LECTURAS
- Zacarías (9,9-10)
- Sal 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14
- Romanos (8,9.11-13)
- Mateo (11,25-30)
Hay en la oración de Jesús, junto a la alabanza a Dios y la gratitud por su bondad, una secreta sabiduría que, según designio del Padre, está al alcance de todos..., de todos los que se hacen sencillos y prescinden de superficiales, falsas y alambicadas apariencias. Una sabiduría que descansa, alivia y restaura. Pero que también supone esfuerzo, compromiso y sacrificio. Una sabiduría que logra una felicidad no exenta de humana compasión, aunque por ella sea preciso también sufrir con y por los otros. Es la sabiduría que no se aísla en el espejismo de una felicidad egoista, tan falsa como incierta.
Señor Jesús, cuantas pesadas cargas necesitamos compartir contigo para que tú nos alivies, aunque también nos invites a sebrellevar las de nuestros hermanos. Cansados y agobiados, venimos a ti; nos atrevemos a aceptar tu invitación y echarnos a cuetas el yugo de la fraterna solidaridad. A cambio, en tus hombros de buen pastor, déjanos descansar estos dolores que, propios y ajenos, llevamos a duras penas. ¡Algunas ventajas debía tener esto de creer en ti!
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