LECTURAS
- Amos (8,4-7)
- Sal 112,1-2.4-6.7-8
- I Timoteo (2,1-8)
- Lucas (16,1-13)
El cristianismo no es una visión espiritualista de la vida, no reniega de nuestra condición material y nuestras necesidades materiales. Porque Jesús no fue un profeta apartado de la vida común de sus contemporáneos: compartió con ellos mesa y la preocupación por el sustento y las justas necesidades para vivir con dignidad. Pero lo que sí ha descubierto Jesús y propone el cristianismo es que pongamos al dinero, las riquezas, el trabajo y los bienes materiales en su justo lugar: a nuestro servicio y al servicio de la consecución de un mundo más equitativo y solidario. No se trata de enemistad hacia lo material, sino de libertad de lo que tenemos para vivir de verdad y no solo por lo que poseemos y nunca debiera poseernos. La caridad, además de amor al hermano, es una vía de autenticidad que nos pone en la dirección de lo que de verdad cuenta, lo que no pierde nuncal valor: el amor.
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