Dulce, con la serenidad que da saber de quién se ha fiado. Pero no exenta de firmeza, de soberanía y estabilidad, las propias de quien pertenece al proyecto divino de salvación. La Virgen del Carmen, stella maris, acompaña a todos los peregrinos de la vida, por tierra, mar y aire, para que lleguen al puerto seguro de su hijo bendito. El niño preciado con el que nos bendice será el hombre granado en caminos surcados y pescas milagrosas. Y la que ahora es patrona de marineros y pescadores, nos ofrece la semilla que será fruto granado cuando nos predique con parábolas y la coherencia de su vida la fecundidad del Reino de Dios. Por eso, a ella nos encomendamos y en las manos de su oración perenne dejamos el recuerdo agradecido de los que nos y ahora son ya cosecha abundante de aquella semilla.
LECTURAS
- Isaías (55,10-11)
- Sal 64,10.11.12-13.14
- Romanos (8,18-23)
- Mateo (13,1-23)
Las parábolas de Jesús son en su mismo formato narrativo e intrigante, un signo de que el Reino de Dios, para dar fruto, necesita ser escuchado e interiorizado por la interpretación personal y la proclamación comunitaria. Y esta parábola de las parábolas que es la del sembrador, reún todas las claves interpretativas de todas las parábolas: el origen de todo es la gracia de Dios, pero el trabajo humano de acogida de la Palabra es imprescindible para que la gracia cunda al cien por cien; la fe lo es en una realidad en movimiento que genera más movimiento, que transforma y evoluciona al que la tiene; la diversidad humana es materia prima que hemos de atender y respetar, pero no sin pretender cada uno superarse y mejorar; el fruto es futuro, porque la siembra es constante y el tiempo no da medida suficiente para lograr todo lo que potencialmente estamos llamados a dar. Son líneas que recorrerán todas la parábolas y que en esta se nos ofrecen con la concisión y la pluralidad de sentidos que solo un profeta experimentado en humanidad podía pronunciar. Escuchémosle con los oídos del corazón y acojamos su propuesta con la tierra fecunda de la opción decidida por la verdad.
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