LECTURAS
- Ezequiel 17, 22-24
- Salmo 91, 2-3, 13-14, 15-16 R/. Es bueno dar gracias al Señor
- II Corintios 5, 6-10
- Marcos 4, 26-34
Un rasgo común del significado de las parábolas es su incidencia en el crecimiento, la evolución, la transformación. Sea lo que sea el Reinado de Dios, que Jesús nunca lo explica de manera taxativa, es una realidad en movimiento, con un efecto de maduración y desarrollo en quienes lo acogen y se guían por él. El Reino de Dios, que sea Dios quien reina en nuestros corazones y no el dinero, la imagen o el ego, es una forma saludable de crecer, desarrollar plenamente lo que somos hasta llegar a lo que podríamos ser. Las parábolas del Reino de Dios suponen una antropología dinámica y no fixista, una moral integral y no casuística, un proyecto de humanidad en construcción y una visión de la historia abierta hacia su total ascenso hacia el punto máximo de su bondad. Y, por eso mismo, Jesús nos presenta con esta visión del Reinado de Dios una propuesta de ética y sociedad que requiere mucho trabajo personal, mucha perseverancia, pero también mucha fe y esperanza, porque, no en vano, las ramas crecen porque buscan el sol.
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