DOMINGO 9 DE JULIO: XIV DE TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)

 
Lo que tienen de refrescantes y beneficiosos los oasis, lo tienen también de escondidos, difíciles de encontrar y árduos de llegar a ellos. Y así, el remanso de paz y el refugio de profunda seguridad que nos brinda Jesús, el Señor, también supone la seria exigencia de buscarlo, merecerlo y saber aceptarlo. Por eso, aunque suave y llevadero, el Reino de Dios también tiene una parte de yugo y de carga, de reto y de sueperación. Al final, como ocurre con los grandes amores, el ascenso a las cumbres y el descubrimiento de un oasis en lo más recóndito del desierto, bien merece la pena todos los esfuerzos.

LECTURAS

  • Zacarías (9,9-10)
  • Sal 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14
  • Romanos (8,9.11-13)
  • Mateo (11,25-30)

Hay en la oración de Jesús, junto a la alabanza a Dios y la gratitud por su bondad, una secreta sabiduría que, según designio del Padre, está al alcance de todos..., de todos los que se hacen sencillos y prescinden de superficiales, falsas y alambicadas apariencias. Una sabiduría que descansa, alivia y restaura. Pero que también supone esfuerzo, compromiso y sacrificio. Una sabiduría que logra una felicidad no exenta de humana compasión, aunque por ella sea preciso también sufrir con y por los otros. Es la sabiduría que no se aísla en el espejismo de una felicidad egoista, tan falsa como incierta. 

Señor Jesús, cuantas pesadas cargas necesitamos compartir contigo para que tú nos alivies, aunque también nos invites a sebrellevar las de nuestros hermanos. Cansados y agobiados, venimos a ti; nos atrevemos a aceptar tu invitación y echarnos a cuetas el yugo de la fraterna solidaridad. A cambio, en tus hombros de buen pastor, déjanos descansar estos dolores que, propios y ajenos, llevamos a duras penas. ¡Algunas ventajas debía tener esto de creer en ti!

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA


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