NUEVA DIRECCIÓN DE ESTA BITÁCORA


 

A partir de la primera semana de Pascua, dejaremos de publicar entradas en este blog y emigramos a una nueva dirección que es la siguiente:

SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

DOMINGO 20 DE ABRIL: PASCUA DE RESURRECCIÓN (CICLO C)

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PARROQUIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

La máxima misericordia de Dios se muestra por la inmensa distancia que hay entre su amor y generosidad y nuestra pequeñez y miseria que Él supera, transciende y transforma en vida, dignidad y plenitud. Porque no menos que eso realiza el misterio de la resurrección de Cristo en la mañana del primer día de la semana, el Día del Señor. Sólo por misericordia, la muerte puede convertirse en camino hacia la vida; y el odio y la crueldad que desembocaron en esta muerte, ceden su terreno a la generosidad y esperanza por las que Jesús vivió su pasión y por las que llegará a la resurrección. 

LECTURAS

  • Hch 10, 34a. 37-43. Hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos.
  • Sal 117. R. Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. 
  • 1 Cor 5, 6b-8. Barred la levadura vieja para ser una masa nueva. 
  • Jn 20, 1-9. Él había de resucitar de entre los muertos.

En ese "él tenía que resucitar de entre los muertos" hay algo más que la confirmación de una promesa, el cumplimiento de una profecía, se trata de que la semilla ha fructificado, el amor de Dios que guió a Jesús hasta la cruz, ha transformado nuestra vieja condición y nos abre las puertas a una nueva humanidad. Somos masa nueva fermentada por la fidelidad, obediencia y disponibilidad que Cristo ha puesto en juego al servicio del plan divino de salvación. Tampoco se trata sin más de un final feliz, sino de la continuidad, también arriesgada y exigente, en cada uno de nosotros, de esa vida nueva que requerirá no pocas muertes (la del pecado, la del individualismo, la de la incredulidad...) para resucitar cada día, hasta que resucitemos de manera definitiva el último día, víspera del día sin ocaso en el que ya brilla para siempre el que "tenía que resucitar de entre los muertos".

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA: EL QUE VIVE

COMENTARIO AUDIOVISUAL DE VERBO DIVINO: CORRE HACIA LA VIDA


HOJA DOMINICAL DIOCESANA


VIERNES 18 DE ABRIL: VIERNES SANTO

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PARROQUIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN


La colecta del Jueves Santo, destinada a Cáritas, se incorporará con la del Viernes Santos por los Santos Lugares en solidaridad con la Iglesia de Tierra Santa y las víctimas de la guerra de Gaza.


En la parábola del hijo pródigo (Lc 15) se nos presentaba la realidad del reencuentro entre el hijo y el padre, entre los hermanos y de todos los que seguimos a Jesús con su ideal de fraternidad y filiación. La pasión del Señor en los sinópticos está salpicada de numerosos desencuentros, sobre todo los que protagonizan los discípulos, desde los que se duermen en Getsemaní hasta la negación de Pedro, pasando por el ominoso beso de Judas. Pero en la pasión según san Juan, Jesús no pierde ni a uno de los que le siguen, es Él quien se presenta voluntariamente a la detención en el huerto de los olivos y ya manifiesta que está por encima de los acontecimientos y sus mezquinos intereses. Sí que asistimos a la espantada de Pedro, que también tendrá la oportunidad de reencontrarse, en su culposa impostura, frente a su propia debilidad que pugna con la íntima adhesión que siente por el Maestro. Estos renuncios y negaciones que Juan suaviza para destacar la estatura divina de Jesús, no pueden ocultarnos el profundo y trascendental reencuentro de nuestra condición herida por el pecado con la superación de todas nuestras limitaciones en la entrega total del Hijo del Hombre. Si Jesús se reencuentra con su hora, la del sí incondicional a Dios, nosotros, por nuestra parte, hallaremos en él al Hijo de Dios y en su muerte un cumplimiento que desborda la carencia y contingencia para despuntar en la plenitud que Cristo ha compartido con nosotros.

LECTURAS

  • Is 52, 13 — 53, 12. Él fue traspasado por nuestras rebeliones (Cuarto cántico del Siervo del Señor).
  • Sal 30. R. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
  • Heb 4, 14-16; 5, 7-9. Aprendió a obedecer; y se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación.
  • Jn 18, 1 — 19, 42. Pasión de nuestro Señor Jesucristo.

 Sin quitarle un ápice de realismo ni de sufrimiento, las últimas palabras de Jesús en la pasión según san Juan ("Está cumplido" Jn 19, 30) confirmadas por los gestos de la entrega de la madre al discípulo amado y del símbolo de la túnica sin costuras, imagen de la plenitud que ni la mentira, ni el odio, ni la violencia, ni la muerte pueden romper, constituyen mucho más que una mera idealización teológica del evangelista teólogo por excelencia. Con más o menos acritud en la descripción del horror de una ejecución con sus aledaños de crueldad y deshumanización, todos los relatos de la pasión anudan el desenlace de la cruz con los pasos que Jesús ha dado conscientemente hasta llegar a él. Por eso, pasión y muerte cumplen una misión que está llamada desde el principio a la total generosidad y abnegación, pero también a su victoria definitiva por ser la misión que el Padre la ha confiado. Compartamos esta íntima confianza de Jesús en el Padre y su voluntad. Contemplemos reverentes el silencio del sepulcro, pero no nos vamos de esta terrible escena con las manos vacías, nos llevamos todo lo que Cristo ha puesto en ellas, toda la consistencia, coherencia y generosidad cumplidas con creces, rebosantes de una vida que la tumba no podrá contener ni detener.

EL VIERNES SANTO DE PALESTINA (PATRIARCA EMÉRITO DE JERUSALÉN)


COMENTARIO AUDIOVISUAL DE VERBO DIVINO: APRENDER A MORIR ES APRENDER A VIVIR

JUEVES 17 DE ABRIL: JUEVES SANTO

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La colecta del Jueves Santo, destinada a Cáritas, se incorporará con la del Viernes Santo por los Santos Lugares en solidaridad con la Iglesia de Tierra Santa y las víctimas de la guerra de Gaza.

La Eucaristía, la presencia renovada y renovadora de Jesucristo en el pan y el vino como formas sacramentales de su cuerpo y su sangre, así como en la comunidad que celebra su Pascua, no es la única transformación que nos comunica la conmemoración del Jueves Santo. Porque también nos transforma el Señor que se entrega en servidores de nuestros hermanos, en ministros de reconciliciación, en un nuevo pueblo que recupera la fraternidad como su ser más esencial. Y así, vivimos este primer día del Santo Triduo Pascual como levadura o fermento de una nueva humanidad que en cada asamblea litúrgica actualiza el envío de su maestro y lo saborea primicia de la meta hacia la que caminamos: "haced vosotros lo mismo: amaos como yo os he amado"

LECTURAS

  • Ex 12, 1-8. 11-14. Prescripciones sobre la cena pascual.
  • Sal 115. R. El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo. 
  • 1 Cor 11, 23-26. Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor.
  • Jn 13, 1-15. Los amó hasta el extremo.

La decisión que Jesús tomara en el desierto y que confirmó imponiéndose sobre las tentaciones que buscaban alejarle del modelo servicial de mesianismo, tuvo que renovarla a cada paso de su camino misionero y evangelizador. También cuando fue recibido triunfalmente al entrar en Jerusalén, asumió en su interior la decisión de que no fuera la aprobación externa ni la fama efímera las que le desviaran de su radical ofrenda a la causa salvadora, la causa del Padre y su reinado de amor. Decisión que le hace a Él y a cuantos le seguimos criaturas nuevas. Él se transformará en Eucaristía y nos transformará en un nuevo Pueblo de Dios. Su fidelidad le transformará en modelo de existencia servicial, de "proexistencia", y  nos tranformará a los que cremos en Jesucristo como el Hijo de Dios en apóstoles de la caridad que encuentran en la solidaridad y el compromiso social la expresión de la fraternidad que el Maestro nos indicara como su última, suprema y definitiva lección: el amor recíproco y gratuito. Eso celebramos, eso nos mueve y en en esto nos va transformando.

COMENTARIO AUDIOVISUAL DE VERBO DIVINO: POR EL CAMINO DEL SERVICIO

DOMINGO 13 DE ABRIL: DOMINGO DE RAMOS (CICLO C)


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En el Ciclo C, el Domingo de Ramos se lee la Pasión según San Lucas (el Viernes Santo siempre se lee la de San Juan). Es una pasión que tiene el estilo documentalista e historiográfico del amante de los datos y la pulcritud narrativa que es el tercer evangelista. Concretamente, difiere de los otros relatos de la  pasión en rebajar el tono anti judío de Mateo y Juan, aunque resalta la negativa de Pilato a condenar a Jesús, y de hecho omite la condena explícita: "Y se lo entregó para que hicieran a su voluntad". En el Huerto de los Olivos intenta justificar el sueño de los discípulos, un ángel alivia a Jesús de su angustia y el Señor cura de la oreja cortada a Malco, el criado del sumo sacerdote. Añade el dato de la intervención de Herodes Antipas, etnarca de Galilea. En el camino a la cruz añade el pasaje de las mujeres de Jerusalén que se compadecen de Jesús y a quienes Él consuela también. Ya en la crucifixión, suaviza el escarnio sufrido por Jesús y cita en la escena, sin nombrarlas como sí hacen los otros evangelistas, a unas mujeres, junto a "todos sus conocidos". Añade por su cuenta el episodio del buen ladrón, que le permite dar prioridad al perdón como centro del mensaje de Jesús: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen" y "hoy estarás conmigo en el paraíso"; para concluir con una profesión de confianza en Dios: "A tus manos encomiento mi espíritu".

LECTURAS

  • Lc 19, 28-40. Bendito el que viene en nombre del Señor
  • Is 50, 4-7. No escondí el rostro ante ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado.
  • Sal 21. R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
  • Flp 2, 6-11. Se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó sobre todo.
  • Lc 22, 14 — 23, 56. Pasión de nuestro Señor Jesucristo.

 Del Domingo de Ramos al Domingo de Pasión va solo el tiempo que dure la procesión de los ramos, después de la cual, la Eucaristía proclamará la pasión según el Evangelio de San Lucas. Pero, a pesar del corto trecho que hay entre ambas evocaciones, su significado es antagónico... o no. Pues, aunque parezcan el noche y el día la entrada trifunfal de Jesús en Jerusalén y su posterior pasión y muerte, ambas están  unidas, como lo estuvieron todos los momentos de la vida de Jesús, por un mismo hilo conductor, un común argumento, un sentido transversal y coherente: la apuesta de Dios por mostrarnos su amor más allá de que lo jaleemos y aplaudamos, o lo condenemos y rechacemos. No hay por qué dudar de que las palmas y vitores de aquella entrada exitosa fueron sinceras. Tampoco tenemos por qué tildar de hipócritas y meras manipulaciones las ofensas, escarnios y peticiones de ejecución para el profeta de Galilea. Que nuestras voluntades son volubles y las aficiones e inquinas de la multitud son manipulables, lo sabemos por propia experiencia. Nuestra propia historia de seguidores de Jesús podría dar cuenta de numerosos renuncios y traiciones, de continuos avances y retrocesos. También lo veremos en los propios discípulos de Jesús, sinceramente apenados por los presagios de muerte, pero medrosos y pusilánimes a la hora de dar la cara y manenerse fieles. Por todos estos motivos y detalles, la contemplación de la pasión del Señor, y especialmente ésta de san Lucas que tiene su interés catequético y espiritual, puede ayudarnos a realizar un test a nuestra fe y su calidad. No la veamos desde un solo observador, pues de todos sus actores algo hemos tenido a lo largo de nuestra vida. Lo que importa es dónde nos situamos ahora y cómo queremos seguir de aquí en adelante.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA: LA BORRIQUITA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA: CON LOS CRUCIFICADOS

COMENTARIO AUDIOVISUAL DE VERBO DIVINO: ¿QUIÉN ES ESTE HOMBRE?


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DOMINGO 6 DE ABRIL: V DE CUARESMA (CICLO C)

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Este pasaje tan importante y querido de la mujer adúltera (Jn 8, 1-11), importante y querido porque expresa de manera radical la apuesta de Jesús por la misericordia, parece ser que se añadió posteriormente, no se sabe cuando, al cuarto evangelio. Siendo el evangelio de Juan una obra cuyo resultado final supone hasta tres redactores con sus respectivas añadiduras, no desentona esta adicción. Pero, en este caso es posterior a la elaboración completa del evangelio. Aún con esas, por fortuna, aquí lo tenemos, con su clara inclusión de todos bajo la influencia del pecado (que nos recuerda lo que leímos en Lucas el tercer domingo de Cuaresma) y la consiguiente desautorización de una pretendida superioridad moral en virtud de la identidad o pertenencia religiosa: es más coherente e inteligente, es más realista ser comprensivos e indulgentes.

LECTURAS

  • Is 43, 16-21. Mirad que realizo algo nuevo; daré de beber a mi pueblo.
  • Sal 125. R. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
  • Flp 3, 8-14. Por Cristo lo perdí todo, muriendo su misma muerte.
  • Jn 8, 1-11. El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.

La misericordia, según el tenor de estra tradición independiente, no se debe exclusivamente a la bondad y el desbordamiento del amor. Es cosa también de justicia, una justicia mayor, de una sabiduría superior, una comprensión más  integral y humanista del humano proceder, pues habiendo pecado todos, no estamos en condiciones de condenar, sino de ejercer la misma clemencia que necesitamos. Es una misericordia entrañable, cordial, pero también inteligente y proporcionada con la universalidad del pecado y la difícil imparcialidad con la que podríamos juzgar la conciencia de los demás. Ni que decir tiene que el hecho de que sea una mujer la acusada, fortalece el carácter de justicia superior como efecto de la aplicación de la misericordia. Aunque también es justo reconocer que la Ley de Moisés condenaba a muerte tanto al adúltero como a la adúltera (Lv 20, 10; Dt 22, 22-24) Razón de más para apuntar a la intencionalidad del texto al aludir sólo a una acusada y querer así defenderla de la tendencia sultural a la discriminación de la mujer. Y junto a todos estos aspectos, la afirmación del efecto educativo, transformador, que debe tener la experiencia de la misericordia: "en adelante no peques más".

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA: CARIDAD

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA: JESÚS AMIGO DE LA MUJER

COMENTARIO AUDIOVISUAL DE VERBO DIVINO: UNA LLAMADA AL PERDÓN Y LA CONVERSIÓN

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DOMINGO 30 DE MARZO: IV DE CUARESMA (CICLO C)

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Lucas administra con prodigalidad el carácter misericordioso de Jesús y su Evangelio. Como esas ambulancias que sor Lucía Caram está llevando a Ucrania, este evangelista va repartiendo árnica y dispensando analgésicos a lo largo de toda su versión de la vida y mensaje de Cristo. Suaviza la imagen deplorable que Marcos va dibujando de los discípulos, quita hierro a la inquina anti judía de Mateo y de Juan, matiza y elimina aspectos duros de la pasión del Señor, introduciendo el perdón como última enseñanza de Maestro en la cruz..., todo un dispendio de ternura y compasión desborda en este evangelio y para muestra, sus parábolas de la misericordia (Lc 15): la oveja y la moneda perdidas, el buen samaritano y la de este domingo, el hijo pródigo. Cuatro reencuentros: el hijo menor reencuentra un padre; el padre recupera un hijo; el hermano mayor es advertido de que tiene un hermano y todos reencontramos el sentido más profundo de la vida y de la fe cristiana, la misericordia, el perdón, la ternura, la compasión.

LECTURAS

  • Jos 5, 9a. 10-12. El pueblo de Dios, tras entrar en la tierra prometida, celebra la Pascua.
  • Sal 33. R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
  • 2 Cor 5, 17-21. Dios nos reconcilió consigo por medio de Cristo.
  • Lc 15, 1-3. 11-32. Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido.

En nuestro itinerario cuaresmal, la parábola del hijo pródigo, tras haber compartido con Jesús su decisión en favor de un mesianismo teocéntrico y servicial frente a las tentaciones del triunfalismo y la auto referencialidad; luego de contemplar la transformación que Jesús y los discípulos experimentan en la Transfiguración como anticipo y sentido de la vida que vencerá el odio y la muerte; después de la advertencia de que la conversión no es necesaria sólo para los pecadores rematados, sino para todo seguidor que quiera dar fruto... viene ahora el contenido al que apuntan la decisión, la transformación y la renovación de nuestra conversión permanente: el amor. Un amor que se concreta en el perdón y nos permite reencontrar nuestra identidad y vocación más profundas, la de hijos y hermanos entrelazados por la misericordia. Un amor que como nos decía muy acertadamente nuestro obispo electo en su mensaje de saludo a la diócesis, tiene rostros y nombres. Es el reencuentro de la concreción, realismo y cotidianidad del amor verdadero, como el que Dios nos tiene, como el que Jesucristo nos propone.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA: PERDÓN

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA: CÓMO EXPERIMENTA JESÚS A DIOS

COMENTARIO AUDIVISUAL DE VERBO DIVINO: PONTE UNA NARIZ ROJA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA




DOMINGO 23 DE MARZO: III DE CUARESMA (CICLO C)

 
Más allá del significado escatológico de este ultimátum, "si no os convertís pereceréis de la misma manera", la advertencia de Cristo, leída desde todo el itinerario espiritual que él nos propone, exige el discernimiento de cuáles son nuestros objetivos y prioridades en la vida. Separadas las incidencias de la vida de su posible interpretación como premio o castigo por parte de Dios (teoría retributiva) Jesús predica y vive una comunión integral con Dios y su proyecto de salvación: el Reino de Dios. En este plano general del seguimiento discipular de Cristo, la conversión nos ha de librar de errar la meta y confundir los falsos absolutos que nos presenta la vida, para elegir la verdaderamente esencial: Dios y su apuesta por el amor que se hace realidad en la fraternidad.

LECTURAS

  • Ex 3, 1-8a. 13-15. “Yo soy” me envía a vosotros.
  • Sal 102. R. El Señor es compasivo y misericordioso.
  • 1 Cor 10, 1-6. 10-12. La vida del pueblo con Moisés en el desierto fue escrita para escarmiento nuestro.
  • Lc 13, 1-9. Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.

No, no somos más justos que los demás, ni más buenos, ni estamos a salvo por nuestros méritos de que nos pase lo que nos tenga que pasar por ley de vida. Y nos tenemos que convertir no para librarnos de cualquier mal que nos pueda sobrevenir, sino para corresponder al que más nos amó, a Dios que nos amó antes y mejor. La imagen desoladora del descendimiento de Cristo muerto nos invita a mirar nuestra necesidad de cambio y superación, de vuelta a Dios y a la fidelidad a su Palabra, no por el miedo al castigo, sino por la gratitud hacia lo que significa este cuerpo inerte: “tanto nos amó Dios que nos entregó a su Hijo unigénito”.
Y después de tanto tiempo meditando el misterio de la muerte y la resurrección de Jesucristo, el interrogante que brota de la cruz y el sepulcro vacío y la provocación de la afirmación de su vida después de la cruz, todavía no acabamos de dar fruto. Ante tanta persistencia de nuestra dureza de espíritu y nuestra falta de conversión, una y otra vez, esta muerte y la resurrección que la vencerá, renuevan la fe del viñador eterno: “déjala todavía este año…, a ver si da fruto”.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA: CONVERSIÓN

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA: ¿PARA 

QUÉ UNA HIGUERA ESTÉRIL?

COMENTARIO AUDIVISUAL DE VERBO DIVINO: UNA NUEVA OPORTUNIDAD

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DOMINGO 16 DE MARZO: II CUARESMA (CICLO C). DÍA DEL SEMINARIO


Quien se pone en contacto con el Dios de Jesucristo; el que a través de la vida, muerte y resurrección del Hijo de Dios entra en la intimidad dialogal y amorosa del Dios uno y trino, ve su propio rostro y su alma, su destino y su moral transformadas. Porque, a diferencia del Dios del Sinaí, que ver su rostro era morir, el Padre nos da vida de la verdadera, de la que vence a la muerte y da sentido a nuestros días y nuestros años. Pero para entrar en la presencia de este Dios amoroso que Jesucristo nos acerca, hay que subir al monte, como hay que ir al desierto: hay que orar, meditar, contemplar. Este trabajo de la fe que se pone a la escucha de la palabra de Dios que resuena proxima y comprometedora en su Hijo, nos trasformará a su imagen y semejenza, es decir, nos hará dóciles a la gracia, perseverantes en el amor, constantes en la oración, anclados en su esperanza.

DÍA DEL SEMINARIO

LECTURAS

- Gen 15, 5-12. 17-18. Dios inició un pacto fiel con Abrahán.
- Sal 26. R. El Señor es mi luz y mi salvación.
- Flp 3, 17 — 4, 1. Cristo nos configurará según su cuerpo glorioso.
- Lc 9, 28b-36. Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió.

Hacernos en Cristo, esa es la meta del cristiano, ese es el efecto deseable de ser discípulos de Cristo. No debiéramos contentarnos con menos, quedarnos, tan sólo, en cumplir un expediente de normas y creencias, sin llegar a ver cómo nuestra vida entera se va asemejando poco a poco a la del Maestro que nos revela al Padre: "Hace tanto tiempo que me conoces, Felipe, y no sabes que verme a mí es ver al Padre" (Jn 14, 9). Es una transformación total, una auténtica metamorfosis, por eso Pablo no se limita a repetir enseñanzas y mandamientos, sino que apunta a este fruto logrado de la fe: "ser una misma cosa en Él" (Rm 6, 5), "hasta que Cristo se forme en nosotros" (Gal 4, 19: donec formetur Christus in vobis, que, por cierto,  era el lema del primer obispo de Albacete, don Arturo Tabera). 

Claro está que éste, como toda metamorfosis, es un proceso paulatino, que tiene sus etapas y requiere su tiempo. Este proceso de cambio o conversión tiene condiciones: la contemplación orante y comprometida de Cristo, rostro del Padre; el seguimiento del maestro por las sendas del amor y el servicio; la disponibilidad total a la Palabra de Dios; la comunión fraterna y corresponsable con los suyos y la misión que comparten; el amor generoso y gratuito al hermano y más al que nos necesita. Que esta Cuaresma sea un paso más en esta deseable transformación que nos ayudará a dejar atrás el "hombre viejo" para alumbrar con Cristo la humanidad nueva que tanta falta hace para alcanzar esa evolución espiritual y moral sin la cual no habrá nunca paz, ni justicia, ni verdadera humanidad.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA: ORACIÓN

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA: VIVIR ANTE EL MISTERIO

COMENTARIO AUDIVISUAL DE VERBO DIVINO: ABRIR PUERTAS

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DOMINGO 9 DE MARZO: I DE CUARESMA (CICLO C)

 

La estancia de Jesús en el desierto (las tentaciones) y su bautismo en el Jordán (la elección por parte del Padre) condensan simbólica y teológicamente el periodo de formación espiritual de Jesús. La aceptación por su parte de la vocación que viene del Padre, ha germinado paulatinamente en el Hijo de Dios desde su concepción virginal (Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres Lc 2, 51). Y ahora es confirmada con su propia decisión, con su libre determinación de bajar al desierto, de acercarse al Bautista, de incorporar su propia respuesta al Padre a la llamada de conversión de aquél profeta que también era portador de la palabra de Dios. Este tiempo de preparación y maduración se desarrolla en soledad, silencio y disponibilidad, porque aquella decisión que guiada por el Espíritu le ha traído hasta aquí, aún la tendrá que ampliar y profundizar con la distinción del tipo de mesianismo al que está llamado, y eso requiere el coraje de dejarse medir con sus propias fuerzas y calibrar su propia debilidad.

LECTURAS

- Dt 26, 4-10. Profesión de fe del pueblo elegido.
- Sal 90. R. Quédate conmigo, Señor, en la tribulación. 
- Rom 10, 8-13. Profesión de fe del que cree en Cristo.
- Lc 4, 1-13. El Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado.

Y acabada toda tentación, el demonio se marchó hasta otra ocasión (Lc 4, 13) Jesús ha impuesto por ahora su determinación y perseverancia, su fidelidad y total disponibilidad a la voluntad del Padre. Pero eso no quiere decir que la tentación haya desaparecido para siempre. A lo largo de su misión de heraldo del Reino, de anticipo de la gracia que salva, una y otra vez, bajo diversas formas, le saldrá al paso la tentación de encaminar su itinerario por los derroteros del triunfalismo y la egolatría. Pero ahora, además de clarificar y distinguir con pureza de intención el tipo de mesianismo que Él encarna, ha madurado también las actitudes que harán posible su triunfo sobre el pecado y la muerte: libertad, humildad y total confianza en Dios. Esas mismas serán las actitudes que sus seguidores habremos de empeñar para vivir el Evangelio, que es la  única forma de anunciarlo: libertad contra la sumisión a los poderes de este mundo, especialmente el dinero y la violencia; humildad frente a la seducción del éxito basado en la cantidad y la imagen; total confianza en Dios en lugar de lo que llama el papa Francisco "neopelagianismo", por el que absolutizamos el valor de nuestros programas y nuestras cualidades ignorando tanto nuestra propia debilidad, como la precedencia y superioridad de la acción de Dios, de su gracia. 

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA: DETERMINACIÓN

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA: LUCIDEZ Y FIDELIDAD


COMENTARIO AUDIOVISUAL DE VERBO DIVINO: ALCANZAR SUEÑOS

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5 DE MARZO: MIÉRCOLES DE CENIZA


En su momento, que Lucas lo precisa en el tiempo y el espacio (Lc 3, 1 -2), "vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto" Aquella palabra impulsó a Juan para que predicara y bautizara. A través de la misión profética del Bautista, también Jesús escucha y responde a la Palabra que Él encarna con toda su vida. Fue el Espíritu el que llevó a Jesús al desierto (Lc 4, 1). El Espíritu Santo recorre con su aliento de vida toda la obra de Lucas, evangelio y Hechos de los Apóstoles, porque es el Espíritu el que llena a Jesús, el que lo guía y lo sostiene, el que lo vincula con los que ha llamado y enviado antes y después de su resurrección, entonces y para siempre. Y obra del Espíritu será que esta Cuaresma nos sirva de tiempo de conversión, de espacio para la escucha y la reflexión. Si al final logramos ir al desierto, será el Espíritu el que nos lleve.

LECTURAS

- Jl 2, 12-18. Rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos.
- Sal 50. R. Misericordia, Señor, hemos pecado.
- 2 Cor 5, 20 — 6, 2. Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable.
- Mt 6, 1-6. 16-18. Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Al hilo de los evangelios de los domingos de Cuaresma, el itinerario de reflexión, oración y celebración que os proponemos tiene una dirección centrípeta, pero, todavía más adentro ("duc in altum"): de nosotros y nuestra libertad (Decisión) al centro mismo que es Dios, Él que habita en lo más  hondo del corazón que lo recibe (Misericordia). Pasando por los efectos personales y relacionales de la decisión de ir al desierto y acoger al Dios que se nos da en Jesús: Transformación, Renovación, Reencuentro. Porque quien se decide a ir al desierto, dejándose llevar por el mismo Espíritu que condujo a Jesús, cambia de actitudes, de criterios y de prioridades. Su vida se renueva en la novedad del Evangelio y de su diferente escala de valores. Quien va al desierto y sigue al Espíritu que lo hace espacio de revelación, se reencuentra consigo mismo, con Dios que siempre estuvo con nosotros y con los otros que también nos hablan de Dios con sus testimonios y carencias.

Este hilo conductor de la Cuaresma que va de nosotros a más dentro de nosotros mismos (intimior intimo meo que dijera san Agustín) para hacernos llegar a saborear y ejercer la misericordia que Dios es, se presenta de manera reiterativa en el evangelio del Miércoles de Ceniza. No sólo para la oración, el ayuno y la limosna, para toda la vida y su polifacética actividad debería primar esa dirección de intimidad, autenticidad y sinceridad que expresa la recomendación de Jesús de vivir no para la galería y la aprobación externa sino de cara a nuestra más exigente verdad, de la que nacen la coherencia y la alegría de no ser meras imágenes, puros avatares. Pues hacia dentro y al centro, en lo profundo y para expandirnos en la misericordia vivamos, guiados por el Espíritu de Cristo esta santa Cuaresma.

L ANIVERSARIO DE LA PARROQUIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN