DOMINGO 1 DE DICIEMBRE: I DE ADVIENTO (CICLO C)

El tiempo litúrgico de la preparación para la Navidad, el Adviento, está marcado en el Ciclo C (en el que leemos el evangelio de san Lucas), que empezamos este año, por el despliegue o fructificación de la fe. Una fe que, representada en la figura de la Virgen María, se despliega en esperanza, alegría y comunidad. El Dios que se nos acerca en el Jesús, despierta nuestros sentidos espirituales para que aguardemos el amanecer del día del Señor, para que vivamos con la alegría de quienes se saben amados y salvados por Dios, y nos invita a formar la comunidad que es el hogar propicio para vivir la fe con esperanza y para ofrecerla al mundo nuestro de cada día.

LECTURAS

  • Jeremías 33, 14-16
  • Sal. 24 R. A ti, Señor, levanto mi alma
  • I Tesalonicenses 3, 12 — 4, 2
  • Lucas 21, 25-28. 34-36

El amanecer, con su progresivo paso de la noche al día, con su gradual iluminación creciente, nos abre a una nueva oportunidad de vivir despiertos, de espabilar los sentidos para percibir que el Señor está cerca. Los signos apocalípticos del anuncio del juicio divino de la historia, que no sólo ocurrirá el último día, sino que puede acontecer a cada paso de nuestros respectivos itinerarios, son interpretados por Jesús como una invitación a la atención y a la esperanza. No es miedo paralizante lo que pretende el Señor con estos anuncios, sino invitarnos a estar de pie, a mantenernos con la dignidad y la esperanza de quien sabe que la cercanía de Dios sólo puede ser motivo de salvación y plenitud. Si así lo creemos, si así lo vivimos, esforcémonos para que también nosotros seamos signos de esa amanecida que alumbra una nueva humanidad.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA: VIGILAR


COMENTARIO EVANGÉLICO DE J. A. PAGOLA: SIN MATAR LA ESPERANZA


COMENTARIO AUDIVISUAL VERBO DIVINO: ESPERA / ESPERANZA


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

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