LECTURAS
- Deuteronomio (30,10-14)
- Sal 68,14.17.30-31.33-34.36ab.37
- Colosenses (1,15-20)
- Lucas (10,25-37)
No tenemos solución para todo y hay problemas cuyas soluciones son múltiples y muy complejas, como es el caso de la inmigración irregular, pero también sus causas son problemas no menos complejos: la pobreza, la violencia, el cambio climático... Tampoco tenemos la necesidad de juzgar todas las situaciones y erigirnos en supremos intérpretes de la verdad, la justicia y el bien. Pero, con Jesús, creemos que en cualquier situacion, sean cuales sean las causas y a la espera de ulteriores respuestas más integrales y transformadoras, por las que también hay que trabajar sin desmayo, ¡siempre hay que socorrer!, ¡Siempre!. Así interpretó Jesús la Ley y los Profetas, así propuso Jesús la búsqueda del sentido de la vida y el desarrollo pleno de nuestra humanidad: sea cual sea el problema, debemos socorrer, ayudar, curar y aliviar el dolor. No será la solución a toda la grave realidad que suele haber por debajo de los sufrimientos más dolorosos y las muertes más injustas, pero será vida, curación, acogida, humanidad. Eso es hoy ser buen samaritano.
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