DOMINGO 3 DE ABRIL. V DE CUARESMA (CICLO C)

 
Como la ternura puede tener su lado desagradable, su alto precio en forma de incomodidad, sacrificio, disponibilidad, también la solidaridad, como todo lo que forma parte de un proceso de crecimiento, de una evolución de lo débil a lo fértil, requiere de nuestra parte riesgo y valentía. Ser solidario, sobre la base del sentimiento compartido (compasión), nos debe empujar a asumir la defensa de la paz y la justicia y, lo que todavía es más difícil, a hacerlo con medios igualmente pacíficos y justos, rehusando la violencia.

LECTURAS

  • Isaías (43,16-21)
  • Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6
  • Filipenses (3,8-14)
  • Juan (8,1-11)

Pasaje especial este de la mujer sorprendida en adulterio, juzgada y condenada de antemano. Especial porque no aparece en todos los manuscritos antiguos. Y especialísimo porque, en esta ocasión, la solidaridad que Jesús muestra con todas las víctimas de la injusticia (los pobres), de la dureza de la vida (los enfermos) y del egoísmo (los marginados social y religiosamente) adopta un carácter extraordinario de denuncia activa y defensa noviolenta. Por eso, el texto, a pesar de su inestabilidad en la corriente de transmisión de los evangelios, ha tenido una recepción muy profunda en la conciencia cristiana: "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Pero, que al tratarse de una mujer y ser la condena a muerte, tiene hoy una especial relevancia, tanto por la violencia machista -que la hay- como por la oposición de Jesús al uso de la violencia, de cualquier violenca. Un camino, este, de la paz frentre a la agresividad y la fuerza, que no por difícil, deja de ser menos necesario para conseguir la convivencia entre las personas y los pueblos. Hoy, cuando la guerra mantiene una vigencia creciente, la propuesta de Jesús exige que nuestra opción por la pez sea también a través de la denuncia de lo que la hace imposible (el armamentismo, los intereses políticos y económicos) y la acción efectiva de socorro a sus damnificados, sean de Ucrania, el Sáhara, Palestina, Siria, Yemen, Etiopía...; sean refugiados de países con sistemas autoritarios de un signo o de otro.

Junto a esta actualidad del Evangelio del perdón y la invitación a la pureza de conciencia que se abstiene de condenar, hay que situarlo en el contexto más inmediato del choque entre Jesús y la Ley o su uso formalista e interesado de la letra de la ley. El marco del episodio es el Templo, para resaltar todavía más, si cabe, el contraste entre la fe que antepone el culto en espíritu y verdad a la cosificación de la relación con Dios en formas y normas. Porque, en definitiva, Jesús nos invita a ese crecimiento integral de la humanidad que nace de la espiritualidad de la plena comunión con Dios y los hermanos. Por eso, frente a todas las normas y las formas, sobresale siempre la prioridad y salvaguardia de las personas.


HOJA DOMINICAL DIOCESANA


ORACIÓN INTER - RELIGIOSA POR LA PAZ


COMENTARIO BÍBLICO DE J. A. PAGOLA


PAPA FRANCISCO: "No nos cansemos de hacer el bien..." Mensaje de Cuaresma"

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