LECTURAS
- Eclo 27, 4-7
- Sal 91, 2-3. 13-14. 15-16
- 1 Cor 15, 54-58
- Lc 6, 39-45
Comos seres humanos que somos, en virtud de nuestra impronta divina ("a su imagen y semejanza") y del pecado original ("seréis como Dios"), podemos dar frutos buenos y malos, higos y zarzas, uvas y espinos..., pero, cuando nos esforzamos, con la ayuda de Dios, con el estímulo del modelo de Cristo, bajo el paraguas protector de la comunidad cristiana, en dar lo mejor de nosotros mismos, no solo nos superamos, sino que nos vamos convirtiendo en eso bueno que hemos querido ser y ofrecer. Cuando, con trabajo personal de conversión, ayudamos, nos hacemos generosos; cuando, no sin sacrificio, perdonamos, nos hacemos misericordiosos... y así, la coherencia o autenticidad que Jesús nos pide, se convierte en un viaje de ida y vuelta, de lo que somos a lo que hacemos, de lo que hacemos a lo que somos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario