DOMINGO 11 DE JULIO: XV DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO B)

 
No hay por qué renegar del patrimonio de los siglos, lugares de piedra donde tanto se ha orado, puntos de encuentro para despedir la vida y darle la bienvenida, hogares de la fe y plataformas de servicios varios que han enriquecido la vida de los pueblos, barrios y ciudades. Pero, lo que está claro es que hoy la Iglesia debe ser más itinerante; todos sus miembros serán misioneros o serán los últimos de su especie pues Evangelio que no se comunica, marchita y se desvanece. Cada cristiano, cada iniciativa de las parroquias, movimientos apostólicos y congregaciones religiosas se convertirán en aproximación del mensaje de Cristo a la vida real de las personas o verán como su fe se convierte en un museo.

LECTURAS

  • Amós (7,12-15)
  • Sal 84
  • Efesios (1,3-14)
  • Marcos (6,7-13)

Cuando la Iglesia pasó, en el siglo IV, de minoritaria y perseguida a oficial y hegemónica, las casas donde se reunían las comunidades se cambiaron por basílicas. Aún hoy, en plena crisis de decrecimiento, todavía las comunidades parroquiales responden a necesidades cultuales, formativas y sociales de muchas personas y requieren un nivel de complejidad que no parece ser fiel al ideal de simplicidad con el que Jesús enviaba a sus apóstoles a misionar. Es la crisis que conociera San Francisco de Asis cuando su grupo de mendicantes creció de tal manera que sus exigencias desbordaban el modelo que el "poverello" encarnó en su vida y con el que soñaba para toda la Iglesia. Pero, aun cuando no sea literalmente "sin faja ni alforjas, con una túnica y un par de sandalias", la idea itinerante, móvil y servicial sigue siendo la misma. Hay que acercar con proximidad, encuentro y acogida las felices consecuencias de Evangelio (curación, liberación, fraternidad) a quienes más las necesitan. Y para ello, tendremos que pasar de la pastoral estática a la que se mezca con la vida, de la organización burocrática a la flexibilidad que sabe adaptarse a las necesidades de nuestros interlocutores, pasar de la dependencia de un único ministerio (el de los clérigos) a la diversidad de servicios que los carismas bautismales favorecen. Así debemos intentarlo y así nos lo proponían las líneas programáticas del papa en su "Evangelii gaudium" y el resto de su magisterio, hasta llegar a la reciente convocatoria de un sínodo de obispos sobre el carácter colegial (sinodal) de la Iglesia y de la misión. En ello está el papa, intentaremos también ponernos en esa dirección.

LECTIO DIVINA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EN COMPAÑÍA

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