DOMINGO 6 DE NOVIEMBRE: XXXII DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO C) DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA

 
Cuando el cielo y la tierra se juntan y la línea del horizonte es más nítida porque separa la oscuridad de la irrupción dorada de la luz, puede ser el amaner o la puesta de sol, ambos crepúsculos se parecen. Es la orientación lo que los distingue: por el oeste comienza la noche, al oriente despunta el alba. También la resurrección y la muerte solo se distinguen netamente por la orientación, por el destino que ha dirigido tus pasos y el punto de vista que tú mismo has adoptado para mirar los días, hasta llegar al último, como un final o un principio, como una pérdida o para sumarlos en un crecimiento que desborda nuestros cálculos.

LECTURAS

  • II Macabeos (7,1-2.9-14)
  • Sal 16,1.5-6.8.15
  • II Tesalonicenses (2,16–3,5)
  • Lucas (20,27-38)

Jesús puede hablar así de la muerte y de la resurreccion, Jesús puede ver así la vida y la muerte, porque está orientado hacia Dios. Porque todos los pasos que ha dado, le acercan a Dios y pasan, hermano a hermano, amor por amor, por Dios. Llevando al autor y sentido de la vida en el corazón y en la intención de cada paso que damos, no pueden sino conducirnos a su presencia y asociarnos a su propia vida amorosa. Jesús habla y predica de la resurrección, porque resucitó cuando asumió plenamente el proyecto de Dios, a pesar de las tentaciones, y lo hizo su realidad y el sentido de su vida. Por eso cree y propone Jesús que también nosotros creamos, la plenitud de lo que hemos vivido como horizonte último de nuestro caminar, como amanecer definitivo de todos nuestros días. 

DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

No hay comentarios:

Publicar un comentario