DOMINGO 23 DE ENERO: III DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO C) DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS

 
En 1947 en una cueva de Qumrán (Israel, desierto del Mar Muerto) se encontraron varios manuscritos con textos bíblicos. Entre ellos está el "Gran Rollo de Isaías". Se trata de una copia del S. II Antes de Cristo. Contiene el libro de Isaías completo y constituye el texto bíblico más antiguo. Cuando en la sinagoga de Nazaret le pasaron a Jesús el rollo de Isaías para que lo proclamara, además de la transmisión escrita de la Palabra de Dios, Jesús convirtió la letra en Espíritu, la palabra en vida y nos inició en una comunicación con Dios que debe ser experiencia, fe y compromiso con lo que dicha Palabra significa.

HORARIOS DE MISAS DOMINICALES

11.30; 12:30 y 19:30

LECTURAS

  • Nehemias (8,2-4a.5-6.8-10)
  • Sal 18,8.9.10.15
  • I Corintios (12,12-30)
  •  Lucas (1,1-4;4,14-21)

DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS

El libro de Isaías, recoge oráculos de varios profetas que van del s. VIII al s. VI antes de Cristo. Como el resto de los libros proféticos, proyecta una mirada reflexiva, esperanzada e interpeladora del pueblo de Israel. Los creyentes judíos escuchaban en la sinagoga los oráculos de Isaías como diagnóstico de su pasado y prospectiva de su futuro. Y, todos los tiempos coincidían en la encrucijada entre la fe, la promesa y la fidelidad a la Alianza. Jesús toma el rollo de Isaías, lee el antiguo oráculo sobre la vocación y misión del profeta. Proclama el creyente y también profeta de Nazaret las antiguas palabras que identificaban la voluntad de Dios como un proyecto de liberación. Antaño como en el momento en que Jesús lee el rollo de Isaías ante sus paisanos, Dios hablaba de buenas noticias, de libertad y de salud, de gracia. Pero el lector, el creyente, el conocido como hijo de María y José, aquél cuyos hermanos vivían en Nazaret, pronuncia una palabra nueva, o mejor dicho, hace actuales todas las viejas palabras: Él es y encarna lo que Dios siempre ha querido, lo que los profetas han dicho en nombre de Dios. Y junto a esta realización en Jesucristo de la Palabra de Dios, una propuesta para nosotros, lectores actuales de la Palabra de Dios: que la convirtamos en espíritu y vida, que la sintamos y la vivamos.

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA



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