LECTURAS
- II Macabeos (7,1-2.9-14)
- Sal 16,1.5-6.8.15
- II Tesalonicenses (2,16–3,5)
- Lucas (20,27-38)
Jesús puede hablar así de la muerte y de la resurreccion, Jesús puede ver así la vida y la muerte, porque está orientado hacia Dios. Porque todos los pasos que ha dado, le acercan a Dios y pasan, hermano a hermano, amor por amor, por Dios. Llevando al autor y sentido de la vida en el corazón y en la intención de cada paso que damos, no pueden sino conducirnos a su presencia y asociarnos a su propia vida amorosa. Jesús habla y predica de la resurrección, porque resucitó cuando asumió plenamente el proyecto de Dios, a pesar de las tentaciones, y lo hizo su realidad y el sentido de su vida. Por eso cree y propone Jesús que también nosotros creamos, la plenitud de lo que hemos vivido como horizonte último de nuestro caminar, como amanecer definitivo de todos nuestros días.
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