DOMINGO 21 DE ABRIL: IV DE PASCUA (CICLO B)

 
Cuidar, curar, recuperar, acompañar... el trabajo de Jesús, como Buen Pastor, es el mismo que encomienda a sus discípulos y que constituye la misión de la Iglesia. La catequesis, el culto, la caridad, la educación en la fe, la atención a las personas vulnerables, todo es pastoral y toda la pastoral debe ser siempre saludable y curativa.

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 4, 8-12
  • Sal. 117, 1 y 8-9. 21-23. 26 y 28-29 R. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
  • I Juan 3, 1-2
  • Juan 10, 11-18

La evangelización y el cuidado de las personas son una misma cosa. El anuncio de nuestra fe sólo puede hacerse con relaciones curativas, con el acompañamiento y la escucha de las necesidades de los más vulnerables. Hoy, el ministerio de los que se ocupan de servir a las comunidades, ministerios ordenados y laicales, deberán poner en el centro de nuestra acción pastoral a las personas y sus más acuciantes situaciones, de manera que sea en toda ocasión un servicio al crecimiento y el desarrollo integral de las personas y las comunidades. Porque no de otra forma será una acción de fe y para la fe, pues lo que creemos de Jesucristo es que el Padre quiere para nosotros la vida plena, y ésta tiene que empezar por lo primero y más urgente, para poder llegar a lo más elevado y espiritual. No podemos separar la caridad de la fe, como no se puede separar el alma del cuerpo en nuestro plano de vida mortal. Como parte de esta acción pastoral integral, las comunidades cristianas debemos intentar especialmente acoger a los que se han visto excluidos o ignorados por una visión purista y exclusivista de la pertenencia a la Iglesia.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA



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