DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE: XXIV DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)

 

"El hijo pródigo" de Bartolomé Murillo

Las parábolas de la misericordia (la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo) de Lucas (15, 1-32) son imágenes de la lógica, tan distinta a la nuestra, que gasta Dios Padre. Nosotros, a menudo, andamos con un metro en el bolsillo y una balanza de pesar en el corazón. Lo cual, además de convertirnos en jueces prematuros del hermano, nos incapacita para la comprensión del otro, para la mirada compasiva y la justicia de la misericordia. Jesús no deja de advertirnos que, para suerte nuestra, Dios mide de otra manera, porque mira con el corazón y juzga con las entrañas amorosas del Creador de la vida y Pade de todos sus hijos.

LECTURAS

  • Éxodo (32,7-11.13-14)
  • Sal 50,3-4.12-13.17.19
  • Timoteo (1,12-17)
  • Lucas (15,1-32)

En lo perdido y reencontrado, en la soledad de la oveja perdida, la inutilidad de la moneda extravíada y el abrazo al hijo pródigo nos muestra el evangelio la escala de valores de Dios. Para Dios siempre será mejor recuperar que despreciar; perdonar que sentenciar; rehabilitar y reintegrar plenamente en las relaciones familiares y entrañables, mucho más deseable y santo que darnos la espalda y vivir indiferentes al sufrimiento del hermano. No caigamos en la tentación de pensar que los beneficiados de esta medida generosa son siempre los otros. Solo el que ha tenido la experiencia de haber sido amado así y perdonado con esta largueza, podrá comprender la generosidad de Dios y sentirse llamado a ejercitarla.


COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

FERIA DE ALBACETE, EN HONOR A LA VIRGEN DE LOS LLANOS



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