LECTURAS
- II Samuel (5,1-3)
- Sal 121,1-2.4-5
- Colosenses (1,12-20)
- Lucas (23,35-43)
Terminamos el Año Litúrgico proclamando que, en Cristo, Dios nos presenta la imagen más completa de nuestra humanidad, el proyecto más ilusionanate de nuestra vida y la promesa cumplida de nuestro destino: ser hijos suyos.
Esta recuperación de nuestra configuración más auténtica, en la que Dios nos creó, supone una invitación a edificar nuestras vidas sobre los mismos valores, actitudes y compromisos que Jesús realizó cabalmente: los valores evangélicos de la fraternidad compasiva y solidaria; las actitudes filiales de confianza en Dios y corresponsabilidad agradecida con el amor del Padre que quiere lo mejor para todos sus hijos; los compromisos con el Reinado de Dios, amor generoso, servicio comunitario y perdón recíproco.
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