22 DE FEBRERO: MIÉRCOLES DE CENIZA. CUARESMA

 
La Cuaresma es un tiempo de sinceridad y clarificación de nuestra vida cristiana. Como a Jesús, también a nosotros nos conduce el Espíritu a lo más hondo y sincero de nosotros mismos, para ver con fe quienes somos, dónde estamos y cuál es el destino de nuestra ruta en la vida. 

Los evangelios de las cinco semanas de Cuaresma en el Ciclo A nos proponen un itinerario jalonado por la toma de conciencia de nuestra fragilidad que exige reflexionar y decidirnos (Domingo I: las tentaciones); la invitación a superarnos para elevar lo que somos hacia lo que estamos llamados a ser, según el modelo de Cristo (Domingo II: la Transfiguración); en el corazón de este itinerario está el evangelio de la samaritana en el pozo de Sicar (Domingo III) con la sugerencia de que veamos toda nuestra vida como el verdadero espacio y la auténtica obra de nuestra fe; este es el gran descubrimiento, la verdadera iluminación, la revelación definitiva que estábamos esperando para dar sentido a nuestra vida (Domingo IV: el ciego de nacimiento); y así, tocar lo más profundo de lo que somos y a lo que debemos aspirar (Domingo V: la resurrección de Lázaro). 

Buena y provechosa Cuaresma.

PAPA FRANCISCO: MENSAJE PARA LA CUARESMA 2023, "ASCESIS CUARESMAL, UN CAMINO SINODAL

CUARESMA EN LA PARROQUIA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

  • Vía Crucis: Viernes 19h.
  • Oración: Miércoles 20h.
  • Charlas Cuaresmales: Miércoles 15, Jueves 16 y Viernes 17 de marzo, 20h.
  • Celebración Comunitaria de la Penitencia: Viernes 24 de marzo.

LECTURAS

  • Joel (2,12-18)
  • Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17
  • Corintios (5,20–6,2)
  • Mateo (6,1-6.16-18)
La conversión no se produce solo cuando de una mala vida, de un camino errado y abocado al fracaso, cambiamos drásticamente de rumbo y nos conducimos por el bien. Esta sería la consecuencia de la verdadera conversión, que en su más amplio sentido, además de apostar por el bien, supone encontrarnos con el verdadero sentido de lo que somos y apostamos por Dios y el don de su infinita ternura como nuestro verdadero fin y mejor recompensa. De esta manera, la conversión es una transformación plena de lo que somos, que inspira nuesra conducta, pero que también se asienta sobre un trabajo espiritual y psicológico de construccion de toda nuestra persona. En el texto de Mateo que se lee el Miércoles de Ceniza, umbral de la Cuaresma, la sinceridad para con nosotros mismos, la autenticidad como verdad que une todo lo que somos, hacemos y buscamos, es el motor de la conversión. Por eso, esta evolución y crecimiento requiere mucha meditación, discernimiento y oración, porque, en definitiva, la única claridad y verdad que nos puede sostener es la que descubrimos en Dios, con el que nos ponemos, pausadamente, a hablar, conocernos y dejarnos amar.

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