DOMINGO 20 DE FEBRERO: VII DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)

 
El buen maestro que es Jesús, no nos oculta que la consecución de los bienes del Reino, de la felicidad auténtica e imperecedera, se obtiene por la vía de la superación, la conversión y la progresiva maduracion de nuestra humanidad. A cambio, Él mismo se nos ofrece como el modelo y el acompañante en esa ascesión hacia mayores cotas de humanidad, las necesarias para que nuestro mundo sea más fraterno y alcancemos esa evolución moral, sin la cual, será imposible hacer frente a los grandes retos del tiempo presente: la justicia, la paz, la armonía con la naturaleza, la erradicación de las formas inhumanas de opresión, soledad, manipulación e instrumentalización de nuestra dignidad.

LECTURAS

  • I Samuel (26,2.7-9.12-13.22-23)
  • Sal 102,1-2.3-4.8.10.12-13
  • I Corintios (15,45-49)
  • Lucas (6,27-38)

Jesús no vende humo. Promete la felicidad plena, pero con honradez muestra el camino exigente que conduce a la dicha prometida, el camino del amor generoso, sin acepción de personas. Un camino que siempre es ascendente, en un proceso permanente de superación y amplitud, hasta abarcar el amor al enemigo, el perdón de la ofensa, la gratuidad más desinteresada y altruista. No en vano, el modelo, la meta, el criterio y la medida de esta vía de perfección, es nada menos que amor mismo de Dios. Con sejemante listón, el seguimiento de la propuesta que Jésus nos hace, no puede ser sino en progresivo crecimiento, por medio de ese trabajo personal que cada uno debe llevar adelante y que llamamos conversión, porque nos va convirtiendo en el hombre espiritual del que habla san Pablo en en el capítulo 15 de la primera carta a los corintios: el nuevo Adán, la nueva humanidad que es el resultado de un profundo cambio de nuestros criterios y nuestras miras. Esto y no menos ofrece Jesús. Esto y no menos exige seguir a Jesús.

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COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

DOMINGO 13 DE FEBRERO: VI DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO C). CAMPAÑA DE MANOS UNIDAS

 

LECTURAS

  • Jeremías (17,5-8)
  • Sal 1,1-2.3.4.6
  • I Corintios (15,12.16-20)
  • Lucas (6,17.20-26)

Que las Bienaventuranzas no se realizarán solo en el futuro escatológico de Dios, lo demuestran muy bien los 63 años que Manos Unidas lleva concienciando y actuando de forma efectiva contra el hambre y otras múltiples formas de pobreza. Tiene que haber, claro está, una respuesta definitiva de Dios, que supere la muerte y haga justicia a las víctimas que no encontraron en su tiempo respuesta a su clamor. Pero ya aquí, como pan, formación, acceso al agua, capacitación laboral, fortalecimiento de las comunidades empobrecidas...las bienaventuranzas son realidad.

Por eso, aún asumiendo todo lo que nos falta, tanto en lo que somos indiferentes o damos una respuesta corta, cicatera, debemos tener esperanza. Si el futuro es de Dios, ¿cómo no vamos a tener motivos para creer que podemos cambiar el presente? Llamadas al compromiso y a la ternura compasiva, las Bienaventuranzas son, antes que nada, la afirmación de que Dios quiere que seamos dichosos, pero sobre todo, que puedan serlo quienes ahora son desdichados. Porque Él enjugará sus lágrimas y, mientras tanto, nosotros haremos lo que podamos para aliviarlas.

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COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA




DOMINGO 6 DE FEBRERO: V DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)

 
Como sardinas en latas, como un cardumen de peces pero con menos movilidad, menos espacio y más agobio, así nos vemos a vista de pájaro los humanos en medio del atasco. Atasco de emociones, fuerzas y perspectivas. Amontonados pero no juntos. En ruta pero detenidos. El pescador de hombres viene a repescarnos de nuestras parálisis y extravíos, a ponernos de nuevo en camino pero con libertad y altura de miras, no como si fuéramos en una cinta transportadora que nos lleva donde no hemos elegido ni donde tenemos nuestra meta. Jesús de Nazaret encuéntranos, llámanos y envíanos, que ya pondremos nosotros de nuestra parte, a pesar del marasmo, fuerzas, esperanza y movimiento.

LECTURAS

  • Isaías (6,1-2a.3-8)
  • Sal 137
  • Corintios (15,1-11)
  • Lucas (5,1-11)

No es preciso ser pesimista o fatalista para reconocer que vivimos tiempos de grandes pesadumbres, que son muchos los que padecemos agobios, ansiedad, cansancio, desánimo, desorientación... Tampoco es razón suficiente para juzgar nuestro tiempo, nuestra cultura, como peor o sin remedio. Pero las cosas son como son y si gastamos sinceridad habremos de reconocer, aunque él lo explicaba de otra manera, lo que Freud llamaba "el malestar de la cultura". Nuestro malestar no es por la culpa, no son tiempos precisamente aquejados de complejo de culpabilidad. Se trata más bien del amontonamiento de ocupaciones, preocupaciones y entretenimiento, pero, al mismto tiempo, soledades incurables, pérdida del gusto (y no por la COVID) y hastío acumulativo. Síntomas de una pesca infructuosa y una situación sin salida. Es justo la situación propicia para reconocer la autoridad de la voz de Jesús y el atractivo esperanzador de su invitación: "ser pescador de hombres", recuperar la humanidad que está en el fondo de nosotros mismos, a veces demasiado al fondo, sepultada en una fosa marina donde pocas veces buceamos porque andamos muy estresados y, cuando no lo estamos, necesitamos evadirnos y no estamos para grandes inmersiones. La vida de Jesús, su fe en el proyecto de Dios, que le lleva también a tener una fe inquebrantable en ese fondo de humanidad que se nos escapa, se presenta a nuestra vera y nos requiere para vivir de verdad y dar vida como única forma de ser libres y fecundos. Bien merece la pena que venzamos el miedo y las excusas para volver a echar las redes.

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COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA


DOMINGO 30 DE ENERO: IV DE TIEMPO ORDINARIO

 
Lector y comentarista privilegiado de la Palabra de Dios escrita, la Palabra de Dios hecha carne nos enseña que es la vida la que mejor pronuncia el significado de las Sagradas Escrituras. Y es en la vida de Jesús donde podemos encontrar, bien clarita, la voluntad de Dios, esa que tan bien interpretó Pablo en Corintios 13: si no tuviera amor no soy nada.

LECTURAS

  • Jeremías (1,4-5.17-19)
  • Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17
  • Corintios (12,31–13,13)
  • Lucas (4,21-30)

Pero ¿qué es lo que tanto ha escandalizado a los paisanos de Jesús reunidos en la sinagoga de Nazaret?, ¿cómo ha interpretado su vecino el pasaje de Is 61, 1-2 para que lo quieran despeñar? Era una buena noticia, que Dios cumplía en Él su promesa. Era oportuna, el pueblo estaba necesitado entonces, como siempre, de buenas noticias. Pues, ¿cuál era la herejía?, ¿que esa Buena Noticia tan necesaria se cumpliera precisamente en Él, en Jesús? No. La piedra de escándalo era, precisamente, que lo conocieran, que les fuera tan cercano que podían decir el nombre de su parentela. Lo familiar y acostumbrado como barrera para reconocer la cercanía de Dios y su proximidad, su dulce e incómoda cotidianidad. Que Dios está entre los pucheros, que obras sean amores y no buenas razones, que la caridad empieza por los que tenemos al lado y la grandeza de la vida está en la pequeñez del día a día. Esas eran las ofensivas propuestas que suponía la proclamación de Jesús. Y hoy como antaño, la novedad y bondad de lo que acaece ante nuestro ojos nos sigue provocando rechazo. Las cuatrocientas comidas diarias que se sirven en el Cotolengo a quienes lo necesitan, la acogida solidaria de los inmigrantes por parte del Secretariado de Migraciones, las Hijas de la Caridad, Justicia y Paz... y otras asociaciones eclesiales y no eclesiales, tantas y tantas manifestaciones de ternura, compasión y generosidad por parte de vecinos, familiares, conocidos... un suma y sigue que revela a Dios pero que nos cuesta reconocer porque se hace patente en nuestra misma cara y a nuestro lado. Pero no importa, a pesar del velo que impide nuestra visión de la actuación de la gracia liberadora de Dios, Jesús sigue adelante: "Pero Jesús se abría paso entre ellos y seguía su camino". 

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DOMINGO 23 DE ENERO: III DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO C) DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS

 
En 1947 en una cueva de Qumrán (Israel, desierto del Mar Muerto) se encontraron varios manuscritos con textos bíblicos. Entre ellos está el "Gran Rollo de Isaías". Se trata de una copia del S. II Antes de Cristo. Contiene el libro de Isaías completo y constituye el texto bíblico más antiguo. Cuando en la sinagoga de Nazaret le pasaron a Jesús el rollo de Isaías para que lo proclamara, además de la transmisión escrita de la Palabra de Dios, Jesús convirtió la letra en Espíritu, la palabra en vida y nos inició en una comunicación con Dios que debe ser experiencia, fe y compromiso con lo que dicha Palabra significa.

HORARIOS DE MISAS DOMINICALES

11.30; 12:30 y 19:30

LECTURAS

  • Nehemias (8,2-4a.5-6.8-10)
  • Sal 18,8.9.10.15
  • I Corintios (12,12-30)
  •  Lucas (1,1-4;4,14-21)

DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS

El libro de Isaías, recoge oráculos de varios profetas que van del s. VIII al s. VI antes de Cristo. Como el resto de los libros proféticos, proyecta una mirada reflexiva, esperanzada e interpeladora del pueblo de Israel. Los creyentes judíos escuchaban en la sinagoga los oráculos de Isaías como diagnóstico de su pasado y prospectiva de su futuro. Y, todos los tiempos coincidían en la encrucijada entre la fe, la promesa y la fidelidad a la Alianza. Jesús toma el rollo de Isaías, lee el antiguo oráculo sobre la vocación y misión del profeta. Proclama el creyente y también profeta de Nazaret las antiguas palabras que identificaban la voluntad de Dios como un proyecto de liberación. Antaño como en el momento en que Jesús lee el rollo de Isaías ante sus paisanos, Dios hablaba de buenas noticias, de libertad y de salud, de gracia. Pero el lector, el creyente, el conocido como hijo de María y José, aquél cuyos hermanos vivían en Nazaret, pronuncia una palabra nueva, o mejor dicho, hace actuales todas las viejas palabras: Él es y encarna lo que Dios siempre ha querido, lo que los profetas han dicho en nombre de Dios. Y junto a esta realización en Jesucristo de la Palabra de Dios, una propuesta para nosotros, lectores actuales de la Palabra de Dios: que la convirtamos en espíritu y vida, que la sintamos y la vivamos.

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

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DOMINGO 16 DE ENERO: II DE TIEMPO ORDINARIO

 
Ya el profeta Jeremías (2, 13) había profetizado contra el pueblo de Israel por despreciar las fuentes de aguas vivas y excavar aljibes agrietadas que no retienen el agua. Tinajas llenas de agua cuando falta el vino. Ritos y costumbres repetidos pero sin el agua viva de la sed de sentido y el Espíritu que hace nuevas todas las cosas. Jesús pondrá fuerza y vida allí donde reinaban la fatiga y la rutina. Nuestra vida cristiana y su expresión cultual, litúrgica, deben embriagarse con la libertad creativa y transformadora del Evangelio, cualquier cosa menos algo repetitivo, aburrido y adomecedor. Estamos de boda, el novio está con nosotros y no falta el vino agradecido de la comunidad que celebra y persevera en su fe en el Señor.

HORARIOS DE MISAS DOMINICALES

11.30; 12:30 y 19:30

LECTURAS

  • Isaías (62,1-5)
  • Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a.c
  • I Corintios (12,4-11)
  • Juan (2,1-11)

Aunque a regañadientes y solo después de la intervención de su madre, María, la creyente y experta en esperanzas, Jesús interviene, hace suya la situación delicada de una celebración que se va a pique. Ni que decir tiene, que es preciso contar con el simbolismo del simbólico Juan. Pero, más allá de las seis tinajas de agua representativas del culto judío superado por el culto en espíritu y verdad, así como del significado místico de las bodas, consumación del amor que a más amor llama, el pasaje de las Bodas de Caná leído en nuestro momento actual, resuena a ilusión y compromiso. La ilusión de que el festivo deseo de Dios, nuestro Padre, por hacer feliz a la humanidad, no se trunque por la incompetencia, el cansancio o el miedo de quienes debieran facilitar esa conjunción gozosa del amor divino y la humana comunión. El compromiso por parte de aquellos que somos seguidores de Jesús y por el Bautismo compartimos su misión de anunciar el Evangelio, de no desentendernos ni retroceder, sino ofrecer con alegría y confianza los retazos de la humanidad nueva que ya se dan entre nosotros: caridad, solidaridad, escucha y deseos fervientes de curar, acompañar y festejar con el santo Pueblo de Dios.

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DOMINGO 9 DE ENERO: EL BAUTISMO DEL SEÑOR

 
Además del significado histórico que el Bautismo de Jesús tiene como enlace con la historia de Israel y de las biografías de Jesús y el Bautista, hay un significado teológico que Pedro interpreta bien en su discurso en casa del centurión Cornelio, del gentil, del extrajero Cornelio: "Dios no hace acepción de personas". Y por ambos significados nos llega a los cristianos una invitación a entender nuestro bautismo, en el nombre de Jesús como una plena inmersión en la causa común de la humanidad, reforzados por la vida nueva del resucitado, en la que hemos sido bautizado "con Espíritu Santo y fuego".

HORARIOS DE MISAS DOMINICALES

11.30; 12:30 y 19:30

LECTURAS

  • Isaías (42,1-4.6-7)
  • Sal 28
  • Hechos de los apóstoles (10,34-38)
  • Lucas (3,15-16.21-22)

Al bautizarnos con Cristo, en su nombre y con el significado que Él le dio a su bautismo en el Jordán, estamos atreviéndonos a tomar las riendas de nuestra vida para ponerla, como Él lo hizo, en las manos del Padre. El bautismo -el de Jesús y el nuestro- supone un punto de partida, no el final de nada, sino el comienzo de una forma de vivir. En los evangelios, el bautismo de Jesús está relacionado con una decisión, la de emprender su misión, la de entregarse a la causa del Reino de Dios. También, nuestro bautismo, el que empezó con el gesto sacramental y que continúa con la fidelidad de nuestra fe, debería suponer una toma de decisión, la apuesta por un fin o destino para nuestros pasos. Jesús asume una misión. Y los bautizados en Jesús, nos implicamos en esa misión, porque en ella Dios, nuestro Padre, nos ve como sus hijos, cuenta con nosotros como con su Hijo. 

Por esta misma comunión con la misión de Cristo, el bautismo edifica una Iglesia "sinodal", comunitaria y participativa. No puede ser que el Bautismo signifique tanto -la asociación íntima y existencial con la humanidad nueva del Hijo de Dios- y que, luego, la Iglesia a la que nacemos por el Bautismo, diluya esa alta vocación para convertirla en mera "tropa", sin responsabilidad ni protagonismo, porque pareciera que hay bautizados de primera, de segunda y de  clase turista... Por la misma importancia cristológica que tiene el bautismo, la Iglesia ha de ser más comunitaria y menos vertical. 

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COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

6 DE ENERO, EPIFANÍA DEL SEÑOR

Humilde y doméstica. Hogareña y práctica. Para comer y reunirse. Lo material y lo espiritual juntos. La mesa camilla bien pudiera simbolizar que la fe en el Dios hecho humano debiera ayudarnos a desprendernos de ese puritanismo moralista que ve en lo social y acostumbrado solo desviación y perdición. Si Dios está entre las pucheros (santa Teresa), cuanto más estará en la familia y los amigos que se juntan a celebrar y compartir. 

HORARIOS DE NAVIDAD

Epifanía (6 de enero): 11.30; 12:30 y 19:30

LECTURAS

  • Isaías (60,1-6)
  • Sal 71
  • Efesios (3,2-3a.5-6)
  • Mateo (2,1-12)

Hay quien confunde la trascendencia con la lejanía, lo espiritual con la abstracción, a Dios con una idea perfecta pero sin encarnación. Claro que la Navidad es algo más que el consumo y que la fiesta de los Reyes Magos es más que los regalos. ¿Pero qué tiene de malo que lo profundo y esencial de la fe se convierta en gestos y costumbres que nos permitan vivir y tocar lo inalcanzable como parte de nuestra vida cotidiana? Los moralistas y enfurruñados, puristas y puritanos, siempre buscan una pega para amargar las vivencias sencillas e inmediatas de la vida familiar, que se hace concreta y real en torno a la mesa donde se comparte lo que somos. Sin temor a caer en el hedonismo ni el materialismo, veamos también en los regalos que traen los Reyes, en el deseo de hacer felices a los niños, en la alegría de reunir a la familia, una huella de la manifestación del Dios que se hizo humano. A ver si después de recorrer ese gran trecho el Dios encarnado, ahora solo queremos verlo en los dogmas y lo sagrado que, si bien ahí también mora Él, no falta tampoco en el abrazo, los buenos deseos y la materialidad de la vida que Él iluminó de eternidad, siempre y cuando, claro está, no nos quedemos con el envoltorio ni dejemos de disfrutarlo con gratitud y gratuidad.

1 Y 2 DE ENERO: SANTA MARÍA MADRE DE DIOS Y DOMINGO II DE NAVIDAD


HORARIOS DE NAVIDAD

1 de enero. Santa María Madre de Dios: 11:30; 12;30 y 19:30

2 de enero. Domingo II de Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
6 de enero. Epifanía del Señor: 11:30; 12;30 y 19:30


1 de enero: Santa María Madre de Dios. Jornada mundial de la Paz

  • Números (6,22-27)
  • Sal 66
  • Gálatas (4,4-7)
  • Lucas (2,16-21)

2 de enero: Domingo II DE NAVIDAD

LECTURAS

  • Eclesiástico (24, 1-2. 8-12)
  • Sal 147
  • Efesios (1,3-6. 15.18)
  • Juan (1, 1-18)

La lectura del prólogo de San Juan en el Domingo II de Navidad (2 de enero) prolonga y da sentido al motivo con el que el papa ha querido invitarnos a reflexionar sobre la paz en la jornada del 1 de enero: "Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera". De hecho, la Jornada Mundial de la Paz reclama un diálogo que solo una palabra encarnada puede sostener, un diálogo desde la realidad concreta que vive la humanidad y que sufren especialmente los pueblos en guerra y los millones de desplazados que huyen de ella. Reclamamos para toda la humanidad esa bendicion que Israel pedía para sí: "El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz". Y quienes, como los pastores en Belén, encontramos en Jesús al príncipe de la paz, no podemos sino sumar nuestras oraciones y nuestras fuerzas para que con la ayuda de la educación, el trabajo y la solidaridad inter - generacional, sea posible la paz y la cooperación entre los pueblos. Así lo pedimos y quisiéramos que al comenzar el año con estas intenciones, nos inspiren para que nuestro compromiso por la paz sea efectivo. En el nombre de Jesús, "en quien Dios nos ha destinado a ser sus hijos", súmemonos a todos los que construyen la paz.

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DOMINGO 26 DE DICIEMBRE: LA SAGRADA FAMILIA

 
Aunque no sea el lugar más amplio ni más cómodo de nuestras casas, es en la cocina donde nos gusta estar, mientras se prepara la comida, o por la noche antes de ir a la cama. Es el lugar donde se cuida a todos los miembros de la familia y permanecen cacharros que nos son tan familiares como los grandes recuerdos de celebraciones. Es el signo de la vida cotidiana, de lo que transcurre casi imperceptiblemente y sin embargo nos hace llegar a nuestras respectivas metas vitales. La Sagrada Familia de Nazaret sirva hoy de motivo para agradecer y comprometernos por nuestras familias y todas las que necesitan que se les apoye.

HORARIOS DE NAVIDAD

24 de diciembre: Misa del Gallo 24h.
25 de diciembre. Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
26 de diciembre. Domingo, Sagrada Familia: 11:30; 12;30 y 19:30
1 de enero. Santa María Madre de Dios: 11:30; 12;30 y 19:30
2 de enero. Domingo II de Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
6 de enero. Epifanía del Señor: 11:30; 12;30 y 19:30

LECTURAS

  • Eclesiástico (3,2-6.12-14)
  • Sal 127,1-2.3.4-5
  • Colosenses (3,12-21)
  • Lucas (2,41-52)

Con una inmensa fe en las posibilidades de la familia, pero también con un sano realismo respecto a sus limitaciones y peligros, el papa Francisco nos animó en Amoris Laetitia a construir hogares basados en la confianza mutua, el respeto a la dignidad y libertad de cada uno de sus miembros y el sentido cristiano de la apertura a los demás. Estos valores, que pueden ser compatibles con muchas formas de pensar y de creer, nos invitan a celebrar el día de la Sagrada Familia como un reencuentro con lo que nos ha permitido a cada uno ser nosotros mismos y con lo que le debemos a quienes nos cuidaron o necesitan que los cuidemos. La familia cristiana no debe ser un búnker, por cálido que sea, cerrado a los problemas de la sociedad. En este año del Sínodo sobre la comunión, participación y misión que edifican a la Iglesia, las familias están llamadas de nuevo a ser, como dijera el concilio Vaticano II, iglesias domésticas, pero también la Iglesia está llamada a ser más hogar y menos institución administrativa, más cocina y menos despacho, más hospital de campaña y menos aduana.

HOJA DOMINICAL

NAVIDAD

En el año del octavo centenario de la muerte de Santo Domingo de Guzmán (6 de agosto de 1221) evocamos el acontecimiento salvífico del nacimiento de Cristo, en la humildad de nuestra carne, con la presencia orante y testimonial del santo predicador y titular de nuestra parroquia. Creer que en Jesús nos ha nacido el Cristo que culmina las aspiraciones de humanidad y comunión con Dios debe animarnos a ser testigos de nuestra fe. Feliz Navidad.

HORARIOS DE NAVIDAD

24 de diciembre: Misa del Gallo 24h.
25 de diciembre. Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
26 de diciembre. Domingo, Sagrada Familia: 11:30; 12;30 y 19:30
1 de enero. Santa María Madre de Dios: 11:30; 12;30 y 19:30
2 de enero. Domingo II de Navidad: 11:30; 12;30 y 19:30
6 de enero. Epifanía del Señor: 11:30; 12;30 y 19:30

LECTURAS

  • Isaías (52,7-10)
  • Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6
  • Hebreos (1,1-6)
  • Juan (1,1-18)

El nacimiento de Jesús en la versión de san Lucas está marcado por una necesaria itinerancia, por una movilidad que llevará a María y a José de Nazaret a Belén, para luego retornar a su hogar de siempre: Nazaret. Por el contrario, en la reconstrucción de san Mateo, ya nacido Jesús en Belén, la Sagrada Familia deberá emigrar e Egipto, como los descendientes de Jacob, para huir de la persecución y, como refugiados, como Moisés, salir de Egipto y peregrinar a Israel, para esconderse en Nazaret. Pero, en ambos evangelios, el nacimiento del salvador acontece bajo el signo de la itinerancia, de la migración, que hace al Hijo de Dios solidario con esta experiencia tan humana y hoy tan acuciante. En este momento de extrema gravedad para millones de migrantes en todo el mundo, no podemos mirar al niño nacido en Belén y celebrar su santa navidad sin contemplar su llamada a la acogida solidaria del otro en el que nace de nuevo el Dios Hijo, que nos humaniza, porque nos hermana, nos hace corresponsables del destino de nuestros hermanos. FELIZ NAVIDAD.

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA