DOMINGO 29 DE OCTUBRE: XXX DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)

El pueblo de Israel fue un pueblo nómada, por eso Dios le prohibió maltratar al extranjero, dar la espalda al forastero, explotar al inmigrante. Y en la difícil realidad de la migración, tenemos uno de los campos más urgentes donde hacer realidad el mandato del amor, donde dar a Dios lo que es de Dios y, por eso mismo, darle al César lo que le corresponda. De Dios es la voluntad de que vivamos como hermanos, la César, a las administraciones y entidades públicas les corresponde organizar la sociedad del modo más justo; y a nosotros, por nuestra fe en Dios y nuestra responsabilidad social, nos toca participar y comprometernos para que así sea.

LECTURAS

  • Éxodo (22,20-26)
  • Sal 17,2-3a.3bc-4.47.51ab
  • Tesalonicenses (1,5c-10)
  • Mateo (22,34-40)

Sí, hemos de reconocer que sólo Dios es Dios, pero que, por eso mismo, tenemos serias responsabilidades para con la sociedad de la que formamos parte, los cristianos debemos comprometernos para que el amor que Dios y al que Dios nos remite, se concrete donde más falta hace, donde la humanidad corre peligro y la dignidad de las personas se ve pisoteada. Nuestro amor, para ser real y estar a la altura del mandato divino, debe ser también un amor político, una fraternidad económica, una caridad social. Decía el papa Benedicto XVI que la política era una forma de caridad, pues ejerzámosla más allá del voto y las terturlias, con nuestra participación en cuantas iniciativas estén a nuestro alcance para mejorar la vida de las personas.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA


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