La fiesta del santo patrón de nuestra parroquia, santo Domingo de Guzmán, nos sugiere una reflexión sobre la vida de nuestra comunidad en estos tiempos de pandemia. Para ello, nos inspiramos en tres sugerencias extraídas de la biografía del santo:
Bienes disponibles: En un momento de hambruna, el joven clérigo Domingo de Guzmán vendió sus libros para socorrer a los pobres. Y el movimiento que inició, la orden dominica, aunque le daba gran importancia a la formación con vistas a luego predicar, era una orden mendicante. El desplome de la economía como consecuencia de la pandemia y las consecuencias para el empleo, nos obligan como parroquia a estar muy atentos a compartir los bienes. Solo durante el confinamiento supuso un desembolso de 8.000€ en ayudas directas a familias necesitadas; 6000€ para colaborar en la compra de respiradores por parte del Obispado y 3000€ para el Banco de Alimentos. Seguiremos pensando y compartiendo con otras parroquias del Arciprestazgo para ayudar, no solo económicamente, sino buscando propuestas que puedan ayudar al empleo, así como reforzando la atención a la infancia y adolescencia a través del Programa de Infancia. Por otra parte somos la sede de la comisión diocesana de Justicia y Paz que con su Lavandería solidaria y otras acciones nos podrá ayudar a ser más generosos y activos por los más pobres.
Apuesta por la predicación: No predica solo el presbítero y el diácono con la homilía en las celebraciones. La catequesis y la formación también son formas de conocer y anunciar el Evangelio como palabra de salvación. La pandemia nos obligará a limitar los aforos de los grupos de catequesis y formación, así como a establecer la necesaria distancia. Por ello, estamos pensando que el catecumeando de Primera Comunión sea quincenal, proponiendo a las familias que la semana que los niños no vienen a la catequesis presencial trabajen en casa con el material y las orientaciones que les suministraremos. Por otra parte, nuestra idea es mantener la formación bíblica de los sábados y la Lectio Divina de los domingos, en ambos casos lo haremos en el espacio que permita guardar la distancia requerida para evitar los contagios. Esperamos mantener los grupos juveniles, que ya son quincenales. En todos los casos, se impone usar los medios digitales y aprovechar la posibilidad que nos brindan de una comunicación permanente.
Centralidad de la oración: Además del rosario antes de cada misa, queremos darle más importancia al grupo de oración de los jueves (20h.) y nos gustaría que todas nuestras celebraciones, sin perder su ritmo, puedan ser más orantes. Contamos con una pequeña biblioteca de espiritualidad en la capilla que está a la disposición de todos los que os acercais a esta comunidad. Además, tanto el párroco (Javi); como el diácono (Antonio Manuel) y el acompañante de la liturgia (Salva) nos ofrecemos para quien quiera hablar o pedir acompañamiento en el camino del crecimiento de la fe. Este año, al hilo de lo que se trabajará en la diócesis y muy en relación con la impronta mariana de la espiritualidad de Santo Domingo de Guzmán, intentaremos que la figura de la Virgen María esté más presente en nuestra oración.
Señor Jesús, hijo de Dios y hermano de la humanidad,
por la intercesión de tu siervo santo Domingo de Guzmán,
comunica tu Espíritu de solidaridad, evangelización y contemplación
a esta parroquia que, como su santo patrono,
quisiera ser misionera, comprometida y orante. Amén.
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