15 DE AGOSTO: ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

 
Este año hemos celebrado el Jubileo del VIII Centenario de la Virgen de Cortes. Es otra muestra, en nuetro caso, muy señalada, de la devoción del pueblo cristiano hacia la madre de Jesucristo. Con esta devoción, anclada de manera central en el misterio de la humanidad de Jesús y relacionada por la fe, con su divinidad, los cristianos pueden relacionar la vida y la misión salvadora de su Señor, con sus propias vidas y trayectorias personales, con sus propias glorias y miserias. La manternidad de María, su condición de mujer y creyente, de judía y maestra de Jesús de Nazaret, son otros tantos hitos de la historia y de la fe que vinculan el itinerario de cada discípulo de Cristo con el de la Virgen María, cuya Asunción al cielo de la gloria y la plenitud celebramos hoy.

LECTURAS

  • Apocalipsis (11,19a;12,1.3-6a.10ab)
  • Sal 44,10bc.11-12ab.16
  • Corintios (15,20-27a)
  • Lucas (1,39-56)

El evangelio de Lucas, el evangelio mariano por excelencia, por ser el evangelio que busca las raíces históricas de Jesús, pone a la Virgen María en relación con la tradición profética. El Magnificat es la expresión de alabanza y confianza en la acción liberadora de Dios. Se trata de una apuesta -la de Dios- para recomponer lo que la ambición y la avaricia han destruido: la dignidad de todos los seres huanos, la profunda fraternidad que, más allá de la igualdad y el respeto, nos lleva a la compasión y mutuo reconocimiento de los que son hermanos. Por eso hay que nivelar, deshacer entuertos que generan opresión y tender la mano para los que se han llevado la peor parte de este perverso estado de la convivencia social. 

María, creyente y orante, ve su maternidad y la vida de su Hijo, dentro de esa historia de salvación y liberación que Dios lleva a cabo, ahora, con su propia participación como madre del Salvador y primera discípula del Buen Pastor, con el que Dios ha querido llevar a la máxima cercanía su voluntad de vida para toda la humanidad. La Asunción, junto con la Inmaculada Concepción, es la fórmula, la imagen y el ideal, con los que la Iglesia reconoce esta participación de la Virgen María en la acción de Dios. Pero, también significa una proyección universal y humanizadora de dicha acción sobre todos los hombre y mujeres que la acogen y, como María, serviciales y confiados, se entregan a ella. Con toda la Iglesia y, especialmente, con los que puden identificarse mejor con los que Dios eleva, sana y recupera, con los pobres, oprimidos y marginados, alabamos a la Madre de Dios Hijo.

MAGNIFICAT


ORACIÓN DEL AÑO JUBILAR DE LA VIRGEN DE CORTES (ALCARAZ)



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