  • Marcos (4,26-34)

Entre los principios que el Papa propone como criterios para la evangelización, uno de los más importantes es que "el tiempo es superior al espacio". En lugar del refrán manchego, "burra grande, ande o no ande", el papa nos sugiere que no es la cantidad lo que importa, sino los procesos bien programados y pacientemente acompañados. Decir proceso es decir etapas, camino, avances y retrocesos, progresión y, sobre todo, continuidad. Y parece ser que el proceso de anunciar el Reino de Dios, que es el contenido de la Evangelización, debe contar, por una parte con un factor que no controlamos, la acción del Espíritu. Y, por otra parte, la fuerza de lo pequeño, la riqueza de lo débil y lo pobre. Estamos pues, en clara línea con el espíritu de las parábolas y el ejemplo mismo de la acción evangelizadora de Jesús, en las antípodas del triunfalismo, el efectismo y las acciones rimbobantes que se quedan más en la estética y los fuegos de artificios que en el mensaje, la capacidad de proponer y de suscitar interrogantes esenciales. No se trata pues de una evangelización basada en el espectáculo y el esteticismo sino en la significatividad de lo que se propone porque nace del corazón y responde a las vidad concretas de las personas. ¿Estaremos preparados, después de siglos de hegemonía religiosa en nuestro entorno y de un volumen más grande que nuestras fuerzas para este modo de evangelización? Lo que sí es seguro es que nos costará lo indecible y que supondrá no pocas discrepancias entre los que formamos la Iglesia y queremos lo mismo: responder al encargo de nuestro Señor. Por lo menos que no perdamos esto de vista, todos los cristianos compartimos esa misión y la semilla, los tiempos y sus destinatarios, son de Dios.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: COSECHA QUIEN SEMBRÓ


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

DOMINGO 6 DE JUNIO: CORPUS CHRISTI

 

MENSAJE DE LA SUBCOMISIÓN EPISCOPAL DE ACCIÓN SOCIO - CARITATIVA

MEMORIA 2020 DE CÁRITAS PARROQUIAL DE SANTO DOMINGO

LECTURAS

  • Éx 24, 3-8.
  • Sal 115.
  • Heb 9, 11-15.
  • Mc 14, 12-16. 22-26.

De amor había ido toda la vida de Jesús, en el amor se reunían todos los motivos de su mensaje y las revelaciones que de Dios nos traía. Por eso, solo la entrega total de la vida podía expresar de modo cabal la hondura insondable del amor que Dios nos tiene y la dirección imparable hacia la que nos dirige: la comunión divina, ser uno con Él. Visto así, el mandato de la fraternidad, de la mutua responsabilidad y la generosa solidaridad con el pobre y el que sufre, son mucho más que normas morales o valores éticos, son acordes de la mísma y única melodía evangélica: Dios es amor.

La Eucaristía, como sacramento que actualiza la última parábola de Jesús, la de su propia vida puesta al servicio de la vida plena para todos, reúne en sus palabras, gestos y sentimientos toda esa riqueza de disponibilidad y abnegación que se multiplican en alimento, comunidad y misión. Mala cosa haríamos si la redujéramos a rito, costumbre o precepto. Celebrar la Eucaristía es latir al ritmo de las entrañas misericordiosas de Dios tal y como las hemos palpado en el Cuerpo y la Sangre entregados del Hijo.

¿Cómo no completar la alabanza y adoración que la Eucaristía nos suscita con la interpelación que nos hacen el sufrimiento, la injusticia y la pobreza de nuestros hermanos? La caridad es amor en movimiento, Eucaristía que culmina la donación de Cristo en el acto generoso del servicio y el altruismo por parte de los que le seguimos comos sus discípulos. Si nos pueden las mil y una estratagemas para aplazar, evitar o negar esta dirección que marca la entrega de Jesús, nuestras Eucaritías, como ya lo denunciara Pablo de las de los corintios, serán blasfemas, huecas, sacrílegas. Al "Amor de los amores", solo amando con el realismo del servicio y la generosidad de los bienes compartidos podremos cantarle como se merece. Eucaristía y Cáritas. Liturgia y acción socio caritativa, adoración y proyectos por la promoción integral de las personas... así y solo así nuestra devoción eucarística será auténtica y hará honor al que la motiva con su vida hecha comida, encuentro y acogida.


LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: SER MÁS PUEBLO


HOJA DOMINICAL DIOCESANA


LA PROCESIÓN DEL CORPUS EN ALBACETE CIUDAD SALDRÁ A LAS 19:30 DESDE LA CATEDRAL.


DOMINGO 30 DE MAYO: SANTÍSIMA TRINIDAD

 

LECTURAS

  • Dt 4,32-34.39-40
  • Salmo 32
  • Rm 8,14-17
  • Mt 28,16-20

Cuando Cristo compartió con nosotros su íntima comunión con Dios nos ayudó a descubrir y experimentar que Dios es relación, diálogo, implicación e interdependencia. Más allá de las elucubraciones filosóficas y teológicas, sentimos a Dios como una conversación amistosa, una entrañable comunicación que nos incluye y nos acoge. No un algo, sino alguien muy cercano y conocido; no un ser, sino un rostro, un tú en mutua reciprocidad con nuestra toma de conciencia de quienes somos y por qué no podemos limitarnos a la individualidad cerrada sobre sí misma. Y por eso oramos, y por eso lo que creemos es en el amor y es la solidaridad donde mejor se expresa y alimenta.

El día en el que como Iglesia proclamos lo que todos los días susurramos al santiguarnos, "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", es también la jornada en la que damos gracias por las vidas de nuestros hermanos y hermanas contemplativas. Al tiempo que, por nuestra parte, nos comprometemos a cuidar más y ser más constantes en nuestra vida orante. "Tratar de amistad con quien bien nos quiere", decía Santa Teresa que era la oración. Y es en ese trato donde nos conocemos mejor, discernimos lo esencial para anteponerlo a tantas cosas secundarias, y comprendemos meridianamente cuál es nuestra misión. Merece la pena que esta conversación no se apague, porque en ello nos va la más honda identidad de quienes somos.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: CONTEMPLATIVOS EN LA ACCIÓN


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

23 DE MAYO: PENTECOSTÉS (CICLO B)

 
La fiesta del laicado, Pentecostés, nos recuerda que, por encima de la diferencia de servicios, carismas y responsabilidades, la Iglesia es una comunidad en la que prima el Bautismo, la participación de todos y la común misión de anunciar el Evangelio. Para que esto sea realidad hemos de superar la situación heredada del pasado y vigente hasta hoy de una Iglesia muy clerical, en la que los ministerios ordenados (diáconos, presbíteros y obispos) absorben prácticamente toda el protagonismo en la toma de decisiones. El Espíritu, experto en trastocar lo establecido y trascamundear lo acostumbrado nos habla y sugiere la plena incorporación del laicado a la dirección de la Iglesia, acompañado por los pastores, estimulados por la vida religiosa, pero con sus propias tareas y su voz y voto en lo que a todos nos compete.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (2,1-11)
  • Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34
  • Corintios (12,3b-7.12-13)
  • Juan (20,19-23)

Jesús, en el evangelio de Juan, insiste una y otra vez que Él no habla de sí mismo, que revela al Padre y habla porque el Padre lo ha enviado. Y cuando otorgue su Esprítiu a los discípulos para enviarlos será con la misión de que también ellos hablen de Dios del único modo creíble: amándonos como Él nos ha amado. Y si hablamos de política, de la familia, de la cultura, de la moral y de tantas otras cosas más, será únicamente porque el Dios que Cristo nos comunica y con el que Cristo nos une, quiere la vida en abundancia, la vida plena que pasa por todos los ámbitos de la vida y todos los enriquece con la fuerza de su Espíritu. 

El compromiso de los laicos en la vida de la Iglesia es fundamental, deben ser visibles en la liturgia, participar en la toma de decisiones de sus parroquias y de la diócesis. Pero, sin abandonar nunca el compromiso activo en la vida pública, para transformar con su presencia y su testimonio las estructuras sociales y ayudar a que sean más justas y fraternas.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: LOS SUEÑOS SE CONSTRUYEN JUNTOS


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

EL JUEVES 27 DE MAYO, A LAS 18H. LA PARROQUIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN CELEBRARÁ LA EUCARISTÍA EN LA CAPILLA DE LA VIRGEN DE LOS LLANOS DE LA CATEDRAL DE ALBACETE



PENTECOSTÉS 2021: VIGILIA DE ORACIÓN

El Espíritu Santo, presencia de Dios en el tiempo, permanencia de Jesucristo en su Iglesia, fuerza y creatividad de la historia de la salvación, abre las puertas de la fe y la misión evangelizadora para que superemos los miedos y anunciemos que hay mucha vida en el Evangelio. Para seguir haciendo realidad los sueños de una humanidad reconciliada, una Iglesia comunidad de carismas y una vida creyente que se despierta y cobra vida en lugar de encogerse y esconderse, os invitamos a orar el Jueves 20 de mayo a las 20h. en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán.
 



DOMINGO 16 DE MAYO: LA ASCENSIÓN (CICLO B)

 
Desde el espacio, la noche de la Tiera se ve resplancer por esas otras estrellas que son las ciudades iluminadas en competencia con la oscuridad. Hay zonas en sombras, las menos pobladas, y las hay que, como la Vía Láctea, son un reguero de incandescencia. El Evangelio también brilla, y lo hace en las grandes urbes y las espacios desiertos del mundo rural despoblado. Brilla por la fuerza del Espíritu y la constnacia evangelizadora, misionera, de los seguidores de Cristo. Emulando el pregón pascual, deseamos que la claridad de la fe haga resplancer a la Iglesia para que el amancer la encuentre despiesta e iluminando por la perseverancia y fidelidad de su testimonio.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (1,1-11)
  • Sal 46,2-3.6-7.8-9
  • Efesios (1,17-23)
  • Marcos (16,15-20)

La presencia de Cristo resucitado en su comunidad, a través de los dones que reparte el Espíritu Santo, latente en el testimonio de los cristianos, pujante en la acción educadora y misionera de las parroquias extendidas por todo el mundo, silente en la oración de contemplación, desbordante en la alegría de la vida comunitaria, continúa el tiempo de la misión en Galilea y la consumación en Jerusalén. Es nuestra hora, es nuestra responsabilidad, el tiempo presente con sus posibilidades y sus retos. Puede que no sea de forma apabullante, pero la constancia de nuestras comunidades, el tesón de nuestras catequistas, la creatividad y generosidad de la acción caritativa nos siguen uniendo a Cristo y siguen respondiendo a su envío. No es hora de triunfalismos, nunca lo fue. Pero tampoco de un amargo derrotismo. No se trata de reeditar tiempos pasados, liturgias y mensajes encorsetados en una tradición malinterpretada como inmovilismo, arqueología de museo, por entrañable que sea amar lo nuestro y respetar lo heredado. Pero la voz del resucitado enviándonos a enfrentar serpientes y venenos, nos impulsa para que seamos contemporáneos de aquellos a los que quisiéramos ofrecer la vida nueva del Evangelio. Acogida, ternura, solicitud para con quien sufre, comprensión para el cansancio y las heridas, ilusión por el futuro que tienen el amor y la fraternidad, esas son las señales con las que hoy podremos anunciar a Cristo resucitado, el único que tiene palabras de vida eterna.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EL BIEN REINARÁ

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

DOMINGO 9 DE MAYO: VI DE PASCUA (CICLO C)

 

El buen pan se hace con mimo, con buenos igredientes, horno de leña y mucho trabajo que empezó en el campo con la siembra y no acaba hasta que se convierta en energía para los que lo comen. Así es el amor de Jesucristo por los suyos, procedente del hogar divino donde se ha hecho a fuego lento, al rescoldo de la intimidad trinitaria, que es también la cálida experiencia de un proyecto de salvación que lleva toda la vida gestándose y madurando. De esto nos habla Cristo, esto comparte el Señor con nosotros. Para esto le seguimos y es a lo que nos envía, a amar, servir y perdonar.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (10,25-26.34-35.44-48):
  • Sal 97,1.2-3ab.3cd-4
  • I Juan (4,7-10)
  • Juan (15,9-17)

La dimensión mística del cristianismo, que tiene su origen en su mismo centro, en Dios que es amor, también alcanza el plano práctico de los proyectos y los objetivos que deben convertir ese amor en solidaridad efectiva y curativa, actual y oportuna. Que Cristo nos asocie a su amor, al amor mismo que Él ha recibido de Dios, debiera suponer para los que somos sus amigos, un compromiso real y continuado por su Reino de paz, justicia y perdón. Cuando la vida se ha visto amenazada en todo el mundo, pero en algunos rinconmes más que en el resto, por su pobreza y por la injusticia de nuestro orden económico y social, escuchar que Cristo nos ama como el Padre le amó, debiera suponer una urgencia por apoyar las iniciativas sociales y caritativas que restañan las brechas de la desigualdad y recomponen esta maltrecha fraternidad. Y eso supone la Eucaristía, comulgar con un amor que al amor y al servicio nos llama. No lo dejemos para cuando ya no podamos. No lo aplacemos para mejor tiempo porue esta es la mejor hora, la del presente. Formar parte de la comunidad de los amigos de Jesús tiene también esta riqueza, que juntos podemos hacer mucho más. Entre nosotros, hay grupos y proyectos que necesitan tu tiempo, tu motivación y la aportación que puedas compartir: familias sin recursos, lavandería para personas sin hogar, cuidado de la infancia en situación de riesgo, hogares de acogida de inmigrantes sin alojamiento, acompañamiento de enfermos y personas mayores, apoyo a los proyectos de nuestros misioneros en otros países... como el Padre nos amó, Jesús nos ha amado, no de otra manera debemos hacerlo nosotros.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: AMAR

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

DOMINGO 2 DE MAYO: V DE PASCUA (CICLO B)

 

Además de los frutos individuales y gracias a ellos, una comunidad parroquial, en su vida pastoral, muestra la fecundidad de compartir carismas, ofrecer cualidades, participar con los los otros en la formación, la oración, la catequesis, la liturgia, la caridad... y todo ello, celebrarlo en la eucaristía dominical. Ahora, esta vida parroquial está sometida a las restricciones de la pandemia, pero aún así, son muchas las oportunidades de dar fruto y multiplicar nuestras fuerzas. Todo ello será respuesta de la responsabilidad personal, pero su verdadera fuente y raíz es Cristo, vid que alimenta nuestras fuerzas y nos hace fructíferos.

LECTURAS

  • Hechos de los apóstoles (9,26-31)
  • Sal 21,26b-27.28.30.31-32
  • I Juan (3,18-24)
  • Juan (15,1-8)

El secreto de la riqueza de vida que genera la Iglesia (encuentro con otros, escucha de Dios en la oración, acción caritativa que socorre y promociona, culto de alabanza y comunión...) se debe a que estamos unidos a Cristo. Es su palabra, su ejemplo, su modo de ver a Dios y estar en comunión con Él... lo que expresan nuestra actividades y muchas otras cosas que no siempre se ven (perdón, consuelo, dignidad, ternura, amistad...) pero que están por debajo del sentimiento de acogida y confianza que encontramos en la parroquia. Por eso merece la pena que intensifiquemos todavía más nuestro arraigo en el Evangelio como suelo nutricio de la fe y que nos sintamos todos bendecidos por los fruos que genera el seguimiento de Jesús y la pertenencia viva a su comunidad.

Y lo que decimos a nivel parroquial, de la nuestra y de todas las parroquias de la ciudad y de la diócesis, también lo sentimos como propio, por la vía de la "comunión de los santos", de toda la Iglesia, especialmente de la que anuncia el Evangelio en países golpeados por la pobreza y la violencia. Cada colecta, cada oración, todas las celebraciones, los saludos fraternales... son la prolongación hasta nuestras vidas particulares de toda esa fuerza que despliega en la Iglesia la fidelidad al modelo de humanidad que Cristo nos dio, a la confianza en el Dios al que Él nos enseñó a llamar Padre y cuyo Espíritu nos transmitió. Por todo ello, como decía Antonio López Baeza, parafraseando el salmo 133, "¡Qué bendición de bendiciones, la unón en paz de los hermanos!"

LA VIDA FRATERNAL (Salmo 133) A. López Baeza

¡MIRAD cuánta fecundidad y alegría 

en la amorosa unión de los hermanos...!

Es el agua más reconfortante

para los caminantes fatigados.

Es el fuego más vivificador

para los peregrinos de la noche.

Es el perfume condensado

de todos los campos y selvas florecidos.

Es el fruto más maduro

del árbol del espíritu.

Es la plegaria con más fuerza

para golpear el silencio de Dios.

Es... ¡Dios mismo,

hecho cercanía, vida y canción!

¡Mirad qué bendición de bendiciones

la unión en paz de los hermanos! 

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: LA EUCARISTÍA Y LA VID

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

DOMINGO 25 DE ABRIL: IV DE PASCUA (CICLO B)

El Buen Pastor acompaña dando su vida por las personas que acompaña. Durante cuatrocientos años, la comunidad de carmelitas descalzas de Villarrobledo han ofrecido un testimonio de oración, pero también han escuchado, animado y aconsejado a cuantos se acercaban. Es una triste noticia que esta comunidad tenga que dejarnos y se cierre este convento. Con su marcha sentimos que la vida diocesana se empobrece un poco más y que la necesidad de estimular las vocaciones y el servicio evangelizador es todavía más acuciante. Muchas gracias.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (4,8-12)
  • Sal 117,1.8-9.21-23.26.28-29
  • Juan (3,1-2)
  • Juan (10,11-18)

El Buen Pastor que es Cristo nos ofrece su propio método, que es del Espíritu, para acompañar y dejarnos acompañar, para evangelizar y ser evangelizados. Es el método de la presencia constante, fiel, que permite conocer al otro y poderle responder a las preguntas que realmente se hace y no proponerle soluciones prefabricadas "Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí". Es la infalible medicina de darte en lo que haces, compartir lo que somos y afrontar juntos los avatares del camino: "doy la vida por mis ovejas". Se trata de la eficiente autenticidad de lo que se practica porque en ello nos va la vida, sin poses ni dobles vidas: "y es que, a un asalariado no le importan las ovejas". Pero, también es la generosa apertura universal y plural que no hace del seguimiento y acompañamiento cristiano un coto cerrado, un club muy exclusivo de puros e intransigentes: "tengo además otras ovejas que no son de este redil". El que nos acompaña dando la vida nos enseña cómo se anuncia el Evangelio, sólo con la propia vida entregada, compartida hora a hora, multiplicada en los buenos frutos que dará, perdida para recuperarla en la plentitud que solo Dios puede dar.

Ya sean los sacerdotes, o las catequistas; las comunidades contemplativas (como durante cuatro siglos lo han hecho las carmelitas de Villarrobledo) o los grupos de lectio divina... los hermanos en la fe, en definitiva, la Iglesia nos sigue brindando el acompañamiento del Buen Pastor a través de aquellos discípulos de Jesús que, también aquí y ahora, nos escuchan, nos dan testimonio y, sobre todo, caminan a nuestro lado. El pasado Congreso de Laicos, "Pueblo de Dios en Salida", nos sugirió que las grandes líneas de la evangelización (primer anuncio, formación y compromiso público) solo se pueden trabajar por medio del acompañamiento. Se anuncia el Evangelio estando junto a quienes son sus destinatarios. Se acompaña personalmente o en grupo, en espacios eclesiales o en medio de la vida laboral, educativa, social. Y siempre es Cristo quien realmente nos guía y nos estimula para no perder el ritmo de la marcha, para no precipitarnos en ningún vacío ni encerrarnos, atemorizados, en la sacristía o la cálida seguridad de lo nuestro y los nuestros. 

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EXPONER LA VIDA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

DOMINGO 18 DE ABRIL: III DE PASCUA (CICLO B)

 

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (3,13-15.17-19)
  • Sal 4,2.7.9
  • Juan (2,1-5)
  • Lucas (24,35-48)

La reunión de los hermanos, sobre todo para partir el pan, en recuerdo de Jesús, se convierte en espacio de encuentro con el Resucitado. Así les pasó a los discípulos de Emaus y a los que estaban en Jerusalén, así nos pasa ahora a nosotros también. El resucitado, con sus huellas de la vida entregada patentes en las llagas de la crucifixión; con su voluntad de reunir y enviar un comunidad para que sea en medio de este mundo avanzadilla del Reino de Dios, como ya hizo en Galilea, cuando llamó a sus discípulos para que los siguieran y anunciaran que Dios siempre está cerca; como sigue haciendo ahora con nosotros.

La vocación al discipulado, la comunidad reunida y enviada por Jesús, la Eucaristía y toda la espiritualidad cristiana, tienen un sello misionero. Es la razón de ser de Jesús ("yo para esto he venido") y la nuestra. No podemos entender el cristianismo de una manera intimista y encerrada en nuestras normas, formas y costumbres, como dice el papa Francisco, hemos de ser "Iglesia en salida". El resucitado no se va a quedar entre estas paredes ni entre las tapas de la Biblia y el Derecho Canónico, va delante de nosotros, al encuentro del hombre y la mujer de hoy, de los jóvenes y los menores, de los mayores, de las personas solas, de los pobres, los que están desanimados. No, no es que la Iglesia sea una ONG, con todo nuestro respeto y admiración por todas las ONG's que mejoran de forma altruista nuestro mundo. Pero la fe, la espiritualidad, la liturgia y la catequesis empapadas del Dios que resucitó a Jesucristo deben servir para dialogar con la sociedad y poder, así, anunciarle la vida nueva que Cristo resucitado nos ofrece.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN. LA PRIMERA IGLESIA: JERUSALÉN

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