DOMINGO 27 DE AGOSTO: XXI DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)


El poder de las llaves, la potestas clavium que Jesús otorga a Pedro en su condición de discípulo y por el solo mérito de su confesión de fe, es una capacidad que solo si se ejercita supone algún "poder", la capacidad de perdonar. Son llaves para abrir, no para cerrar y dar con las puertas a las narices. Resuena aquí el "todos, todos, todos" que pronunció el papa en la reciente JMJ de Lisboa, en relación a una Iglesia de puertas abiertas, o "sin puertas". La confesión de Pedro, que Mateo emplea para utilizar por primera vez y última en todos los evangelios la palabra "Iglesia", supone un mensaje no referido exclusivamente a él o a los sucesores en la silla de Pedro, los papas, independientemente del papel indiscutible y indispensable que a ellos les corresponde como signo de continuidad, comunión y misión. Se trata de una promesa para todos los que confesemos que Jesús es "el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Todos los miembros de la Iglesia debemos sostener, soportar y participar en la edificación de la comunidad y en el desarrollo de su tarea en la historia: comunicar que Jesús es el Hijo de Dios y en sus palabras hay vida eterna.

LECTURAS

  • Isaías (22,19-23)
  • Sal 137,1-2a.2bc-3.6.8bc
  • Romanos (11,33-36)
  • Mateo (16,13-20)

Este es el único pasaje de los cuatro evangelios en el que aparece la palabra griega "eklesía", que pasará al latín como "ecclesia" y de ahí a la española "iglesia", o "esglesia" en catalán, "chiesa" en italiano, "église" en francés, o "igreja" en portugués. Dígase en la lengua que se diga, Iglesia quiere decir comunidad de fe y caridad, de fe en Jesucristo, de caridad fraterna tal cual nos la recomendara nuestro Señor. Su razón de ser, pues, es confesar que en Jesús de Nazaret nos hemos encontrado con Dios. Pero, como le ocurriera a los discípulos, incluido el propio Pedro, esta confesión no resulta fácil, cómoda, pues supone seguir a Jesús a dónde él va (hacia la cruz) y como el marcha (libre de ataduras para servir y amar a todos). Y esta es la única "potestas clavium", el único "poder de las llaves" para atar y desatar, la disponibilidad para amar y perdonar, la fe que nos conduce, en comunidad siempre, por los caminos del servicio y la caridad, hacia la meta de la fraternidad universal. Si nos preguntaran, que todavía lo hacen, quién es Jesús; si nos preguntamos por la verdadera identidad y significado de Jesucristo, sólo con la fe que es vida en Cristo, ejercicio de amor y entrega, podremos dar razón de Él, y sólo así, podremos edificar y hacer habitable la Iglesia.


LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA



No hay comentarios:

Publicar un comentario