DOMINGO 25 DE ABRIL: IV DE PASCUA (CICLO B)

El Buen Pastor acompaña dando su vida por las personas que acompaña. Durante cuatrocientos años, la comunidad de carmelitas descalzas de Villarrobledo han ofrecido un testimonio de oración, pero también han escuchado, animado y aconsejado a cuantos se acercaban. Es una triste noticia que esta comunidad tenga que dejarnos y se cierre este convento. Con su marcha sentimos que la vida diocesana se empobrece un poco más y que la necesidad de estimular las vocaciones y el servicio evangelizador es todavía más acuciante. Muchas gracias.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (4,8-12)
  • Sal 117,1.8-9.21-23.26.28-29
  • Juan (3,1-2)
  • Juan (10,11-18)

El Buen Pastor que es Cristo nos ofrece su propio método, que es del Espíritu, para acompañar y dejarnos acompañar, para evangelizar y ser evangelizados. Es el método de la presencia constante, fiel, que permite conocer al otro y poderle responder a las preguntas que realmente se hace y no proponerle soluciones prefabricadas "Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí". Es la infalible medicina de darte en lo que haces, compartir lo que somos y afrontar juntos los avatares del camino: "doy la vida por mis ovejas". Se trata de la eficiente autenticidad de lo que se practica porque en ello nos va la vida, sin poses ni dobles vidas: "y es que, a un asalariado no le importan las ovejas". Pero, también es la generosa apertura universal y plural que no hace del seguimiento y acompañamiento cristiano un coto cerrado, un club muy exclusivo de puros e intransigentes: "tengo además otras ovejas que no son de este redil". El que nos acompaña dando la vida nos enseña cómo se anuncia el Evangelio, sólo con la propia vida entregada, compartida hora a hora, multiplicada en los buenos frutos que dará, perdida para recuperarla en la plentitud que solo Dios puede dar.

Ya sean los sacerdotes, o las catequistas; las comunidades contemplativas (como durante cuatro siglos lo han hecho las carmelitas de Villarrobledo) o los grupos de lectio divina... los hermanos en la fe, en definitiva, la Iglesia nos sigue brindando el acompañamiento del Buen Pastor a través de aquellos discípulos de Jesús que, también aquí y ahora, nos escuchan, nos dan testimonio y, sobre todo, caminan a nuestro lado. El pasado Congreso de Laicos, "Pueblo de Dios en Salida", nos sugirió que las grandes líneas de la evangelización (primer anuncio, formación y compromiso público) solo se pueden trabajar por medio del acompañamiento. Se anuncia el Evangelio estando junto a quienes son sus destinatarios. Se acompaña personalmente o en grupo, en espacios eclesiales o en medio de la vida laboral, educativa, social. Y siempre es Cristo quien realmente nos guía y nos estimula para no perder el ritmo de la marcha, para no precipitarnos en ningún vacío ni encerrarnos, atemorizados, en la sacristía o la cálida seguridad de lo nuestro y los nuestros. 

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EXPONER LA VIDA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

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