DOMINGO 5 DE JUNIO: PENTECOSTÉS

 

Sí, en Rusia también hay gente que clama por la paz. El Espíritu que Cristo da a sus discípulos es la fuerza para que sean constructores de la paz. Para ello hay que trabajar la reconciliación y hacerlo del único modo que son transformadoras las respuesta a los grandes problemas: juntos, en equipo, con un estilo comunitario y una estrategia colaborativa. En Pentecostés celebramos también el Día de la Acción Católica y el Apostolado Seglar, porque una Iglesia con Espíritu es una Iglesia sinodal, participativa y donde se viven las diferentes vocaciones en común corresponsabilidad.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (2,1-11)
  • Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34
  • I Corintios (12,3b-7.12-13)
  • Juan (20,19-23)

La paz que Jesús trae, la paz que su Espíritu fomenta y posibilita, no es solo la paz interior, sino también la que pone fin a las guerras y discordias, la que se opone al odio y la discriminación, la explotación y cualquier forma de atropello de la dignidad de la persona. Los dones del Espíritu Santo tienen la finalidad de generar en los seguidores de Cristo, la necesaria energía y esperanza para ponerse de parte de todas las iniciativas que hagan posible la paz en el mundo entero, la paz entre los pueblos y con la Creación malherida también.

El papel de los laicos en la Iglesia, que el día de Pentecostés agradecemos, reconocemos y propiciamos, devuelve a la comunidad su verdadero ser: el de un cuerpo con distintos miembros pero una misma cabeza: Cristo. Un cuerpo con diferentes carimas pero una misma misión: evangelizar. Un cuerpo articulado, organizado, pero también armónico y corresponsable, sin protagonismos excesivos que anulen a la mayoría y oscurezca nuestra naturaleza sinodal, comunitaria. Como nos cuesta llegar a superar el clericalismo y las perezas contraídas durante siglos, que nos hacen adoptar una postura pasiva en la Iglesia, rogamos incesantemente al Espíritu Santo para que ponga en medio de nosotros la presencia viva de Cristo y renueve su envío, proclame su llamada, actualice su encargo misionero: "Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo".

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

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