DOMINGO 11 DE ABRIL: II DE PASCUA (CICLO B)

Por más que Jesús nos diga que solo la fe accede a la realidad de su vida nueva, resucitada, nosotros, contumaces, queremos pruebas. Y, mientras, las huellas luminosas del resucitado, tan abundantes en nuestras comunidades, no son percibidas, porque tal vez nos hayamos acostumbrado y pensemos que la caridad, el amor al hermano, la reconciliación y la vida entregada a los más pobres son cosa menor.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (4,32-35)
  • Sal 117,2-4.16ab-18.22-24
  • Juan (5,1-6)
  • Juan (20,19-31)

Cual Tomás, pero sin acabar de creer aunque veamos y toquemos, andamos los cristianos aferrados a las pruebas tangibles y registrables. Por más que Jesús nos diga: "Dichosos los que crean sin ver", nosotros perseveramos en recopilar huellas y radiografías de la resurrección, de la acción de Dios en los hechos inexplicables. Y el resucitado sigue presentándose en medio de nosotros y actuando aunque no siempre de manera extraordinaria. La vida de la Iglesia, las comunidades cristianas, nuestras reuniones y actividades, debieran ser la mejor prueba, el mejor indicio de que Cristo ha resucitado. ¿Qué por qué lo sabemos? porque nos mantiene en el camino del Evangelio, nos impulsa a compartir, abrimos hogares para inmigrantes en la calle, escuchamos y acogemos a los que no tienen donde ampararse, nos amamos como hermanos, no nos despellejamos vilmente como hienas, sino que con humildad intentamos perdonar... si esto es cierto, si estas luminosas pisadas del que vive se dan entre nosotros, entonces, ¿qué más pruebas necesitamos?... claro, que si tampoco logramos este modelo de comunidad de vida y amor que nace del costado del crucificado y se sostiene en su vida resucitada, entonces, vuelta a exigir ver y tocar. 

Señor Jesús, Tú que caminas entre nosotros, que nos sales al encuentro, vivo y dando vida, nuestro deseo más hondo es poder darte a conocer, para ello, ayúdanos con tu espíritu a lograr comunidades que vivan con sencillez y coherencia los valores de comunión y caridad que Tú nos enseñanste. Así llegaremos a participar de tu vida resucitada que será eternidad más allá de muerte y que aquí, en esta orilla de la vida, es reflejo de tu Evangelio, semilla del Reino y hogar de fraternidad.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: FELICES LOS QUE CREEN

HOJA DOMINICAL DIOCESANA



DOMINGO 4 DE ABRIL: PASCUA

 

No se trata de "agarrar", de retener a Jesús resucitado con pruebas e instantáneas del milagro, sino de abrirse a su vida nueva, hacerla nuestra por la fidelidad de nuestro seguimiento con la fe redoblada del que ha experimentado que en los valores del Reino está la semilla de la resurrección. 

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43)
  • Sal 117,1-2.16ab-17.22-23
  • Colosenses (3,1-4)
  • Juan (20,1-9)

La Pascua cristiana no consiste solo en evocar un hecho que aconteció en un momento determinado de la historia y afectó a un solo individuo: Jesucristo. La resurrección de Jesucristo es la confirmación por parte del Padre de su mensaje y de su vida, de su misión y su intención. Por eso, creer en la resurrección del crucificado supone confiar en que la puesta en práctica de sus enseñanzas, la vivencia de su fe, resucita, vence las muertes del pecado y la desidia, abre el futuro de la humanidad más allá de los aparentes éxitos y fracasos pasajeros en el horizonte del Reino de Dios. 

Pero, esta vida nueva que nace de vivir el Evangelio, solo brota cuando se permanece en la estela de la búsqueda, los interrogantes y el seguimiento continuos. Por eso, el anuncio de la resurrección remite a Galilea, porque solo en el camino de la puesta en práctica de los valores que Cristo predicó y encarnó con su vida, hallamos la nueva vida de la resurrección.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: ¿BUSCÁIS A JESÚS?


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

DOMINGO 28 DE ABRIL: DOMINGO DE RAMOS


En la "Traición de Judas" del Giotto, las turbas que van detener a Jesús, palos en alto, dejando en nada la oposiciónd ePedro que pugna por evitarlo, concentra toda la tensión en la mirada de Jesús al que lo entrega y en el abrazo con el que este lo quiere envolver. en las caras hay no poca violencia, pero todo apunta, a que son los dos protagonistas del centro de la escena los que resuelven toda esa fuerza en un mismo gesto que los separará y decidirá el destino de ambos. La Semana Santa nos da mucho que pensar sobre qué vamos a hacer ante tantos dilemas éticos que exigen una toma de postura. mientras nos decidimos, los palos siguen en alto y el abrazo traidor no acaba nunca.

EL DOMINGO DE RAMOS NO HABRÁ MISA A LAS 12:30, EL HORARIO QUEDA ASÍ: 11h. 12h. y 19:30

LECTURAS

Entrada con los ramos:
  • Mc 11, 1-10. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Misa:
  • Is 50, 4-7. No escondí el rostro ante ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado.
  • Sal 21. R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
  • Flp 2, 6-11. Se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó sobre todo.
  • Mc 14, 1 — 15, 47. Pasión de nuestro Señor Jesucristo.
Además del evangelio de la entrada de Jesús en Jerusalén, en esta celebración se proclama también la pasión según san Marcos. Como en el resto de su evangelio, el primer evangelista (el más antiguo) va al grano. Con estilo más narrativo que discursivo, muestra los hechos fundamentales con desnudez de adornos y reflexiones teológicas. No añade su intepretación de lo que está pasando, salvo a través de un personaje que, también al estilo de Marcos, es un extraño, un desconocido: El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios» (Mc 15, 39). Por lo demás, se consuma el  progresivo declive de los apóstoles con el abandono de su señor en el momento decisivo. Pero permanecen, si bien mirando de lejos al crucificado, unas cuantas discípulas que le habían acompañado desde Galilea. En el escenario judío del interrogatorio ante los sumos sacerdotes, queda patente la motivación religiosa de su rechazo de Jesús: ha blasfemado, demasiadas confianzas con Dios. Y tanto, las mismas que nos invita a tener con el Dios al que llama Padre, para que nosotros descubramos su amor y misericordia. Con Pilato, en el tribunal romano, la acusación será política, falsa pero creíble por un poder que se siente siempre amenazado: se ha declarado rey, va contra el emperador. De todas maneras, esta segunda acusación es cierta en un aspecto, el que en el Reinado de Dios no pone nada por encima de sus valeres: la verdad, la justicia, la fraternidad. Jesús no quería proclamarse rey pero sí que nos invitaba a recuperar nuestro señorío sobre cualquier poder que se oponga a nuestra libertad de hijos de Dios. 
Además de la carga emocional que tiene la meditación de la pasión, hemos de ir más allá o más al fondo de los sentimientos compasivos y solidarios con el sufrimiento de Jesús. Tenemos que intentar ver el itinerario misionero, evangelizador que ha traído al maestro de Galilea hasta aquí. Para confesar, por encima del aparente fracaso de Jesús que "Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" tendremos que comprender y hacer nuetras sus motivaciones, su programa de vida y su fidelidad a la misión que el Padre le encomendó. Si queremos contemplar con frutos la pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos, tendremos que callar hasta que en el silencio que se hizo cuando Jesús expiró escuchemos de nuevo la voz del Padre: "Este es mi hijo amado, escuchadlo".

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: COLGADO DEL MADERO

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


DOMINGO 21 DE MARZO: V DE CUARESMA (CICLO B)

 
El sentido de la fe cristiana está abierto, es práctico, experiencial. Creer en Cristo es seguirle, ser cristianos intentar vivir los valores del Reino y, para ello, supone compartir con otros hermanos - la Iglesia - este empeño por hacer presente en nuestro mundo la fraternidad, el amor compasivo y solidario. Por más que puedan servirnos las doctrinas, normas y los ritos, todos ellos deben conducir al seguimiento, a la puesta en práctica de lo que se cree con actitudes y comportamientos acordes con el mensaje reconciliador y cartitativo del Evangelio. Y para conseguirlo debemos recomenzar una y otra vez, por ejemplo, hoy.

LECTURAS

  • Jeremías (31,31-34)
  • Sal 50
  • Hebreos (5,7-9)
  • Juan (12,20-33)

Esta escena sería la Transfiguración en el evangelio de Juan. No hay monte, ni aparecen Moisés y Elías; pero hay voluntad de ver a Jesús e intención por parte de éste y de su padre de darse a conocer tal cual es en su misión e identidad más profundas. Ya nos había dicho Jesús en otros pasajes de los evangelios que solo el Padre conoce al Hijo, por eso, cuando los griegos, curiosos, quieren conocer a Jesús, será el mismo Dios Padre quien se lo dé a conocer. Y es que a Jesús, el hombre de Nazaret, no se le comprende bien si no se escucha al Padre que nos habla a través de Él, que nos cura con sus manos y nos libera con su vida, muerte y resurrección. Y, por eso mismo, para comprender qué significa ser cristiano, vivir como discípulo de Cristo, hay que ir a dónde Él va, estar en profunda comunión con el Maestro, que también es estar en comunión con Dios.

Pudiera ser, que para conocernos bien a nosotros mismos, también debiéramos mirar y escuchar al Padre. Porque, de igual manera que sólo desde Dios se comprende quien es Jesús, pues Jesús es de Dios, también nosotros hallaremos nuestra verdadera identidad y comprenderemos nuestro sino a la luz y la mirada de Dios. Y el mejor espejo a lo divino, el mejor reflejo de lo que somos en lo más profundo de los planes de Dios, es el propio Jesucristo. Como Él estamos llamados a vivir el amor que Dios es. Como Él y por Él, somos enviados a vivir lo que de Dios recibimos, a compartir lo que creemos poniéndolo en práctica. Al igual que nuestro Señor, la verdad última de nuestra historia sólo Dios la puede decir porque sólo Él puede dar vida a pesar de la muerte y revertir en amor y entrega a pesar del egoísmo y el miedo que nos tientan. Vernos como Dios nos ve, para que puedan nuestros hermanos llegarlo a conocer. El autonocimiento buscado en el rostro de Dios, que es Jesús, nunca será individualista o solipsista, porque Él nos reenviará continuamente al servicio y la caridad con nuestros hermanos, por eso vamos hacia Dios en Iglesia.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

DOMINGO 14 DE MARZO: IV DE CUARESMA (CICLO B)

  • II Crónicas (36,14-16.19-23)
  • Sal 136,1-2.3.4.5.6
  • Efesios (2,4-10)
  • Juan (3,14-21)

Por amor, solo por amor, Dios eleva a su hijo por encima de todas las cruces. No para cobrar una vieja deuda, sino para resarcir por pura gratuidad todas las carencias y olvidos que hayamos tenido para con Dios, para pagar con amor nuestro desamor, con entrega nuestras cicateras reservas y excusas. Creerlo es salvarse porque creer que Dios es amor es descubrir que el sentido último de lo que somos es también amar, servir, perdonar. Esa es la luz, esa es la verdad, ese y no otro es el juicio. No le duele a Dios gastar su amor en la vida generosamente ofrecida de su Hijo, pues con ella nos dice la medida de su misericordia. "Este es un gran misterio... y Dios lo refiere a Cristo y su Iglesia".

Es el misterio de la cruz y debería ser el misterio de la Iglesia, que vive el sentido liberador de la cruz de Cristo, para ayudar a liberarse de sus cruces a tantas personas que sufren en su cuerpo y en su espíritu. La cruz de Cristo no significa una exaltación dolorista del sufrimiento como un fin en sí mismo. Sino, al contrario, la firme apuesta de Dios por compartir con nosotros, en la cruz de Cristo, nuestras propias situaciones de sufrimiento y animarnos, por la vida del que resucita tras ser crucificado, a solidarizarnos y trabajar por evitar aquellos males que son evitables a través del compromiso y la generosidad. Y es que, el final es la salvación, y la cruz un paso, un camino que debe desembocar, por la gracia de Dios, en la vida plena, reconciliada y agradecida con quien nos levanta del suelo y nos eleva a la dignidad de hijos amados. 

DOMINGO 7 DE MARZO: III DE CUARESMA (CICLO B)

 

La paciencia todo lo alcanza, decía santa Teresa de Jesús. Si hemos sido pacientes y no hemos dejado de perseverar en nuesta fe, en el amor cotidiano y el servicio a los demás, aunque no siempre los percibamos, daremos los frutos de la conversión, seremos testigos del Reino que ya está llegando pero que solo será plena realidad en el día sin ocaso de la resurrección, la de Cristo y la nuestra.

LECTURAS

  • Éxodo (20,1-17)
  • Sal 18,8.9.10.11
  • Corintios (1,22-25)
  • Juan (2,13-25)

Jesús purificando el templo de su uso abusivo al servicio de otros intereses que no sean los de Dios, actúa como Dios cuando liberó a su pueblo de la esclavitud en Egipto y, de paso, también lo liberó de la idolatría de una fe interesada y cortoplacista, de una religión apresada en las formas y los ritos. Por eso, además de expulsar el mercadeo y las relaciones egoistas del templo, anunció su destrucción para levantar el nuevo templo del culto en espíritu y verdad. Desde aquél instante, Jesús acababa de sentenciar su vida mortal que sería cruficada y, al mismo tiempo, abría el paso para que todos levantáramos el templo de nuestras vidas purificadas de una visión materialista e insolidaria. Jesús, igual que cura, reconcilia; del mismo modo que purifica restaura y renueva; cuando muestra su autoridad crece la libertad.

Yo soy el que te sacó de Egipto, y como mi Hijo amado, yo soy también el que te sacará de mil y una forma de esclavitud, el que echará del templo sagrado que es tu alma, toda idolatría, empezando por el miedo a la libertad y continuando por la dependencia del dinero, de la imagen, la necesidad de aprobación, la pereza que te impide tomar de una vez por todas la decisión capital de tu vida: llenarte de mí, dejarte amar y entregarte de lleno a mi plan de salvación para toda la humanidad. Sí, yo soy el que te sacó de Egipto.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: JESÚS Y EL TEMPLO DE DIOS

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DOMINGO 28 DE FEBRERO: II DE CUARESMA (CICLO B)

 
Frente a la búsqueda de lo instantáneo, de lo inmediato, las grandes transformaciones personales, y la conversión no es pequeña tarea, requieren fidelidad, perseverancia. La Transfiguración es una gozosa experiencia de confirmación de lo que se cree y lo que se espera. Pero, también tiene su parte de tentación, pretender que esa íntima comprobación de cuanto andábamos buscando, puede perdurar el resto de la vida y ahorrarnos las penumbras e incertidumbres de la vida cotidiana, cuando ya no refulgen las convicciones vislumbradas en un atisbo de eternidad. Es la tentación de aislarnos en lo segudo de la fe, lo cálido de la comunidad, el arrobo del culto, la intimidad de la oración. Pero luego hay que bajar a las relaciones de cada día, al reto del testimonio creyente en la familia y la sociedad. Hasta que el Hijo del Hombre resucite y nosotros con Él, hemos de maneter la llama titubeante de la fe en medio de las dificultades del presente.

MENSAJE DE CUARESMA DEL PAPA FRANCISCO

LECTURAS

  • Génesis (22,1-2.9-13.15-18)
  • Sal 115,10.15.16-17.18-19
  • Romanos (8,31b-34)
  • Marcos (9,2-10)

La fe no puede vivir solo de las experiencias extraordinarias, que gracias a Dios también las hay, sino que es en la perserverancia del día a día donde se prueba y se refuerza. En el itinerario cuaresmal que pretende ayudar a renovar la fe, la esperanza y la caridad, la transfiguración del Señor es un respiro de afirmación y gratificación, pero solo para tomar fuerzas y seguir el camino. Por eso es necesario que "hasta que el Señor resucite", ahora que "vamos camino de Jerusalén", entre la gloria de la visión y la gloria de la plenitud, afrontemos la cruz de una fe que duda cuando se trata de dar testimonio. Tendremos que perseverar en una esperanza que a duras penas si deja un hilillo de luz en medio de las tremendas dificultades y sufrimientos de la hora presente. Perseverar en el amor que se nos resiste porque el que más y el que menos también conoce la dureza del corazón humano, propio y el ajeno.

 Esta continuidad del trabajo de la fe para sostener la esperanza y seguir estimulando la caridad, tiene a su favor el remanente del recuerdo de haber visto a Cristo transfigurado, reflejando en su vida la gloria de Dios. Como cuando se despide uno de un paisaje entrañable al que tardará en volverlo a ver, miremos una vez más cómo refulge en el rostro de Cristo el amor de Dios y sus promesas, para, a renglón seguido, proseguir la árdua tarea que solo por la constancia llegará a la meta, logrará sus frutos.


LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: ESCUCHA DE LA PALABRA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


CUARESMA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

VÍA CRUCIS: Viernes 19h.


CELEBRACIONES COMUNITARIAS DEL PERDÓN:

Jueves 11 de marzo: 19:30 y 20:15
Viernes 12 de marzo: 19:30

DOMINGO 21 DE FEBRERO: I DE CUARESMA (CICLO B)

La maquinaria del tiempo funciona por su cuenta, pero nosotros podemos ponerla al servicio de diferentes objetivos. El tiempo de la salvación, de la conversión que renueva la fe, la esperanza y la caridad, también necesita que lo incluyamos en nuestras previsiones para dedicarle su momento y atender a las demandas de nuestras carencias, opciones y valores. Jesús se tomó su tiempo. Este debiera ser el nuestro.

 LECTURAS

  • Lectura del libro del Génesis (9,8-15)
  • Sal 24,4bc-5ab.6-7bc.8-9
  • I Pedro (3,18-22)
  • Marcos (1,12-15)

Para caminar por las sendas del Señor, que son misericordia y lealtad, para que el Padre le instruya en sus caminos, el Espíritu empuja a Jesús al desierto. Claro que es un acto libre y voluntario, fruto de un proceso de discernimiento y opción que se profundizará en el silencio de la oración. Pero también hay un impulso, una inspiración, una fuerza que le motiva y le guía: la del Espíritu de Dios que potencia lo que somos si antes nos dejamos llevar por él. La cuaresma debiera ser para cada cristiano y para toda la Iglesia, el tiempo oportuno para sentirnos también empujados por Espíritu. Si así fuera, además de la claridad y la iluminación en la toma de decisiones, adquiriríamos la libertad y el coraje necesarios para llevarlas a cumplimiento.

Sugerencias personales: ver si el Espíritu te está empujando, con sus avisos de que hay que parar, escuchar y contemplar, al desierto; encontrar tu desierto y tu tiempo, el lugar y el momento más idóneos para respirar despacio, mirar hacia dentro, sentir el latido que marca tu ritmo vital; preguntarte qué te falta, que te quita la paz, por qué no estás contento del todo con tu vida y tu forma de llevarla adelante, sobre todo en relación con los demás,  apoyar activamente y con tus recursos económicos cualquier iniciativa solidaria; recuperar la comunicación y mejorar el trato con aquellas personas de las que te hayas alejado.

Sugerencias comunitarias: participar de la celebración eucarística habiendo leído antes en casa el "Evangelio del día"; recorrer el Via Crucis en la parroquia (esta o cualquier otra); preparar concienzudamente el sacramento de la penitencia para vivirlo como tiempo de salvación; asistir a alguno de los retiros, presenciales u online que se ofrezcan; sentir que junto a ti hay todo un pueblo, toda la Iglesia viviendo un periodo de reflexión para la conversión, para dar frutos, pera renovar la fe, la esperanza y la caridad.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: LLEVADO AL DESIERTO


HOJA DOMINICAL DIOCESANA


CUARESMA EN SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

VÍA CRUCIS: Viernes 19h.

CELEBRACIONES COMUNITARIAS DEL PERDÓN:

Jueves 11 de marzo: 19:30 y 20:15
Viernes 12 de marzo: 19:30

17 DE FEBRERO: MIÉRCOLES DE CENIZA. CUARESMA

 

Para esta cuaresma del año 2021 el papa Francisco nos propone que nos tomemos un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad. La fe entendida como acogida del amor que Dios es y que Dios nos da, no solo como creer determinadas verdades, que también, sino sobre todo, una experiencia de amor. La esperanza dinámica que se hace realidad yendo tras las huellas del Señor, siguiendo sus pasos, sus actitudes, sus objetivos, su modo de vida. Y una caridad que como agua viva que fluye y se renueva sin cesar nos puede sostener en ese mismo camino por el que Jesús va. Y es que como dijera Gandhi de la paz, no hay camino para el amor, la caridad es el camino.

MENSAJE PARA LA CUARESMA 2021 DEL PAPA FRANCISCO

LECTURAS

El tercer domingo de Cuaresma se lee en el evangelio de Marcos la parábola de la higuera estéril, que condenada por su ausencia de frutos, obtiene sin embargo, una prórroga, otra oportunidad para ofrecer su riqueza interior convertida en dulzura, frescura y energía. Pero, eso sí, para que tal cambio se produzca será necesario insistir en sus cuidados, reforzar su propia alimentación y crecimiento. Sin trabajo no hay frutos. El envangelio de Mateo que se lee siempre los Miércoles de Ceniza, nos indican que esos refuerzos esenciales para dar fruto son: la oración, el ayuno y la limosna. O lo que es lo mismo, la espiritualidad, la perseverancia y la caridad. Y todo ello en el contexto o marco general de una forma de vida presidida por el gran objetivo de la autenticidad de vida, es decir, de la coherencia que evite vivir de y para las apariencias. La sinceridad para con nuestra conciencia es el tabernáculo donde Dios asiste y se goza con nuestro crecimiento personal, creyente y fraterno. 
Buena y provechosa Cuaresma 2021.

  • Joel (2,12-18)
  • Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17
  • II Corintios (5,20–6,2)
  • Mateo (6,1-6.16-18)

CELEBRACIONES DEL MIÉRCOLES DE CENIZA:

9:30; 19:30 y 20h. 

VÍA CRUCIS: Viernes 19h.

CELEBRACIONES COMUNITARIAS DEL PERDÓN:

Jueves 11 de marzo: 19:30 y 20:15
Viernes 12 de marzo: 19:30