DOMINGO 26 DE MAYO: LA SANTÍSIMA TRINIDAD (CICLO B)

 
"Hasta los confines del mundo" envía Jesús a sus discípulos a anunciar el Evangelio, pero todo comienza con la relación de proximidad entre los seguidores y su Señor, y por Cristo, con el Dios que es amor, relación, amistad y encuentro. No hay evangelización ni Iglesia sin la experiencia de estar con Cristo, sin la confirmación existencial y afectiva de que sus últimas palabras se cumplen en la fe de cada crstiano: "Yo estoy con vosotros".

LECTURAS

  • Deuteronomio 4, 32-34. 39-40
  • Sal. 32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22 R: Dichoso el pueblo que el Señor se escogió con heredad
  • Romanos 8, 14-17
  • Mateo 28, 16-20

El Dios del Deuteronomio, siempre bajo el halo de su grandeza y sublime superioridad, se define como el Dios que "vino a buscarse un pueblo", que salió al encuentro de Israel, para que, por la vía de la fidelidad a sus mandamientos, sea feliz. Es el Dios que se acerca con la voluntad de una relación más afectiva y entrañable. Y todavía con más proximidad e intimidad, Dios a través de Jesucristo nos dice que está con nosotros, como Él está junto al Padre en el Espíritu Santo. Esta cercanía y convivencia de Jesús con nosotros, de nosotros con Dios, por Jesucristo, suscita en nuestro interior el deseo de profundizar en esta relación, de gozarla y saborearla en el silencio de la contemplación y el realismo del amor al prójimo: en eso consiste la espiritualidad cristiana, espiritualidad de ojos abiertos. Siendo Dios voluntad efectiva de relación y amistad, no deberíamos perder la oportunidad de disfrutar su amor y experimentar con Él la grandeza de la vida y la riqueza de la fe.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA




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