Obispo y profeta, poeta y pastor, padre por ser hermano, maestro por ser también caminante. Voz de un Evangelio comprometido con la causa del Reino, que es también la de los pobres y los más débiles. Fermento de una Iglesia verdaderamente sinodal, esto es, comunitaria, colegial y nada clasista o clerical. Agradecemos al Padre Dios que Pedro Casaldáliga nos presentara con tal verdad a Jesucristo y con tanta coherencia lo que es ser cristiano. Nuestra gratitud es también compromiso para intentar, con la humildad de quienes se saben muy lejos del ideal, su trabajo para hacer una Iglesia más cercana, evangélica y popular... como dice el papa Francisco, sin perder el gusto espiritual de ser pueblo, pueblo de Dios.
ELLA VENDRÁ (Pedro Casaldáliga, El tiempo y la espera, 1986)
Ya la acogí, en las sombras, muchas veces
y la temí rondándome, callada.
No era el vino nupcial, eran sus heces;
era el miedo al amor, más que la amada.
Pero sé que vendrá. Confío en ella,
amada fiel de todos y maldita.
No hay modo de escapar a su querella.
Sin hora y sin lugar, ella es la cita.
Vendrá. Saldrá de mí. La llevo dentro
desde que soy. Y voy hacia su encuentro
con todo el peso de mis años vivos.
Pero vendrá... para pasar de largo.
Y en la centella de su beso amargo
vendremos Dios y yo definitivos.
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